El mercado y la comercialización de frutas tropicales y exóticas como el maracuyá cuenta con buenas perspectivas, pero debemos ser cuidadosos en el proceso de producción y el ritmo de crecimiento

La introducción en el invernadero de productos de alto valor, como frutales tropicales o exóticos, puede incrementar la rentabilidad de las explotaciones y contribuir a diversificar nuestra producción agrícola. Este artículo resumen los resultados de un ensayo efectuado en la Estación Experimental de Cajamar, ubicada en El Ejido (Almería).

Existen unas 575 especies dentro del género Passiflora (fam. Passifloraceae), de las cuales unas 40 producen frutos comestibles (Bonilla et al., 2015). La mayoría de las especies que tienen interés comercial son originarias de Colombia, Brasil, Perú y Ecuador, que constituyen los principales centros de diversidad genética. A pesar de su origen americano, en el mundo el cultivo de la fruta de la pasión se inició en forma importante en la década de 1940 en Australia, de donde se trasladó a Kenia y Sudáfrica. Ya en la década de 1970 se desarrolló en Brasil y en la de 1980, en Colombia y Ecuador y posteriormente se extendió a Costa Rica, Venezuela y Perú.

La producción mundial de fruta de la pasión alcanzó unos 1,5 millones de toneladas en 2017, gracias a la producción de Brasil, Colombia e Indonesia, los principales productores. El volumen total de producción de Brasil alcanzó casi 1 millón de toneladas en 2017, con un crecimiento interanual de alrededor del 3%. Perú también tiene un amplio potencial para exportar maracuyá, ya que producción abarca más de 12.000 ha en las zonas de montaña y selva del país. En cuanto a otros proveedores internacionales, Ecuador es el mayor productor y exportador mundial, seguido de Australia y Nueva Zelanda (Altendorf, 2018).

Respecto al mercado europeo, las importaciones de fruta de la pasión, de todos los orígenes, alcanzaron unas 12.600 toneladas en 2021. En el espacio de una década, los volúmenes totales casi se duplicaron debido al auge de Colombia, que se consolidó como líder del mercado en 2021, con casi 7.000 toneladas. Colombia exporta por vía marítima gulupa o maracuyá morado (Passiflora edulis f edulis) y de forma marginal maracuyá amarillo (P. edulis f flavicarpa) y granadilla vía avión (P. lingularis). Vietnam es el segundo mercado proveedor de fruta de la pasión de Europa, exportando de 3.000 a 4.000 toneladas anuales desde 2018, principalmente por flete aéreo, lo que conduce a precios más altos. Las exportaciones sudafricanas disminuyeron un 48% entre 2017 y 2021. Además, ha surgido una producción a pequeña escala en los últimos años en Portugal e Italia, que hasta ahora suministran pequeños volúmenes (CIRAD, 2023).

Debido a la gran diversidad de especies dentro del género Passiflora, las hibridaciones espontaneas ocurridas en la naturaleza, los estudios moleculares más recientes y las continuas prospecciones de nuevo material en las zonas de origen, su taxonomía y clasificación está en continua evolución. Entre las especies de Passiflora y sus híbridos naturales existen diferencias morfológicas importantes en relación con los ramos, que pueden ser cilíndricos o cuadrangulares, hojas lobuladas o enteras, flores de muy variado color, tamaño y biología floral y frutos de diferente forma, tamaño, color, aroma y sabor. Es una planta trepadora que presenta en cada nudo un zarcillo y una hoja, y en la axila de la hoja, una yema reproductiva que da lugar a una flor y una yema vegetativa que origina un nuevo brote. Estas especies se caracterizan por su rápida entrada en producción (5-8 meses después del trasplante) y pueden alcanzar cosechas entre 15 y 50-60 toneladas por hectárea y año. Para su cultivo se emplean sistemas de conducción como espalderas o parrales como los utilizados para la uva de mesa.

