"Nos hemos acostumbrado a vivir en la abundancia y a tirar la comida, algo impensable en otras épocas"
Entrevista a Virginia Fradejas, fundadora y CEO de Kamarere
Virginia Fradejas es ingeniero técnico industrial y desde hace un año está al frente de su propio proyecto: Kamarere. Una iniciativa vinculada al sector primario y que combate el desperdicio alimentario gracias al aprovechamiento de frutas y verduras descartadas comercialmente y que se deshidratan para producir de forma natural una amplia variedad de ingredientes, sazonadores, concentrados de verduras, mieles de sabores, smoothies... Interempresas ha visitado sus instalaciones en la incubadora de empresas biotecnológicas del Parque Tecnológico de Boecillo en Valladolid, tras recibir el primer premio del Programa TalentA impulsado por Corteva y Fademur para el poner en valor el papel de las mujeres en el medio rural.
¿De dónde proviene el nombre de la empresa?
Kamarere es una especie de eucalipto que tiene en su corteza una amplia variedad de colores y puede alcanzar los 70 metros de altura. Me pareció interesante la similitud de estos colores con las frutas y las verduras y, por otro lado, es un árbol con un tronco muy ancho en su base y que alcanza una gran altura, en referencia a lo que me gustaría que llegara a ser la empresa.
¿Por qué uno de los aspectos relacionados con la creación de Kamarere es la lucha frente al desperdicio alimentario?
Nos hemos acostumbrado a vivir en la abundancia y a tirar la comida, algo impensable en la época de nuestros abuelos. Todo por tener en el lineal de los supermercados frutas y verduras con una apariencia perfecta. Sobre este problema creo que se tiene que trabajar más y concienciar a los consumidores, especiamente en edades tempranas y en las escuelas si es posible. Es necesario dar a conocer diferencias básicas como es la fecha de consumo preferente o de caducidad... Creo que todavía no hay una cultura sobre esta problemática en España.
En concreto, los productos que elaboro tienen 2 años de vida útil con respecto a la materia prima original y necesitan mucho menos espacio para su transporte y conservación. No requieren refrigeración y rehidratando el producto se obtiene de nuevo la fruta o la verdura deseada.
¿Con qué materia prima trabaja y en qué consiste el proceso de producción que lleva a cabo?
La dinámica es aprovechar aquellas frutas y verduras que son descartadas por motivos estéticos o comerciales, principalmente a causa de un calibre distinto al habitual. No se trata de destríos que están en mal estado, sino de piezas que por los motivos que comento no llegan a comercializarse. Principalmente trabajo con naranja, limón, remolacha de mesa, cebolla, arándano, fresa, mora, zanahoria y tomate. En los próximos meses empezaré a elaborar con frambuesa, los frutos rojos tienen mucho éxito entre los consumidores.
En primer lugar se hace una desinfección de las frutas y verduras que vamos a utilizar. Después se pelan y se trituran para posteriormente hacer el deshidratado por convección forzada y en vacío. Este último proceso requiere bastante tiempo -de 17 a 20 horas- porque se hace a bajas temperaturas para preservar todas las características y propiedades nutricionales de la materia prima. Una vez se ha deshidratado se efectúa una segunda molienda y por último el envasado y etiquetado.
¿Cuál es la procedencia de la materia prima?
La materia prima procede sobre todo de la zona de Segovia, Valladolid y el Bierzo en Castilla y León, y también de zonas de Galicia. Trabajo de forma directa con agricultores y con empresas de alimentación que envasan este tipo de productos. Utilizo frutas y verduras que, antes de que se pudran por no poder comercializarse, el agricultor normalmente las usa para alimentar al ganado o directamente se desechan por no reunir las características que demanda el mercado.
¿A qué tipo de público se dirige el producto final?
Por mi volumen actual no podría atender la demanda que genera una gran industria alimentaria. Por eso, en estos momentos el objetivo que me he marcado es llegar al consumidor final para un uso doméstico del producto y al cliente semi-industrial como pueden ser los obradores o los restaurantes. Para lograrlo, estoy haciendo bastante hincapié en explicar las bondades que tiene el producto y las diferentes formas en las que se puede aprovechar.
¿Cómo se pueden adquirir los productos que elabora?
La distribución no es convencional sino que a través de redes sociales (Instagram, LinkedIn, TikTok y Pinterest) voy dando a conocer la marca y los productos. En cuanto a la venta, se puede decir que es directa porque están disponibles en varios 'marketplace' como son Mentta, Correos Market y Planeta Huerto.
¿Qué ha significado ganar la edición de este año del premio que otorga el Programa TalentA impulsado por Corteva Agriscience y Fademur para poner en valor el papel de las mujeres en el medio rural? En general, ¿qué presencia tiene la mujer en el emprendimiento relacionado con el sector agroalimentario en España?
El premio es una inyección de energía y supone un reconocimiento al trabajo y al proyecto en sí mismo. Por otro lado, la parte económica siempre viene bien. En cuanto a la presencia de la mujer en el sector agroalimentario, lo que conozco hasta ahora son proyectos a pequeña escala y supeditados al ámbito estrictamente local en la mayoría de los casos. Creo que esto es algo que debería cambiar, sobre todo si se quiere crecer en un mercado tan globalizado como el actual.
