Un mal sueño
Los rumores que llegan de algunos foros mundiales, donde deberían resolverse problemas acuciantes, suelen tener ribetes de pesadilla.
"La Columna" de Francisco Ponce de Horticultura Internacional- 38, noviembre 2002.
A primeros del pasado septiembre, éramos muchos los que andábamos saliendo del sopor vacacional e intentando la “reentre” en nuestras ocupaciones.
El tiempo todavía invitaba a ver algún partido de fútbol de pretemporada y a seguir por las tardes-noches los infumables programas de concursos de la televisión o las noticias, por ello me pude enterar del tremendo fracaso en que había terminado la Cumbre mundial sobre el desarrollo sostenible celebrada en Johannesburgo, donde no se había aprobado ni uno solo de los compromisos mas importantes.
Al parecer, los principales responsables de este “fiasco” habían sido los Estados Unidos, y por ello la pagaron todos con el general Colin Powell.
Esta situación, propició los gritos e insultos de la mayoría de los asistentes, que le impidieron mostrar su elocuencia en el discurso final, hasta el punto de que se tuvo que retirar y aquello acabó, como dicen los castizos, peor que “el rosario de la aurora”.
No es descabellado sospechar que a algunos mandatarios les interesa más conseguir acuerdos bélicos que colaborar y conocer las hambrunas, las sequías y las epidemias que padecen los países subdesarrollados.
Al caer la tarde, cansado y bajo el sopor del calor húmedo de una noche de verano, cené y marché a dormir, sin cumplir con el refranero español que dice ........ “y la cena paseada”. El resultado, claro está, fue que tuve pesadillas.
Soñé que estaba en la asamblea general de Naciones Unidas y se había decidido hacer un referéndum mundial en las personas de los delegados allí presentes.
La pregunta era la siguiente: ¿Opinan ustedes que hay suficientes alimentos para paliar la escasez en el resto del mundo?, todos los delegados usaron raudos sus móviles para consultar con sus gobiernos la respuesta más política.
El Resultado fue otro fracaso y lo fue porque los delegados de la mayoría de los países africanos ignoraban qué era eso de “alimentos”, los responsables de la Unión Europea, confesaron que no sabían qué era aquello de “escasez” y los representantes de Estados Unidos, sin rubor alguno manifestaron que no tenían ni idea de por dónde paraba el “resto del mundo”.
Afortunadamente me desperté sudoroso pero aliviado al comprobar que todo había sido un sueño,... ¿o quizás no?.