Entrevista a Josep Presseguer
Durante el último bienio, Catalonia Qualitat ha realizado un enorme esfuerzo en la promoción de la fruta y verdura catalanas y en la profesionalización del sector agrario. Josep Pesseguer nos cuenta las expectativas de esta organización para el futuro.
Entrevista publicada en la Revista Horticultura - 158, enero 2002.
Catalonia Qualitat es una organización de tipo sectorial. ¿Cuál es el perfil de sus asociados?
Catalonia Qualitat tiene dos tipos de asociados. Por una parte, los que nos corresponden en el sentido estatutario del término, es decir, organizaciones de productores de fruta y hortaliza. Son los asociados de derecho pleno, porque Catalonia Qualitat es la asociación catalana de productores de fruta desde enero de 2001. Por otra, los que no están calificados como organización de productores. Catalonia Qualitat proviene del Comité Económico de la Fruta de Cataluña -en el cual había socios y miembros que no estaban calificados como organizaciones de productores- y como no se quería romper el vínculo con ellos, ni provocar una segmentación en el sector, éste no se disolvió, sino que se optó por llevar a cabo una reforma estatutaria adaptándose a la normativa europea y española con la finalidad de recibir la calificación de asociación de organizaciones de productores (OP).
¿Existe alguna diferencia entre ambos tipos de asociados?
No hay ninguna distinción de trato entre unos y otros. La única diferencia es una que nos viene dada y obligada por los propios estatutos: que las decisiones políticas de asamblea y la votación de pertenencia a la junta directiva sólo las ostentan las organizaciones de productores, que son las que desde un principio forman Catalonia Qualitat. Ésta es la única diferencia que existe, no hay ninguna otra. Es puramente legal.
¿Cuál es el perfil medio de sus asociados desde el punto de vista económico?
Tenemos de todo: grandes centrales fruteras de Cataluña -que son organizaciones de productores de fruta y hortaliza (OPFH) de ámbito nacional-, empresas que están en la frontera de las OPFH, las que no lo pueden ser debido a requisitos comunitarios, empresas familiares e incluso, empresas unipersonales, de payeses, que se comercializan ellos mismos su propia fruta; éstos han sido los últimos que han llegado.
Estamos satisfechos porque hemos crecido mucho gracias a los miembros colaboradores no tipificados como OPFH. Año tras año, en OPFH no podremos crecer si no se califican más OPFH en Cataluña.
¿Qué porcentaje del sector se encuentra entre sus filas?
Desde el punto de vista de la representatividad estrictamente económica, prácticamente tenemos el 100% de OPFH calificadas, tanto por la administración catalana como por el Ministerio con sede en Cataluña. Eso representa casi el 60 % del potencial productivo de Cataluña. Teniendo en cuenta que el 40 % que resta está muy disperso, es difícil saber dónde se encuentra, porque está muy atomizado en el territorio, aparece y desaparece, hay mucha fluctuación.
Además, depende mucho del punto de vista del territorio. Por ejemplo, aunque tenemos la sede social en Lleida, nuestro ámbito de actuación es toda Cataluña. Entonces, si tratamos la realidad de Girona, podríamos decir que el 100% de Girona esta aquí dentro. Respecto a Lleida, hablaríamos de un 50-60%. Pero si nos fijamos en Tarragona, bajaría mucho, porque los niveles de integración de la oferta en Tarragona no tienen nada que ver con Lleida o Girona.
En el caso de Barcelona, eso sí que es un "sálvese quien pueda"; en cuatro días ya no queda nada. Hay dos o tres grupos fuertes, como puede ser la cooperativa de Martorell, "Covides", y algunos a nivel personal que subsisten entre autopista y autopista, pero desgraciadamente no hay más.
¿Qué sectores són los más numerosos en su organización?
En nuestro ámbito, tratamos todo lo que es fruta dulce, a excepción de fruta seca y cítricos. No obstante, debemos ponerlo en cuarentena, ya que, poco a poco, recibimos peticiones especialmente de cítricos y hortalizas, que precisan una estructura de gestión. Cada vez hay un acercamiento mayor a estos otros sectores. Si todo va bien, acabará con un acercamiento total y absoluto.
Si Catalonia Qualitat proviene de lo que antes era el Comité Económico de la Fruta y con ocasión de la nueva denominación han sido modificados los objetivos de la organización, ¿qué últimos motivos vienen a promover este cambio?
