Ifapa muestra los primeros resultados del proyecto sobre producción hortícola en Sierra Nevada
Jornada de transferencia organizada por el Ifapa en Cádiar (Granada).
El sistema de producción hortícola de la Alpujarra es rentable a nivel económico y social, pero es necesario reforzar su sostenibilidad medioambiental. Estos son los primeros resultados del proyecto impulsado por el Ifapa y la Universidad de Granada que evalúa y optimiza los sistemas de producción hortícola en Sierra Nevada.
Dichas conclusiones se comunicaron el pasado viernes durante unas jornadas en Cádiar (Granada). Marta Bosquet, presidenta del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica, María del Carmen Reyes, delegada de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en Granada y Francisco Muñoz, director del Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada inauguraron el acto.
El evento consistió en tres ponencias técnicas y una mesa de discusión con los participantes. Así, los investigadores del Ifapa han explicado los objetivos del proyecto y los primeros resultados sobre al impacto visual por simulación digital y caracterización radiativa de mallas antigranizo, además de analizar las experiencias con setos como reservorio de fauna auxiliar en explotaciones hortícolas.
En concreto, el proyecto de evaluación y propuestas de optimización para los sistemas de producción hortícola en el Parque Natural de Sierra Nevada, cuyos trabajos se extenderán hasta 2026, está siendo desarrollado por investigadores de los centros Ifapa Camino de Purchil (Granada) y La Mojonera (Almería), así como de la Universidad de Granada, bajo la coordinación de la investigadora María Teresa Soriano.
Nace de una demanda institucional del Parque de Sierra Nevada para llevar a cabo un estudio del impacto paisajístico generado por diversas opciones de estructuras con mallas antigranizo, unas estructuras implantadas en explotaciones hortícolas en varios municipios de la Alpujarra. En este sentido, el proyecto incluye la redacción de un informe de líneas directrices para la modificación de la normativa vigente.
Así, los trabajos se centran en la zona de montaña por encima de los 900m de altitud de esta comarca, donde el riesgo de granizo hace inviables los cultivos hortícolas estivales de mayo a octubre sin la utilización de una malla de protección antigranizo.
Con este proyecto se busca establecer los requisitos que deben cumplir dichas instalaciones para la reducción de su impacto y hacer compatible la producción agrícola y la rentabilidad del agrosistema con la protección del espacio natural.
Para ello, los investigadores están caracterizando radiativamente varios tipos de mallas en un bastidor patentado y estudian aquellas que potencialmente pueden generar menos impacto visual, seleccionando las más idóneas para construir un prototipo piloto en una finca de la comarca.
Este trabajo incluye además el análisis de otros elementos para disminuir el impacto, como el color, los materiales de la estructura y la forma de la parcela, así como la experimentación con setos perimetrales que sirvan como reservorio de fauna auxiliar y polinizadores.
Dicho prototipo tendrá un seguimiento microclimático y productivo durante los ciclos de cultivo 2025 y 2026, unos estudios que determinarán las buenas prácticas a cumplir para dichas explotaciones. El prototipo servirá, además, como escenario para la transferencia de diferentes técnicas que mejoren la eficiencia del uso del agua, los fertilizantes y la producción ecológica.