Dentro de las especies cultivadas, la más conocida y ampliamente distribuida es Passiflora edulis Sims., que contempla dos variedades botánicas:

• El maracuyá amarillo, también conocido como maracuyá ácido, (Passiflora edulis f flavicarpa), es la especie más cultivada para la producción de zumo, aunque también se comercializa como fruta fresca en el mercado interno de los países productores (Brasil, Ecuador y Colombia) (Figura 1). Brasil es el principal productor y consumidor mundial y cuenta con una superficie de 41.000 ha y una producción de 554.000 t, con un rendimiento bajo (14 t ha^-1 año^-1) pero que se puede incrementar notablemente (entre 30-50 t ha^-1 año^-1) con el uso de variedades mejoradas y adecuadas prácticas culturales. Las hojas son trilobuladas y los frutos en general tienen cáscara de color amarillo, aunque pueden presentarse también frutos anaranjados e incluso morados. El tamaño del fruto oscila entre 150-300 g con un rendimiento en pulpa superior al 35% y un contenido en sólidos solubles totales de 10 a 15 ºBrix.

Se adapta bien a zonas de clima tropical o subtropical de baja altura con temperaturas superiores a los 15 °C. La temperatura ideal para el desarrollo del cultivo está entre los 23-25 °C. Temperaturas por debajo de los 15 °C provocan la caída de botones florales y frutos jóvenes y dificulta el cuajado. Para la floración requiere un fotoperiodo superior a las 11 horas y una temperatura por encima de los 15 °C. Entre las variedades registradas para su cultivo destacan las desarrolladas por el Embrapa como ‘BRS Gigante Amarelo’, ‘BRS Sol do Cerrado’, ‘BRS Ouro Vermelho’ y ‘BRS Rubi do Cerrado’. El maracuyá amarillo es autoincompatible, esto es, necesita polinización cruzada, con polen procedente de flores de otra planta, para una adecuada fecundación y cuajado de frutos. La polinización natural se lleva a cabo por abejorros (Xylocopa sp), abejas y otros insectos con una efectividad en torno al 15%. Por este motivo en los cultivos comerciales es preciso llevar a cabo polinización manual que puede alcanzar el 70% de efectividad (Gelape et al., 2020).

Figura 1. Maracuyá amarillo (Passiflora edulis f flavicarpa).

• El maracuyá morado (Passiflora edulis f edulis), conocido también como gulupa o “purple passion fruit”, que es la segunda en importancia económica del género Passiflora y se comercializa principalmente como fruta fresca en todo el mundo (Ocampo y Morales, 2012) (Figura 2). Colombia es el principal productor de esta especie con alrededor de 1.500 ha cultivadas y una producción de 25.000 t anuales, seguida de Kenia, Sudáfrica y Zimbawe, y unos rendimientos entre 20-30 t ha^-1 el primer año. Las hojas son también trilobuladas y el fruto tiene la cáscara de color púrpura oscuro y un tamaño entre 46 y 76 g con pulpa aromática con menor acidez y más dulce que el maracuyá amarillo.

Se adapta bien a zonas con clima subtropical o tropical de altura, soportando temperaturas entre 10-24 °C. La temperatura óptima se encuentra entre los 15-22 °C durante el día y de 12-14 °C durante la noche. La humedad relativa ideal está entre el 60-70% y con humedad relativa baja se produce el aborto de las flores. A nivel mundial se han desarrollado 19 cultivares comerciales derivados de la gulupa en tres países: Australia, ‘Nellie Kelly’, ‘Australian Purple’, ‘Norfolk Black’ y ‘Purple Gold’; Estados Unidos, ‘Grafted Black’, ‘Black Knight’, ‘Edgehill’, ‘Kahuna’, ‘Paul Ecke’, ‘Purple Giant’, ‘Perfecta’, ‘Sevick Selection’, ‘Waimanalo Selection’, ‘Crackerjack’, ‘Bountiful Beauty’, ‘Nancy Garrison’, y ‘Rainbow Sweet’; Nueva Zelanda, ‘Black Beauty’ y ‘Bali Hai’ (Ocampo et al., 2020). En cuanto a la polinización, la gulupa es una especie autofértil, aunque requiere de vectores de polinización para obtener buenas producciones (Rendón et al., 2013).

Figura 2. Maracuyá morado (Passiflora edulis f edulis).