Básicamente, el hecho de contribuir a la transparencia productiva y al conocimiento de las producciones; también promoción, elaboración de programas operativos de gestión para nuestras organizaciones de miembros o para la propia asociación. Tenemos que esperar que la reglamentación comunitaria sea más flexible. Éste es un tema que hemos de trabajar a nivel comunitario.
Después hay dos figuras que pueden extender la norma, lo que quiere decir que lo que es norma en la asociación acaba siendo norma para todos. Se trata de las interprofesionales y las asociaciones de OP. En nuestros estatutos también está este objetivo.
¿Qué más les ha aportado el cambio de Comité Económico de la Fruta a Catalonia Qualitat?
Como comité económico éramos el último mohicano de España, los únicos con esta estructura, y estábamos muy legalmente muy desamparados. El hecho de estar calificados como asociación da una cobertura clarísima en el propio reglamento comunitario y en las diferentes leyes de agrupamiento del Estado. En el comité, todo el mundo me preguntaba qué era y después de media hora de explicación, me decían: "¡Ah! Como una especie de asociación de OP". Ahora ya digo de entrada: "Somos una asociación de OP".
Durante las novenas jornadas de Catalonia Qualitat se ha distribuido la memoria del año 2000.
¿Nos podría resumir las actividades más importantes de ese año?
En el año 2000, lo más importante ha sido empezar a andar como Catalonia Qualitat. Éste es el nombre que está registrado, pero la denominación correcta y total es Asociación Catalana de Organizaciones de Productores de Fruta. Asimismo, ha habido muchas otras cosas. Un hito importantísimo fue el encargo, por parte de la Conselleria, en julio de 2000, de un Plan Estratégico para la fruta. Estuvimos trabajando en ello varios meses y en febrero de 2001 se presentó el primer volumen del trabajo acabado, la primera batería de propuestas para la Conselleria. El año 2000 también ha sido el punto de partida de la futura política frutícola en nuestra casa. Aparte, 2000 fue un año de consolidación clarísima de la casa, que cada año tiene que ir a más. El hecho de tener una base jurídica propia y garantizada, de constituirse en un referente, no tanto para el sector, sino para la administración, es importantísimo.
Catalonia Qualitat es una organización económica horizontal, lo que significa que no somos un sindicato ni una federación de cooperativas y que, por lo tanto, hay una serie de tareas que las organizaciones profesionales agrarias tienen que asumir y otras que debe llevar a cabo una organización económica. Si eso lo entendemos me parece que haremos un buen trabajo.
¿Cuáles han sido las actividades de 2001?
Hemos tenido la primera reunión de la comisión de seguimiento del plan de actuación de la fruta con la firma del convenio de colaboración con el departamento de Agricultura.
A partir de este convenio, trabajaremos de cara al año 2002. Existe un entramado de convenios con entidades y organizaciones que deben empezar. El hecho de ir hacia la extensión de normas a nivel interno y las baterías para poder tener una circunscripción económica aprobada por el Ministerio ya es un paso previo para hacer extensión de norma sobre la reglamentación comunitaria. Para eso, debe demostrarse representatividad en el territorio de kilogramos comercializados e influir muchísimo para que se produzcan, en el sector, alianzas estratégicas de comercialización. Hay que continuar luchando para la promoción marquista más que para la genérica.
Nos lo tenemos que creer de una vez por todas. No sólo con manzana, sino también con pera, melocotón y nectarina, donde tenemos mucho que decir en las organizaciones internacionales que haga falta. Hay una SIAL en París y una serie de congresos que ya están previstos.
Háblenos del futuro.
Tenemos la intención, y esto es una primicia, de llevar a cabo una iniciativa, para la cual he recibido luz verde, que consiste en crear un gran evento, que nos gustaría que fuese en Cataluña, donde habría una socialización de nuestra producción. Englobaría a consumidores, distribución... y, entre todos, llegaríamos al acuerdo de actuar como socios. En estos momentos, la mitad de la fruticultura de Cataluña está disciplinada a través del sistema de producción integrada. Esto es un gran esfuerzo.
Así es como conseguiremos ser un sector. Hay que profesionalizar nuestro sector y esto es una buena excusa para hacerlo. Queremos decirles a todos que tienen que ayudarnos a vender mejor nuestro producto y, para ello, han de poner en marcha un código de buenas prácticas. Por ejemplo, ¿por qué se rompe la línea de frío con la fruta? En el lugar donde se hace el negocio hay un foco de cien vatios y montañas de productos. Esto no puede ser. Debemos plantar cara de alguna manera. Se nos están exigiendo muchas otras cosas, pero nosotros también queremos ser como la estantería de yogures.
