Innovación y seguridad alimentaria, claves del sector hortofrutícola mediterráneo
1 de diciembre de 2011
A pesar de los grandes esfuerzos en materia de investigación y desarrollo, el sector de las frutas y hortalizas españolas tiene que ganarse la confianza del consumidor aplicando una exhaustiva política de alta calidad, unido a una apuesta por la innovación que es una de las herramientas más importantes para poder conquistar a los consumidores de nuestros tiempos, muy exigentes y que buscan productos naturales y beneficiosos para la salud.
La fortaleza de nuestro sector radica en la gran capacidad de superación que tienen los productores hortofrutícolas, que son plenamente conscientes de que el sector atraviesa una de sus peores crisis, y que la caída de consumo ha afectado muy negativamente a las ventas de productos hortofrutícolas españoles en los mercados exteriores. Lamentablemente, el sector no ha sido capaz de superar retos tan importantes como son la concentración y ordenación de la oferta, la reducción de los costes de producción y la búsqueda de un mayor valor añadido en la comercialización de los productos en fresco.
A pesar de que la producción de frutas y hortalizas busca cada vez mayor originalidad, se deben intensificar las acciones en promoción, marketing y comunicación, que son tres asignaturas pendientes que el sector no ha sido capaz todavía de afrontar a pesar de la importancia que tienen para el comercio moderno de estos productos.
La apertura de nuevos mercados y la puesta en marcha de plataformas de distribución en destino, son dos parámetros sobre los que va a gravitar la comercialización de frutas y hortalizas a corto y medio plazo. Sin embargo, el sector productor –comercializador de frutas y hortalizas tiene que avanzar mucho más y seguir incrementando sus niveles de competitividad y dinamismo comercial. Aviso a navegantes: nos esperan unos años difíciles y solamente el trabajo duro y el buen hacer de los productores y comercializadores, permitirá superar la crisis actual y recuperar el valor añadido de las producciones agroalimentarias.