"Las cooperativas tienen muy identificados los nuevos productos y servicios digitales que les van a ayudar a mejorar mucho la relación con sus socios"
Entrevista a Juan Sagarna, director de Sostenibilidad, Calidad e Innovación en Cooperativas Agro-alimentarias de España
La sostenibilidad de la actividad agraria en los próximos años pasa por una transformación digital que, en el caso de las cooperativas, ya está en marcha e involucra a miles de socios agricultores y ganaderos en España que tienen como mejor aliado la gestión de los datos que generan en sus propias explotaciones.
En líneas generales, ¿qué grado de sostenibilidad han alcanzado las cooperativas españolas en la producción agrícola y ganadera en los últimos años? ¿En qué áreas de trabajo existiría un mayor margen de mejora?
Debemos entender la sostenibilidad como un camino de mejora continua que abarca los tres conceptos, social, económico y medioambiental, así nos lo está pidiendo la sociedad. Es cierto que en el social y en el económico las cooperativas tienen una trayectoria de décadas, demostrando que son un modelo que aporta solidez en el medio rural, y que permiten que sus socias y socios tengan una mayor resiliencia, que aguanten mejor los vaivenes del mercado o las crisis.
En los últimos años nuestras cooperativas están trabajando más intensamente en adaptarse a la sostenibilidad medioambiental, una mejora que se exige a todos los sectores económicos. Tenemos muy buenos ejemplos de la mejora medioambiental, como el esfuerzo que se ha hecho para ser más eficientes en la utilización de la energía en los procesos industriales de transformación en las instalaciones de cooperativas con la integración de energías renovables, pero también para que sus proveedores que al mismo tiempo son sus socios y propietarios produzcan de una forma más sostenible, un proceso que ha ido paralelo al desarrollo de la agricultura y ganadería europea en los últimos años.
Las cooperativas agrarias han tenido históricamente un papel sobre todo comercial, como proveedoras de suministros para los agricultores y como canal de comercialización para dar salida a sus producciones, pero la complejidad técnica y las mayores exigencias de cualificación del trabajo en el campo, así como el incremento del coste de los equipos, están ampliando el catálogo de necesidades de muchos de sus socios. ¿Es previsible que en el corto o medio plazo las cooperativas vayan reforzando su papel como prestadoras de servicios, y más en concreto en el ámbito de la maquinaria agrícola?
En el tema de la maquinaria las cooperativas también han tenido sus modelos. En la cornisa cantábrica, País Vasco y Navarra existen las cooperativas de uso colectivo de maquinaria, las CUMAs, un modelo que viene de Francia y que ha tenido un desarrollo limitado a esas zonas geográficas. En otros territorios como en el levante mediterráneo es habitual que las cooperativas tengan secciones de tratamiento, lo que en cierto modo colectiviza las aplicaciones fitosanitarias como el uso de pulverizadores, atomizadores, etc. En Castilla y León existe el modelo de cooperativas de explotación comunitaria de la tierra, que al contrario de otros modelos, el propietario de la tierra es la propia cooperativa, que actúa casi como un gran agricultor.
Existen modelos que se han ido adaptando a la historia y necesidades de cada territorio. No sé si en el caso de la maquinaria va a producirse un avance aislado, sino que irá asociado seguramente al necesario desarrollo que los servicios agronómicos de las cooperativas van a tener que desplegar y mejorar. Me refiero a servicios completos, no tanto de maquinaria agrícola, sino por ejemplo, en servicios de sanidad vegetal, servicios de cultivo de cosecha y de recolección, o servicios de asesoramiento para la nutrición sostenible.
¿Qué tipo de proyectos promueve Cooperativas Agro-alimentarias para impulsar la transformación digital del sector agrario en España? ¿Se trataría de un aspecto prioritario en estos momentos para la sostenibilidad de toda la cadena agroalimentaria?
