Denominación de Origen de un cultivo producido en 8 municipios de la Ribera de Navarra
Pimiento del Piquillo de Lodosa: Rojo por fuera, pasión por dentro
El Pimiento del Piquillo de Lodosa es una Denominación de Origen, aprobada en 1987 y reconocida por la Unión Europea desde octubre de 1996, cuyo cultivo se establece en ocho municipios de la Ribera de Navarra: Lodosa, Azagra, Andosilla, Lerín, Mendavia, San Adrián, Sartaguda y Cárcar.
Pimientos del Piquillo de Lodosa recolectados por Mikel Alcalde, agricultor de la Agrupación Hortícola de Cárcar, cooperativa socia del Grupo AN.
El Pimiento del Piquillo de Lodosa es dulce, para conserva, procedente de un ecotipo de la variedad Piquillo autóctono de Navarra. El nombre lo da su acabado en punta, ligeramente incisiva en el vértice, similar al pico de un ave.
La plantación se realiza sobre un suelo húmedo y tras el acondicionamiento previo mediante rotavator. Depende de las condiciones meteorológicas, pero suele realizarse en las últimas semanas de mayo o primeras de junio. “El cambio climático nos está condicionando mucho y cada vez plantamos más tarde para tratar de evitar los fuertes golpes de calor de los meses de julio y agosto”, explica Sara Machín, técnica de Grupo AN.
Un mes después de la plantación llegan los primeros riegos, que se suceden cada cuatro o cinco días. Así lo realiza Mikel Alcalde en su parcela de casi 2 hectáreas situada en Cárcar (La Rioja), donde no tiene limitaciones de agua. Eso sí, el riego ha de hacerse en la medida adecuada porque el pimiento de piquillo es un cultivo muy sensible a plagas como el Heliotis o el Oidio. Es tal la preocupación en este sentido que este joven agricultor está trabajando en un proyecto con sondas de agua para tratar de implementar a partir del próximo año.
Mikel planta pimientos del piquillo durante dos campañas consecutivas y posteriormente deja la parcela en barbecho.
La recolección se efectúa entre septiembre y octubre de manera completamente manual y por personal especializado, capaz de valorar la calidad del fruto y desechar el que no presenta las condiciones óptimas, afectado por el calor, enfermedad, etc.
Miikel detalló que en una campaña “normal” la producción ronda las 20 t/ha, si bien la última fue notablemente inferior debido a la sequía. El precio percibido fue de 0,92 €/t (se reduce prácticamente a la mitad sin D.O.), con unos costes de producción estimados en unos 0,48 €/t.
Transformación
Siguiendo el proceso natural, de la producción en campo pasamos a la transformación en fábrica, para lo cual nos trasladamos a Andosilla, donde Conservas Dantza (Grupo AN) tiene instalaciones dedicadas al pimiento, espárrago y verduras.
La visita tuvo lugar en los últimos días de septiembre, en plena campaña del pimiento, y pudimos conocer de cerca las diferentes etapas claves para asegurar que los pimientos de piquillo mantengan su sabor, textura y calidad.
- Recepción. Llega el producto procedente del campo y se procede a su identificación, tarea realizada por el Departamento de Control de Calidad. Aquí se verifica que reúne los requisitos exigidos por la D.O. en términos de medidas (longitud: 7-10 cm; grosor: 5-7 cm, peso 35-50 grs) y aspecto (color rojo adecuado, puntiagudo, carente de ‘pecas’).
- Almacenamiento. A continuación, en función del volumen y las necesidades de fábrica, se pasa al almacenamiento, donde los pimientos se conservan a una temperatura constante entre 4 y 6°C a la espera de su transformación.
- Lavado. Paso imprescindible para la eliminación de impurezas o residuos con el fin de preservar la higiene del producto final.
- Asado. Se realiza mediante llama directa. Este proceso no solo facilita el pelado, sino que también aporta el característico sabor ahumado del pimiento de piquillo.
- Pelado y Descorazonado. Después del asado, los pimientos se pelan manualmente para retirar la piel quemada. A continuación, se descorazonan y se eliminan las semillas. Este proceso es delicado y requiere habilidad para no dañar la carne del pimiento.
- Envasado. Los pimientos pelados y descorazonados se envasan en frascos o latas. Durante este paso, se añade una pequeña cantidad de salmuera o agua para conservar el producto. El envasado se realiza en condiciones estériles para asegurar la conservación y calidad del pimiento.
- Esterilización. Una vez envasados, los frascos o latas se someten a un proceso de esterilización. Este paso es esencial para eliminar cualquier microorganismo que pudiera afectar la seguridad del producto. La esterilización se realiza mediante calor, garantizando la longevidad del pimiento en conserva.
- Etiquetado y Almacenamiento. Finalmente, los envases se etiquetan con toda la información necesaria, incluyendo la denominación de origen, fecha de envasado y caducidad. Los productos terminados se almacenan en condiciones controladas hasta su distribución.