¿Cuáles han sido sus actividades en materia de promoción?
Por un lado, la promoción genérica; por otro, la promoción marquista. Catalonia Qualitat se centra en la promoción marquista. La promoción genérica está bien, la hemos hecho y debemos decir que hemos tenido que soportarla solos.
En la reglamentación comunitaria, el sistema de otorgamiento de ayudas ha cambiado. Permiten cofinanzar indicaciones geográficas protegidas, marcas colectivas... es decir, que todo se dirige hacia aquí. Nosotros también tenemos que ir hacia aquí.
Existe el programa de promoción genérica de manzana del Estado, que desgraciadamente soportamos solos hace dos campañas.
Por otro lado, hemos empezado acciones de exportación. La nueva reglamentación nos permite cofinanciar todo tipo de fruta, no sólo manzana. Ahora tenemos que reordenarnos y ver cómo recapitulamos todo esto.
¿Cuáles son los retos de futuro para la promoción de la fruta?
Hemos intentado crear en la promoción genérica todos los elementos para que, después, se puedan emplear en la promoción marquista. El cambio de mentalidad consiste en crear "los niños de la fruta", Tino y Lina; esto puede ser luego utilizado por la iniciativa privada.
¿Qué funciones asumide Catalonia Qualitat respecto a la producción integrada?
Con el tema del Consejo catalán de Producción Integrada, nosotros, a través de un convenio de prestación de servicios, hemos asumido todo lo que es la directiva de gestión del consejo. Catalonia Qualitat garantiza las funciones que dice la ley que debe tener el consejo. Éstas son, básicamente, gestión de registros, control y vigilancia de la marca. La persona que asegura la dirección de Catalonia Qualitat es la misma que hace de director técnico del consejo. Veremos hasta cuándo esto es posible.
¿Cuáles son las relaciones con la administración?
Actualmente, las relaciones con la administración son óptimas, porque hay un convenio de Catalonia Qualitat con la consejera que nos permite hacer desde todo a nada. Existe el convenio de colaboración y el plan de actuación como interlocutor y colaborador. Se nos encargan diversas cosas, se nos delega previsiones de fruta, fundamentos, reservas, estudios de mercado y todo lo que vaya saliendo del propio plan.
¿Se participa en la reglamentación de la administración?
No se participa en la reglamentación. Sindicatos y cooperativas diseñan con la administración la política agraria de Cataluña. Catalonia Qualitat es un colaborador técnico. Cuando la administración quiere saber qué pasa en el sector, nos llama, porque tenemos la información de los precios, de que es lo qué piensan las empresas, que es lo qué contemplan sus programas operativos... En definitiva, una visión global.
Somos los que menos desinformados estamos y no sólo en Cataluña, sino también en España y en el ámbito europeo. Hemos organizado dos veces los dos congresos de más envergadura a nivel europeo de conocimiento de la producción, Europesh, para la fruta de verano, que se celebra cada año en Perpiñán, y Promosfruit, celebrado de manera itinerante en la UE. Desgraciadamente, el único interlocutor español es Catalonia Qualitat. Somos los únicos que pertenecemos a las dos organizaciones de tipo económico, no de patronal: EuroFel y World Empire Association.
Vuestra asociación, que se parece a una organización de tipo interprofesional, pretende establecer fórmulas de colaboración entre productores y empresas de distribución de la fruta.
No. Una cosa es aquello que nosotros podamos llegar a hacer en la gestión, pero una figura como la interprofesional no acaba de arrancar el modelo de la Interprofessional. No somos una interprofesional, no queremos serlo; somos una organización económica de tipo horizontal. Nuestro nivel de actuación de la pirámide es producción y comercialización en origen. Nada más. A partir de aquí podemos hablar de detallistas, comercio e industria. Para nosotros, el organigrama claro de una estructura de país, de una interprofesional seria.
En la interprofesional tiene que haber gente con capacidad de decisión y recaptatoria de cara a los suyos, y tiene que participar toda la cadena. Una interprofesional muy abierta, no cerrada. Asimismo, tendríamos que procurar que esta interprofessional aglutinara cuantos más productos mejor.