La digitalización es un aspecto prioritario para nuestra Organización, y está muy vinculado a la sostenibilidad. En distintas encuestas que hemos realizado entre agentes del sector agrario y entre nuestros socios, la gente tiene muy claro que la mejor forma de mejorar en la sostenibilidad es a través de la digitalización. Dentro de este objetivo presentamos a la Administracion el Plan digital y sostenible 2025, y en concreto este año vamos a desplegar un plan de choque de digitalización en las cooperativas agroalimentarias. Aprovechando las posibilidades que hay actualmente de inversión en soluciones digitales que proporciona el KIT DIGITAL vamos a ayudar a las cooperativas a que desarrollen planes empresariales de inversión para aprovechar estos fondos, dotando a las cooperativas de herramientas de digitalización empresarial, de marketing electrónico, o que mejoren su seguridad digital, entre otras.
Quizás el proyecto más ambicioso de nuestra Organización en el ámbito digital sea el despliegue entre nuestras cooperativas y en sus socios del Cuaderno de Campo Digital y la conexión con un sistema de información geográfica que servirá de repositorio a toda la información agregada interesante que esté proporcionando el socio a la cooperativa a nivel de parcela. Pensamos que este sistema es la herramienta que necesitan los servicios agronómicos y veterinarios de nuestras cooperativas para ayudar a los agricultores y ganaderos en la transformación digital.
Al mismo tiempo nuestra Organización va a continuar participando activamente en la asociación DATAGRI, organizando la próxima edición que se celebrará en noviembre en El Ejido.
En 2019, Cooperativas Agro-alimentarias firmó un convenio con la empresa Hispatec para la creación de una ‘cooperativas de datos’ que impulsara la transformación digital del sector y dinamizara el uso compartido de datos. ¿Cómo funcionaría esa ‘cooperativa de datos’ y en qué punto se encuentra el proyecto? ¿Cómo se establecería la relación con los socios para la recolección de los datos y qué coste podría tener para los agricultores y/o las cooperativas?
La relación con Hispatec es muy interesante y seguimos colaborando, de hecho, son uno de nuestros principales aliados para el desarrollo del Cuaderno de Campo Digital, y con ellos desde el plano tecnológico y nosotros desde el plano organizativo hemos desarrollado ese concepto de cooperativa de datos. Se trata de la compartición de datos de explotación en un entorno seguro y de calidad, necesarios para hacer funcionar cualquier herramienta de la transformación digital. Ese entorno se basa en la confianza mutua entre la cooperativa y su socio, donde ya se producen una serie de flujos de datos económicos, de producción y asociativos.
Lo que queremos es multiplicar especialmente los datos relacionados con la nueva agricultura, con la agricultura de precisión, con la agricultura inteligente basada en el dato y que, por supuesto, revierta en beneficio de los agricultores que podrán tener información de su situación y de la comparación con agricultores similares y también para la cooperativa, en concreto para sus servicios agronómicos que son los que mejor pueden aprovechar esos flujos de datos. El servicio será gratuito para las cooperativas y sus socios; seguramente tengamos costes de transición y de formación del nuevo personal para que aprovechen estas nuevas tecnologías.
Las nuevas medidas publicadas por el Ministerio de Agricultura en los últimos meses para impulsar la digitalización del sector agrario a través de fondos europeos, ¿contemplan acciones específicas que puedan servir para reforzar proyectos como el mencionado con Hispatec y otras actuaciones de las cooperativas en este proceso de digitalización del sector?
La estrategia del Ministerio de Agricultura está siendo muy ambiciosa y constante desde hace años con el lanzamiento de la agenda de la transición agroalimentaria y, claro, se ha visto ahora ampliada con los fondos Next Generation del Mecanismo de recuperación, transformación y resiliencia. Hay un montón de iniciativas interesantes, la más reciente quizás sea el paquete de digitalización al que nuestra Organización ha optado y que nos permitirá, si todo sale bien, desplegar en el próximo año 35 cursos en 13 comunidades autónomas que nos permitirá formar específicamente a más de 500 técnicos que trabajarán en los servicios agronómicos y veterinarios de nuestras cooperativas.
