El reto de la sanidad vegetal y el papel de la AESaVe

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha presentado el Año Internacional de la Sanidad Vegetal (AISV) de las Naciones Unidas en 2020, cuyo objetivo es concienciar a nivel mundial sobre cómo la protección de la salud de las plantas puede ayudar a erradicar el hambre, reducir la pobreza, proteger el medio ambiente e impulsar el desarrollo económico. Esta concienciación arranca con la necesidad de organizar la lucha contra dos plagas concretas, filoxera y langosta (Ley de Plagas del Campo de 1908). Es decir, empieza la Administración a adoptar un papel decisivo en solucionar un problema ya planteado, a través de la amplia y variada normativa, que abarca desde la Ley de Plagas del Campo (1908) a la estrategia europea del Campo a la Mesa, pasando por la Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas.

Este papel de la Administración se va consolidando con el paso del tiempo. Por una parte, tratando de solucionar problemas ya planteados. Y por otra parte, abordando los derivados de las diferentes políticas globales que sucesivamente se van poniendo al día: globalización, protección del consumidor, medio ambiente y paisaje, lucha contra el cambio climático, transformación digital, etc.

En este sentido, es importante destacar aquí la contribución transversal a este proceso global de la investigación y la innovación, la transferencia de tecnología y la formación. La enorme inversión de recursos públicos que en los últimos tiempos se ha ejecutado para la puesta en marcha de proyectos específicos relacionados con la sanidad vegetal, ha permitido la puesta en el mercado de numerosos avances que, ligados con la espectacular revolución digital que ha experimentado el sector agrario, la protección de nuestros cultivos tenga ahora un panorama completamente distinto al que presentaba hace menos de veinte años.

Garantizar un adecuado conocimiento y un eficaz cumplimiento de la normativa en vigor

En estos momentos está vigente una amplísima normativa relacionada con la problemática general de las plagas, entre la que destacamos la relacionada con:

• Gestión Integrada de Plagas.
• Uso sostenible de los productos fitosanitarios.
• Unificación de la normativa y ampliación e integración de todos los ámbitos de aplicación -agricultura, forestal, medio ambiente y paisajístico- haciendo especial hincapié en el análisis de riesgos.

En nuestra opinión, la normativa está suficientemente desarrollada y su aplicación se lleva a cabo de forma perfectamente coordinada por los Servicios Oficiales. No obstante, junto a todos los sectores involucrados, se debería profundizar en la labor de hacer visible y concienciar a la Sociedad de la importancia de los daños que producen las plagas, y en la absoluta necesidad de su control.

Una posible actuación sería fomentar la comunicación y colaboración, lo más directa posible, entre la Administración y el Sector, mediante el desarrollo de una potente herramienta informática de última generación. Esto también se traduciría en servir de base para la gestión de la sanidad vegetal en su conjunto.

Incrementar la visibilidad de la Investigación

Partimos de una excelente preparación del colectivo de científicos en España y de su capacidad para abordar los nuevos retos tecnológicos para el control de plagas, a pesar de la gran cantidad de condicionantes existentes. Pero es absolutamente necesaria la colaboración entre todos los agentes implicados de los sectores público y privado, cuyo objetivo prioritario sea la detección continua y actualizada de los problemas tecnológicos citados.

Crecer en transferencia de tecnología, formación y asesoramiento

La finalidad del asesoramiento, personificado en la figura del asesor técnico es, tanto resolver los problemas que los agricultores tienen en cada momento, como anticiparse a las dificultades que van a tener en el futuro inmediato: aplicación de nuevas tecnologías de producción, exigencias de la nueva PAC, etc. En esencia, el asesoramiento consiste en la transferencia de información y resolución de dudas. Para ello, el asesor debe de tener a su disposición:

• La información necesaria. Base de datos documental. Transferencia.
• Un apoyo científico eficaz.
• Un soporte informático de comunicación y para la prestación de servicios.
• Un plan para su formación continua.

La figura del asesor es clave en el sistema. En este ámbito, el sistema debería facilitar la identificación de los asesores, el desarrollo de sus capacidades y su interacción con los demás actores del sistema, en línea con el modelo de innovación interactiva que promueve la PAC (AKIS). Para ello se prevé que se incluyan como funcionalidades más importantes, un registro de asesores, demandas y ofertas de asesoramiento, noticias destacadas, buscador de ayudas a la I+D+i, buscador de socios, foros de encuentro de los profesionales en asesoría agraria, formación de asesores y servicios de apoyo para ellos, repositorio de innovaciones de aplicación en el sector agroalimentario, etc.

Transformación digital. Adaptación e impulso de las TICs y de la agricultura 4.0 para la sanidad vegetal

Como ya se recoge en el Libro blanco sobre Sanidad vegetal, la aportación de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones a la sanidad vegetal ha sido decisiva. La imagen ha cambiado sustancialmente y no hay vuelta atrás. Por tanto, se trata de una realidad y de un avance que no solo debemos aceptar sino también potenciar y promocionar entre los usuarios. Y el papel de las administraciones, de la universidad, de los centros de investigación, y de asociaciones como AESAVE, es fundamental.

La pandemia ha demostrado la necesidad de garantizar una sanidad vegetal capaz de suministrar unos alimentos de calidad producidos de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente

Tal como consta en sus Estatutos, la AESaVe se constituyó para agregar y aunar esfuerzos e intereses de personas cuyas actividades científico-técnicas y profesionales se relacionan con la Sanidad Vegetal. El ámbito de la AESaVe no es restringido y se abre a los miembros de todos los sectores que intervienen en la Medicina vegetal –Patología, Terapéutica y Sanidad– pertenecientes a las distintas Administraciones, Universidades y Organismos de investigación, así como entidades de los sectores público y privado relacionadas con la Medicina vegetal a través de la producción agrícola y forestal, jardinería, paisajismo y transferencia tecnológica.

En este sentido, AESaVe siempre ha tratado de colaborar con los Servicios Oficiales que gestionan la Sanidad Vegetal, y en estos momentos se ha propuesto al MAPA la posibilidad de gestionar de manera conjunta el Observatorio de la Sanidad Vegetal, que AESaVe desarrolló en 2018, financiado por el INIA y en colaboración con la plataforma CHIL. El Observatorio dispone de una plataforma web dotada de funciones de interacción social que permite compartir y coordinar información e iniciativas a los diferentes colectivos u organizaciones que participan en el ámbito de la sanidad vegetal, así como visualizarlos y estructurarlos.