• La granadilla (Passiflora lingularis Juss.), es la tercera especie de importancia económica del género Passiflora que se produce en las zonas altas de Ecuador, Bolivia, Venezuela, Perú y Colombia para consumo interior en fresco y es exportada a Europa por Ecuador y Colombia (Figura 3). También se produce en Sudáfrica, Kenia y Australia. Los rendimientos medios en Colombia están en torno a las 10 t ha^-1. Las hojas son enteras y acorazonadas y el fruto es una baya de forma casi esférica, con cáscara de color anaranjado, dorado, pardo o amarillo con pequeñas pintas claras. La pulpa está llena de semillas duras de color negruzco, rodeadas por un arilo gelatinoso, transparente, de color gris claro, con sabor acidulo muy aromático con un tamaño entre 70-140 g.

Las temperaturas requeridas oscilan entre 15 y 23 °C, con un rango óptimo entre 18 y 20 °C; temperaturas inferiores a 12-15 °C incrementan el aborto floral, disminuyen la fecundación y pueden provocar rajado de frutos. La humedad relativa óptima para la polinización y fecundación oscila entre 65 y 75%. En cuanto a variedades existe una elevada variabilidad genética y se distinguen distintos ecotipos según su origen o características: criolla, pecosa, valluna, urrao, cáscara de huevo y huila. Respecto a la polinización, la granadilla es una especie autofértil, aunque requiere de vectores de polinización para alcanzar buenos rendimientos (Arias et al., 2016).

Figura 3. Granadilla (Passiflora lingularis).

• El maracuyá dulce (Passiflora alata Curtis), originario de Brasil, es la segunda Pasiflora más producida en este país, donde se consume como fruta fresca (Figura 4). En este país los rendimientos pueden alcanzar las 30 t ha^-1. Presenta tallos cuadrangulares, hojas enteras, flores colgantes muy llamativas y aromáticas y fruta de forma aperada y cáscara amarilla-anaranjada, aromática y sabrosa, con un tamaño de 200-300 g. A diferencia de otras Pasifloras el fruto permanece en la planta una vez ha madurado.

Tolera bajas temperaturas y florece con un fotoperiodo por debajo de las 11 horas que requiere P. edulis, por lo que puede crecer y florecer casi todo el año. En general la multiplicación del maracuyá dulce se lleva cabo mediante la selección de semillas, aunque recientemente se ha registrado la variedad ‘BRS mel do Cerrado’. El cuajado de los frutos de maracuyá dulce es muy bajo con temperaturas <10 °C o >35 °C, principalmente en situaciones de humedad relativa del aire por debajo de < 30%. Para conseguir buenos rendimientos es aconsejable realizar polinización manual.

Figura 4. Maracuyá dulce (Passiflora alata).

Otras especies cultivadas con relativa importancia son:

• La curuba (Passiflora tripartita var. mollissima) cultivada en Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú y Bolivia. Conocida también como banana passionfruit presenta frutos de forma oblonga a redonda, de 70 a 100 g, con un color amarillo, rojo o verde amarillento que contiene pulpa de un color amarillo más o menos intenso con muchas semillas (Figura 5).
• La cholupa (Passiflora maliformis L.) conocida como granadilla de hueso o de piedra con frutos de forma esférica y cáscara verde muy dura y pulpa de color amarillo anaranjado (Figura 5).
• La badea (Passiflora quadrangularis L.) presenta frutos de aroma agradable con un sabor dulce y a la vez ligeramente ácido, peso de hasta 450 g, con cáscara de color amarillo verdoso y pulpa de color salmón (Figura 5).

Figura 5. a. Curuba (Passiflora tripartita var. mollissima); b. Cholupa (Passiflora maliformis); c. Badea (Passiflora quadrangularis).