¿Cuál es el proceso productivo, distribuidor y de embalaje de la producción integrada de fruta?
En la producción integrada todo está por hacer. Es un sistema que nos debe permitir hacer muchas cosas. Tendría que ser la excusa para profesionalizar mucho más el campo de la fruticultura catalana, pero después hemos de ver cómo se va a vender todo esto al consumidor. Hay muchas formas de comercializar la PI: política de calidad, de medioambiente, de seguridad alimentaria, etc. Desde el punto de vista de la comercialización, no está muy claro cómo hemos de vestir la PI. Nosotros la entendemos como un proceso que garantiza la calidad, no sólo del producto, sino de todo el sistema productivo, hasta que llega al consumidor. Utiliza una logística para llegar a las plataformas de compra de la misma calidad que la central y que, más tarde, se le ofrece al consumidor con las máximas garantías de higiene y salud. Las máximas garantías de calidad a los lineales. Lo que hemos de hacer es ayudar a la gente a adaptarse a estas nuevas formas de cultivos.
¿De qué trata el convenio?
El convenio reconoce Catalonia Qualitat como un referente en el sector. Por eso se le encomiendan unas tareas técnicas y la participación en el diseño de programas operativos, esto es, el trabajo conjunto entre la administración y el sector a través de Catalonia Qualitat. También es un instrumento, un canal de comunicación hacia al sector. Se convierte en un "lobby". Después permite el desarrollo y la puesta en marcha del plan.
Recientemente, en un viaje a Suiza observé maravillosos paisajes frutícolas. ¿Cataluña va en esa dirección? ¿Se trabaja en esa línea? Me parece que es una organización de país, una imagen.
Pienso que si no se trabaja en esa dirección, debe hacerse. Yo siempre me acordaré de Máximo Rossini, director general de una gran asociación de Trento, en el SudTirol italiano, donde seguramente se produce más manzana de Europa y, además, de calidad. En la primera diapositiva que nos enseñó no había ni un árbol frutal. Se podía ver la tierra, las montañas nevadas, los Alpes, un riachuelo, una granja, abetos... y la marieta, marca de producción integrada. Ojalá nosotros podamos llegar algún día a esa situación en la que, hablando de fruta, la gente conozca o tenga la imagen de las zonas de Girona y Lleida.
¿Cuáles son las directrices y la personalidad de la horticultura catalana respecto al resto del Estado?
Los payeses no han querido que sus hijos se dedicaran al campo, lo cual es una gran equivocación si entendemos la agricultura como una actividad empresarial y una profesión digna. Hemos de ayudar a que se entienda así.
En 2000, Eurofruit se celebró en Austria. La persona que nos guiaba por "la Lleida austriaca" decía que no nos extrañáramos de nada; que en su provincia, el 60 % de los alcaldes eran payeses. Esto quiere decir que el poder, económico, como político, estaba en manos de la payesía. Un alcalde de un pueblo de 300 ó 400 habitantes que viven de la payesía y tiene la segunda residencia en dicho pueblo puede ser una persona muy válida, pero esto quiere decir que ha perdido el control sobre su propio territorio. Hemos de procurar que el sector se dé cuenta de qué forma debe ser.
¿Cuáles son las diferencias entre el consumo por habitante catalán y europeo?
Hay diferencias, pero de tipo técnico. En general, nosotros somos grandes consumidores de fruta y hortaliza. Quizás nos dejamos llevar demasiado por una especie de complejo de inferioridad que nos traiciona. Pensamos que lo que viene de fuera es mejor.
La cultura anglosajona nos invade; hace que olvidemos nuestros hábitos. Para ser europeos tendríamos que consumir más mantequilla, leche, etc. Están de moda las frutas exóticas, la papaya, el aguacate, etc. A esto contribuye el hecho de que se ha roto la estacionalidad de la fruta. Nosotros tenemos marcadas las estaciones, porque vivimos en climas rigurosos. Todo esto se ha ido perdiendo. Muchos patrones sociales han cambiado. Nos gusta la fruta grande. En el extranjero, el melocotón es un bien de lujo. Tiene que venir gente de fuera para hacernos ver que lo que tenemos es mejor de lo que creíamos. Pese a todo, no hay grandes diferencias. Hemos pasado de unos consumos de productos lácteos muy bajos a unos muy altos, de consumir helados todo el año... Y estamos haciendo cambios. Yo me pongo las manos en la cabeza.