Ruperta
Hay que aplaudir la magnífica idea de fomentar el hábito de la lectura a través de la televisión. El programa "Un, Dos, Tres..." y la simpática Ruperta están en ello...
"La Columna" de Francisco Ponce de Horticultura Internacional- 43, febrero 2004.
La buena salud, a pesar de los años, de la calabaza “Ruperta”, ha quedado nuevamente acreditada, quizá porque siempre estuvo bien cultivada, aportándole agronutrientes de gran calidad.
Lo cierto es que Chicho ha dado de nuevo en el clavo y su programa: "Un, Dos, Tres, a leer esta vez", está siendo un éxito, copando altas cuotas de audiencia desde el momento de su puesta en antena.
Estas cifras de espectadores, que superan cualquier expectativa, son números que todavía resultan más rotundos si se tiene en cuenta que el programa dura más de tres horas y se adentra más allá de la media noche.
Referente a este tema y con cierto “tufillo” despectivo, he leído en algún medio escrito: “los españoles apuestan por la nostalgia”. Puede ser medio cierto; pero habría que preguntarse por qué.
Es seguro que existía un gran número de personas silenciosas que estaban esperando un programa digno; cansadas de tanta exhibición de violencia o espacios de los que se han dado en mal llamar del corazón, donde medran individuos e individuas del famoseo por sus denostables hazañas de oscuro contenido. Al principio, pareciendo sus correrías reales, es posible que despertaran algo de morbo ante cierto sector, pero en la actualidad están tan retorcidamente preparados y emerge tan claramente su rastrero mercantilismo, que es lógico, además de deseable, el que todos estos programas, hoy pululando por la energía catódica de la televisión, cedan su audiencia y se eclipsen ante un programa digno, entretenido y cultural. El espectador puede ser conformista, pero no tonto.
Ésta es una opinión como otra cualquiera, desde luego compartida en la calle, y no pretende descubrir nada nuevo, pero sí alabar el programa Un, Dos, Tres en su conjunto y aplaudir la magnífica idea de fomentar el hábito de la lectura a través del mismo. Lo finalmente importante, es que existe un talento capaz de seguir creando, y un público capaz de apreciar un buen producto; luego es posible hacer buena televisión.
¡Un, Dos, Tres, bienvenido otra vez!