La introducción en el invernadero de productos de alto valor, como frutales tropicales o exóticos, puede incrementar la rentabilidad de las explotaciones y contribuir a diversificar nuestra producción agrícola. Entre junio y septiembre de 2019 se estableció, en la Estación Experimental de Cajamar, ubicada en El Ejido (Almería), una plantación con seis especies de la familia de las Pasifloras, en un invernadero tipo multitúnel de acero galvanizado, con cubierta asimétrica de polietileno de baja densidad y 200 micras de espesor. Las capillas estaban orientadas E-O, de 7,5 m de anchura, con una altura en la canaleta de 3,4 m y una altura en cumbrera de 5,4 m. En cada capilla existe una ventana cenital continua abatible en la vertiente sur y ventanas laterales enrollables en las bandas norte y sur con control de clima. Se utilizó un sistema de conducción en parral a 2 m de altura con un marco de plantación de 2,5 x 2,5 m y una espaldera también de 2 m de altura, con calles de 2,5 m y una distancia entre plantas dentro de la fila de 2,5 m con orientación N-S (Figura 6). Este ensayo finalizó en el verano de 2022, tres años desde la plantación. Para la polinización se introdujeron colmenas de abejorros (Bombus terrestris) durante la floración.

Las especies y variedades cultivadas fueron las siguientes:

• Granadilla (P. lingularis).
• Maracuyá amarillo ‘Rubi do Cerrado’ (P. Edulis f. flavicarpa).
• Maracuyá amarillo (P. edulis f. flavicarpa).
• Maracuyá dulce (P. alata).
• Gulupa (Passiflora edulis f. edulis).
• Maracuyá morado híbrido (P. edulis f. edulis x colvilli).

Los resultados mostraron que la granadilla no se adapta bien a nuestras condiciones en invernadero. El crecimiento fue muy limitado y solo se observaron unos pocos frutos cuajados en la primavera de 2022 (Figura 7). Posiblemente no tolera las temperaturas más altas alcanzadas durante el verano, junto con humedades relativas bajas y puede que la salinidad del agua de riego, con más de 500 mg/L de cloruros, también le afecte negativamente.

El maracuyá dulce presentó un vigor medio adaptándose muy bien a ambos sistemas de conducción. Mostró una floración muy abundante y llamativa a lo largo de todo el año, lo que podría darle incluso valor como ornamental (Figura 9). Su fruto es muy valorado para su consumo en fresco, pero tiene una vida postcosecha muy corta. Esto implica que es un producto nuevo para el mercado europeo y no hay competencia de terceros países. Los frutos son amarillos y de tamaño grande. La producción con abejorro es superior a la de los maracuyás ácidos (amarillos), pero se observan caídas masivas de flores en determinadas épocas.

Se ha comprobado que esta especie es autoincompatible en nuestras condiciones, ya que el cuajado en flores polinizadas con su propio polen, previamente embolsadas, es nulo (Figura 10). En flores expuestas a la polinización libre, sin embolsar, el cuajado osciló entre el 47-50%, gracias a la polinización realizada por los abejorros, con peros medio del fruto en torno a los 160 g. Cuando se realizó polinización cruzada manualmente, con polen de flores de otra planta, el cuajado fue muy superior del 80-90% (Cuadro 1) y los frutos más grandes. Su viabilidad que dependerá del valor final que los frutos puedan alcanzar en el mercado.

Cuadro 1. Efecto del tipo de polinización sobre el cuajado y calidad del fruto de maracuyá dulce (P. alata).

La gulupa, maracuyá morado, es bastante productiva en condiciones de invernadero y la polinización con los abejorros funciona bastante bien. Sin embargo, sufre en verano en invernadero con temperaturas elevadas y humedades relativas bajas, condiciones en las que se observan brotes secos y vegetación más escasa (Figura 11). Los frutos presentan un tamaño pequeño y su destino es el mercado en fresco. Se adapta mejor al cultivo en espaldera (Figura 12).

Este híbrido ha sido el más productivo en condiciones de invernadero, con frutos de tamaño medio y excelente calidad y se ha adaptado mejor al cultivo en espaldera (Figura 13). La producción en espaldera ha sido prácticamente el doble que en el sistema parral (Cuadro 2). Este incremento de la producción con la misma densidad de plantación puede explicarse por la mayor superficie foliar expuesta en el sistema en espaldera (10,5 m²) frente al parral (6,25 m²). Además, la poda en espaldera es más sencilla y requiere de menos mano de obra. Los frutos en parral presentaron, sin embargo, muestran una coloración de la piel más uniforme.

