La fertirrigación, en contínuo avance
Los resultados que se obtienen en fertirrigación con la utilización del riego por goteo son notablemente mejores con respecto al riego por aspersión.
Opinión de Horticultura - 133, diciembre 1998.
La fertirrigación es la aplicación multifraccionada de agua y fertilizantes de forma conjunta. Ello es posible mediante la utilización de riegos a presión como son los riegos por aspersión o por goteo, si bien es con este último sistema como mejores resultados se obtienen, debido fundamentalmente a la posibilidad de realizar un mayor número de riegos, con lo que se mantiene más fácilmente el suelo a capacidad de campo, situación ideal para todos los cultivos desde un punto de vista hídrico y nutricional.
La superficie bajo riego por goteo ha aumentado espectacularmente. Hoy pensamos que existen en España más de 400.000 ha con este sistema, la mayor parte de ellas de cultivos leñosos: cítricos, frutales, olivo, etc. Este extraordinario avance es debido a las ventajas de todo tipo que se obtienen: mejor aprovechamiento del agua mejor producción en cantidad y calidad, ahorro de mano de obra, etc., en definitiva un cultivo mucho más rentable.
Para ello ha sido necesaria la existencia de técnicos debidamente preparados y que a su vez hayan sabido transmitir dichos conocimientos al agricultor de forma que éste ha podido aumentar su capacidad técnica. No obstante la fertirrigación es un proceso dinámico y en completa evolución presentando a diario continuas novedades.
Los progresos han sido no sólo en la nutrición sino también en la propia instalación del riego por goteo. Así en lo referente a la nutrición se ha estudiado las necesidades de agua de los distintos cultivos. Confeccionándose a tal efecto programa informáticos que no son más que sistemas expertos de fertirrigación específicos par cada cultivo arbóreo, que nos recomiendan las dosis diarias de agua y fertilizante necesarios para cada mes, en función de una serie de parámetros agrometeorológicos y características particulares de cada finca, que incluye la analítica suelo-agua-planta lectura de tensiómetros, etc., de forma que se puede confeccionar una recomendado a medida para cada explotación.
En cuanto a las instalaciones, el grado de automatización puede llegar a grade muy sofisticados, con ordenadores-programadores de riego que realizan un sin ni mero de funciones, incluyendo la autolimpieza de los filtros, control de pH, y conductividad eléctrica, etc.
Como conclusión los riegos localizados de alta frecuencia (RLAF) en cultivos arbóreos tienden cada vez más a la automatización de las máximas operaciones posibles en los cabezales de riego y a un mayor control de la fertirrigación con la utilización, cada vez más frecuente, de programas informáticos específicos para cada cultivo en cuestión.