"Es imposible lograr objetivos a largo plazo como los que plantea la estrategia De la Granja a la Mesa para el 2030, sin monitorizar y sin contabilizar cuál es nuestra situación actual"
¿Qué potencial tiene la gestión y el análisis de los datos de los socios en las cooperativas como palanca para incentivar la mejora de la productividad en sus explotaciones?
Pues realmente todo el potencial. Es imposible lograr objetivos a largo plazo como los que plantea la estrategia De la Granja a la Mesa para el 2030, sin monitorizar y sin contabilizar cuál es nuestra situación actual. Es decir, cuál sería la línea base y establecer indicadores que podamos ir controlando cada cierto tiempo y ver la evolución de los mismos. Las soluciones tienen que pasar sí o sí por los productos y servicios digitales.
En lo que respecta a las herramientas de agricultura digital, ¿con qué intensidad estarían desempeñando las cooperativas el papel de facilitadoras de la tecnología que va saliendo al mercado y que ya está cambiando la forma de entender algunas tareas en el campo? ¿La creación de secciones de agricultura digital va a ser una prioridad en los próximos años?
Bueno, realmente no hemos contemplado la posibilidad de crear una sección específica para esta tarea, pero tampoco hay por qué descartarla. El papel de las cooperativas está siendo heterogéneo dependiendo de territorios, sectores y tamaños de cada cooperativa. Pero desde luego, lo que tenemos claro es que los servicios agronómicos de las cooperativas, un colectivo de profesionales de entre 1.500 y 2.000 técnicos que trabajan a pie de campo, asesorando a agricultores y ganaderos, tienen que ser los verdaderos agentes catalizadores de esta transformación digital y son los que van a ayudar a los agricultores y ganaderos a recorrer este camino. Precisamente por eso lo hemos pedido a la Administración y parece que en el último PERTE agroalimentario, los distintos ministerios implicados han propuesto la línea de Agentes del Cambio para esta transformación digital en el sector agroalimentario.
Nosotros lo que queremos es vincular esta figura de agentes del cambio con técnicos que realmente estén a pie de campo con agricultores y ganaderos en grupos de productores y, para ello, por supuesto ponemos a disposición nuestras cooperativas y sus servicios agronómicos para reforzarlos, para formarlos y para que realmente asuman esa responsabilidad que, desde luego, tienen las cooperativas y sus servicios agronómicos de provocar un cambio real en la forma de trabajar de nuestros agricultores y ganaderos.
¿En qué actividades y sectores las cooperativas estarían impulsando más los servicios digitales? ¿Qué tipo de servicios son los que más demanda y desarrollo están teniendo?
Hay muchos ejemplos de cooperativas en distintos sectores que están guiando a otras muchas cooperativas. De hecho, en todas las ediciones de DATAGRI invitamos a varias cooperativas a que expongan su experiencia digital, especialmente si es exitosa, pero también que nos muestren las barreras y las dificultades que encuentran.
Las cooperativas tienen muy identificados los nuevos productos y servicios digitales que les van a ayudar a mejorar mucho la relación con sus socios. Y ese es prácticamente el primero de sus intereses, utilizar las herramientas digitales para que el socio comparta más cuestiones con la cooperativa, para que participe más en la toma de decisiones y, además, para proporcionarle información más transparente y de forma continua. Pero también las cooperativas se sienten responsables también de provocar esos cambios, y de involucrar también en la transformación digital, no solo a ellas mismas como empresas y agentes del sector agroalimentario, sino a sus socios, agricultores y ganaderos, y para ello ven con mucho interés los sistemas de información geográfica que permiten a una cooperativa o a un servicio agronómico que está asesorando a 200 o 300 agricultores, tener la información de forma agregada y que le va a permitir analizarla y transformarla en recomendaciones a grupos de agricultores y ganaderos.