La primera cosecha se recolectó entre marzo y junio de 2020, seis meses después del trasplante. Tras el crecimiento de nuevos brotes, sobre las ramas terciarias, durante el verano y otoño, se obtuvo una segunda cosecha, entre los meses de diciembre de 2020 y febrero de 2021 que alcanzó unos rendimientos de 18,5 t ha^-1 (Cuadro 3). En abril se realizó una poda de renovación sobre las ramas terciarias, dejando unos 15-20 cm por debajo de los brazos. Tras el crecimiento de los nuevos brotes resultó una nueva cosecha entre julio y agosto de 2021 que alcanzó las 22,5 t ha^-1 (Cuadro 3). Se realizó de nuevo una poda a principios de septiembre y se obtuvo la cuarta cosecha entre los meses de febrero y marzo con unos rendimientos de 15,9 t ha^-1 (Cuadro 3). Tras una nueva poda se obtuvo la quinta y última cosecha de este ensayo entre junio y agosto de 2022 con un rendimiento de 17,8 t ha^-1 (Cuadro 3).

Esto implica que en tres años desde el trasplante se han alcanzado las 75 t ha^-1, teniendo en cuenta además que no se ha contabilizado la primera cosecha. Entre un 70-80 % de esta producción es de fruta con un peso superior a los 70 g, clasificada en el mercado de primera categoría (Figura 16). Sin embargo, en la última cosecha de verano de 2022 solo se alcanzó el 10% de fruta de 1ª categoría, probablemente debido a las altas temperaturas, que afectaron también a otras especies. El contenido en sólidos solubles totales se ha mantenido más o menos constante a lo largo de las distintas cosechas con valores medios que han oscilado entre los 14 y 16 ºBrix (Cuadro 3).

Cuadro 3. Producción y calidad de maracuyá morado híbrido en invernadero a lo largo del ensayo. (SST: sólidos solubles totales; Producción 1ª cat. Peso fruto >70 g).

Hay que resaltar que en las principales zonas de producción la vida útil de las plantaciones es corta debido a la elevada presión de plagas y enfermedades. En invernadero en nuestras condiciones se han observado algunos daños por trips en frutos recién cuajados que se ha controlado con estrategias de control biológico. En el interior del invernadero hay setos de biodiversidad con plantas autóctonas para facilitar el establecimiento de fauna auxiliar beneficiosa y se ha desarrollado un protocolo de sueltas de enemigos naturales como Orius leavigatus y Transeius montdoriensis para su control. También se ha detectado presencia de mosca de la fruta (Ceratitis capitata) controlada mediante trampeo masivo. Para la polinización se introducen periódicamente colmenas de abejorros, como ya se ha indicado.

En determinadas fases de cultivo se han detectado problemas de aborto o caída de botones de flor, flores y pequeños frutos, así como falta de tamaño en frutos maduros. En condiciones de temperaturas elevadas y humedad relativa baja pueden aparecer problemas de déficit de polinización, baja viabilidad del polen, receptividad del estigma, actividad de los vectores de polinización o caídas por competencia entre frutos, que pueden afectar a los rendimientos y calidad de la cosecha, así como situaciones de estrés hídrico o déficit de nutrientes.

En octubre de 2022, realizamos una nueva plantación con el objetivo de optimizar el sistema de producción, la gestión y control del clima en el invernadero, necesidades de agua y nutrientes, poda en verde y recolección.

