Con extractos vegetales
No todos los productos sintéticos son perjudiciales, ni tampoco todos los productos naturales son innocuos. Es entonces de gran importancia centrar cuidadosamente la discusión, a los efectos de no caer en generalizaciones equivocadas.
Opinión de Horticultura Internacional - 30, Noviembre 2000.
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Los simpatizantes ecologistas, orgánicos, biológicos, han cumplido un cometido de trascendencia indudable, al llamar la atención sobre el uso indiscriminado de sustancias de síntesis. Su efecto sobre el medio ambiente y los seres que lo pueblan, humanos incluidos, ha llevado a replantearse los conceptos "tradicionales" de la agricultura -una "tradición" que en realidad no se remonta más allá de un siglo, después de la síntesis del nitrógeno, DDT, etc.-. A su amparo ha surgido el cultivo integrado, como una alternativa que intenta compatibilizar posturas.
La otra cara de la moneda de la anatemización de fungicidas, insecticidas y fertilizantes de síntesis, es la aceptación, prácticamente sin cuestionamiento, de la bondad de todo aquello "natural", "vegetal", ...
Pero, ¿estamos en lo cierto? ¿No se trata, simplemente y otra vez, de falta de conocimientos? ¿Quién dice que los "extractos vegetales", que se mencionan como garantía de bondad del producto, realmente tienen este efecto?
Abundan los ejemplos de sustancias "naturales" con efectos tóxicos; uno de los más conocidos, el cancerígeno de las aflatoxinas del hongo Aspergillus que coloniza a los granos almacenados. Existen proyectos financiados por al UE dedicados a recopilar los efectos tóxicos de las sustancias presentes en plantas de uso alimenticio.
Los productos “naturales” con efecto tóxico o alergénico son numerosos. Desde los obvios, como los venenos de serpiente, hasta otros conocidos solamente por los especialistas. Es un hecho a tener en cuenta en el momento de hablar de seguridad alimentaria, respeto por el medio ambiente, higiene en la producción y otros temas de gran relevancia actual.
Los fertilizantes orgánicos -en especial los abonos de origen animal-, justamente por este origen, son mucho más peligrosos desde el punto de vista del potencial de contaminar con microorganismos patógenos para los humanos que los de síntesis.
¿Quién pide ensayos de toxicidad a productos que en su etiqueta realmente no indica la composición? ¿Qué significa desde el punto de vista de la seguridad alimenticia "extracto natural"?
Todo ello sin mencionar las limitaciones de las comprobaciones de residuos. Los métodos disponibles buscan si hay un determinado producto presente. Y ¿qué pasa con los que no se buscan? Simplemente no se detectan y todos tan contentos... Las persecuciones propician el uso "a escondidas" de agroquímicos cuyos residuos estarán presentes sin que nos enteremos. ¿Es esa la solución...?.
Que hoy se sepa lo suficientemente poco de los "extractos vegetales", como para no considerarlos dañinos, no significa que esto sea realmente así. Tampoco qué lo sean, pero a esta altura del conocimiento, las panaceas suscitan, al menos, la duda.
