El postre
Antiguamente, el consumo de fruta al llegar el momento del postre se realizaba casi con espíritu festivo. Esta buena costumbre debería recuperarse y conservarse en la actualidad.
"La Columna" de Francisco Ponce de Horticultura- 154, julio 2001.
Recuerdo a las madres de antaño su tenaz preocupación por que los niños comiéramos fruta. Pienso que existía una cultura hacia la fruta que, además de su función nutritiva y aportadora de vitaminas, minerales, fibra, etc., convertía su consumo en un momento festivo.
El padre de familia o el abuelo, al finalizar la comida, partía cuidadosamente un melón que repartía en cortadas casi simétricas. Las cenas en verano a orillas del mar mediterráneo se finalizaban con una gorda y roja sandía.
Por el mes de Marzo y Abril, las fresas y los fresones parecían boyas rojas con puntitos oscuros sumergidos en caldo de naranja recién exprimida.
Había que esperar su temporada, pero manzanas, peras, melocotones y las carnosas cerezas del Alto Palancia de intenso brillo y color rojo carmesí se hacían presentes en la mesa.
En muchas ocasiones nuestro amigo el amarillo y “pecoso” plátano era objeto de preferencia. Esta elección residía en la sencillez de su consumo, pelar y comer.
Ahora corren otros tiempos, el poder adquisitivo, el ritmo de vida, los múltiples y machacones impactos publicitarios han cambiado los hábitos del postre hasta el punto que los derivados lácteos, la bollería industrial, los helados y otros, han tomado activo protagonismo.
Será que la fruta fresca no tiene valor añadido, ni marca, que es más “fino” tomar postres muy elaborados con nombres de difícil pronunciación o simplemente no tomamos postre por prisas o dictados de la dieta.
En la restauración con mucha frecuencia se da el caso que cuando terminamos de comer y al solicitar qué postres tienen, con mirada ausente y de corrido, acostumbrados a repetir siempre lo mismo, te dan un sinfín de posibilidades en las que se suele omitir la fruta.
A uno le gustaría comer fruta pero ¿tienen?, miras a tu alrededor y como en secreto con tono bajo preguntas ¿y fruta?, las respuestas son muy variadas: "naturalmente", "la de temporada", "voy a ver qué queda" ó "el mercado no estaba bien hoy", al final te ofrecen dos-tres variedades y te miran como si fueses raro.
Quienes me conocen saben que mi postre favorito sigue siendo la fruta, bueno, y el helado pero con preferencia hacia el “Tutti-Fruti”.
Con el presente comentario, sólo pretendo recomendar a las madres de todos los tiempos que utilicen frutas, por salud, calidad de postre, economía, regalo al paladar y solidaridad con este sector.