Las necesidades teóricas de riego (ETc) se han calculado a partir de los datos de evapotranspiración de referencia en invernadero (ETo) y los coeficientes de cultivo (Kc) establecidos para maracuyá, que oscilan entre 0,40 y 0,90 a lo largo de todo el ciclo de cultivo. El cálculo de la ETo se ha realizado empleado el modelo radiación Palmerillas desarrollado para los invernaderos de Almería (Fernández et al., 2001), a partir de los valores de transmisividad del invernadero y la radiación solar exterior histórica. Los coeficientes de cultivo utilizados son 0,4 durante el crecimiento apical (octubre); 0,5 durante el crecimiento lateral (noviembre-diciembre); 0,7 en la fase de floración-cuajado (enero-abril); y 0,9 en la fase de maduración y recolección (mayo-julio). El consumo total del cultivo en este primer ciclo ha estado en torno a los 3000 m³ ha^-1. En cuanto a la fertilización, se aplicaron un total de 150, 80 y 300 unidades de fertilizantes de N, P₂O₅, y K₂O, respectivamente, a lo largo del ciclo. La dosis de aplicación fue de un 15% durante el crecimiento apical-lateral (octubre a diciembre); un 20% durante el crecimiento de las ramas terciarias e inicio de floración (enero-febrero); un 25% en la fase de floración-cuajado (marzo-abril); y un 40% durante la maduración y recolección (mayo a julio).

En febrero de 2023 se observaron los primeros botones de flor, lo que indica que el fotoperiodo inductor de la floración es superior a las 10,5 horas. Desde junio hasta mediados de julio se ha obtenido la primera cosecha en torno a las 13 t ha^-1. Tras la poda llevada a cabo en julio se ha obtenido una segunda cosecha entre febrero y marzo de 2024.

En cuanto al mercado y la comercialización de frutas tropicales y exóticas como el maracuyá, las perspectivas son buenas, pero debemos ser cuidadosos en el proceso de producción y el ritmo de crecimiento. Es importante que el crecimiento de los cultivos y de la producción vayan de la mano del crecimiento de la demanda para no quebrar el sistema. Se deben construir proyectos a medio, largo plazo con una base sólida de partida. Desde los primeros ensayos hasta que la fruta sale al mercado es necesario madurar el proyecto para evitar fracasos. Es fundamental hacer una apuesta decidida por la calidad, ofreciendo fruta recolectada en su punto óptimo, madurada en el árbol, rica y sabrosa y promocionar la proximidad, la sostenibilidad y las propiedades beneficiosas para la salud de estas frutas.

Literatura citada

Altendorf, S. 2018. Minor tropical fruit. Mainstreaming a niche market. Food Outlook Biannual report on global food markets. FAO. 69-76.

Arias, J.C., Ocampo, J., Urrea, R. 2016. Sistemas de polinización en la Granadilla (Passiflora ligularis Juss.) como base para estudios genéticos y de conservación. Acta Agron. 65 (2) p 197-203.

Bonilla, M.M., Aguirre, A.C., Agudelo, E.M. 2015. Morfología de Passiflora: una guía para la descripción de sus especies. Revista de Investigación Agraria y Ambiental, 6(1): 91-109.

CIRAD. 2023. Passion fruit: European market with the wind in its sails. Fruit Trop on line, https://www.fruitrop.com/en/Articles-by-subject/Direct-from-the-markets/2023/Passion-fruit-European-market-with-the-wind-in-its-sails. Published on 23/01/2023.

Gelape, F., Junqueira, N.T.V., Jesús, O.N., Cenci, S.A., Rosa, R.C., Costa, A.M., Junqueira, K.P., Junghans, T.G. 2020. Capítulo 1. Maracuyá: Passiflora edulis Sims. En: Carlosama et al. (eds.). Pasifloras. Especies cultivadas en el mundo. 15-28.

Ocampo, J., Morales, G. 2012. Aspectos generales de la gulupa (Passiflora edulis f. edulis Sims). In: Ocampo, J. and Wyckhuys, K. (eds.). Tecnología para el cultivo de la gulupa en Colombia (Passiflora edulis f.edulis Sims). República de Colombia, Bogotá: Centro de Bio-sistemas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Centro Internacional de Agricultura Tropical CIAT y Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, 2012. p. 7-12.

Ocampo, J., Rodríguez, A., Parra, M. 2020. Capítulo 7. Gulupa: Passiflora edulis f. edulis Sims. En: Pasifloras. Especies cultivadas en el mundo. Carlosama et al. (eds.). 139-155.

Rendón, J. S., Ocampo, J., y Urrea, R. 2013. Estudio sobre polinización y biología floral en Passiflora edulis f. edulis Sims como base para el premejoramiento genético. Acta Agronómica, 62(3), 232-241