"Ahora que todas las grandes navieras han dejado de enviar mercancías a Rusia, se teme que pronto haya un exceso de oferta de fruta en el mercado europeo"
Entrevista a Inmaculada Sanfeliu, presidenta del Comité de Gestión de Cítricos (CGC)
La presidenta del CGC analiza en esta entrevista la campaña de cítricos 2021-2022 que se está viendo marcada por la reducción en las exportaciones y la pérdida de competitividad de nuestras producciones en el mercado europeo. Además, la falta de reciprocidad en las importaciones y la gran amenaza que suponen las nuevas plagas y enfermedades para la citricultura española son dos de los principales problemas sobre los que está trabajando actualmente el sector en nuestro país.
¿Qué balance puede hacer hasta la fecha de la campaña 21/22 respecto a los principales cítricos en España? ¿Cómo estaría condicionando este año la entrada de producto sudafricano en la evolución del mercado?
Está siendo esta una campaña extremadamente difícil desde sus inicios. El grave problema ha sido el elevado volumen de cítricos de Sudáfrica presente en el mercado de la UE hasta bien entrado noviembre, con unos precios que han condicionado nuestra entrada en consumo (cuando se ha producido).
Atrás quedaron complementariedades perfectas entre Hemisferios Norte y Sur, pero el problema de los solapes con Sudáfrica nunca hasta ahora había sido el mes de octubre ni tampoco en el grado en que se ha producido. Y esperemos -más nos vale- que haya sido coyuntural y que responda únicamente a un retraso en el inicio de su campaña por disturbios civiles, cierre del puerto de Durban, ineficiencias de equipamiento y logística portuaria y ciberataque en las terminales de contenedores de Sudáfrica.
Como consecuencia del mayor solape en el tiempo y en volumen de nuestras mandarinas precoces con los híbridos tardíos de mandarina sudafricanos, a precios inusualmente bajos hasta ahora para Sudáfrica para estas variedades (1-1,15 euros/kg), se nos ha arrebatado nuestra ventana de exportación de octubre y se han vendido la mitad de satsumas y dos tercios de las clementinas precoces. Además, las clementinas tempranas vendidas se han debido diferenciar con la hoja. Y en clementinas, desde la oronules, sí que ha habido demanda, pero la gran distribución europea ha presionado para bajar el precio. La campaña de la clementina de nules, con producción reducida en un tercio respecto a la pasada campaña, se ha desarrollado con relativa normalidad y con un mayor aprovechamiento en los almacenes, como sucede siempre que hay una producción más contenida.
En esta campaña la navelina ha sufrido de forma dramática en el mercado de la UE, además de la ausencia de demanda, por la elevada presencia muy tardía de valencias de Sudáfrica, a precio también inusualmente bajo para este origen, entre 0,40-0,50 euros/kg, que ha impedido su entrada en consumo, recolectándose menos de las que se han quedado en el árbol. El precio en origen de la navelina se ha hundido muy por debajo de su coste de producción, como consecuencia de la competencia en la venta en el mercado de la UE de elevados volúmenes de naranja tardía sudafricana importada a precios bajos con arancel cero (hasta el 15 de octubre) o muy próximo a cero y en desmantelamiento (del 16/10 al 30/11) y sin un precio mínimo que respetar para entrar en el mercado comunitario.
El balance de la campaña 2021-2022 solo puede hacerse en términos de reducción de las ventanas de exportación y de pérdida de competitividad en el mercado de la UE, frente a la importación creciente de cítricos de países terceros a bajos precios que no tienen barreras arancelarias para acceder al mercado de la UE, con unos costes de producción y comercialización mucho más bajos que los nuestros y, en ausencia de reciprocidad, con unas exigencias laborales, sociales, medioambientales y de seguridad alimentaria mucho menos exigentes que las nuestras.
Tras el Brexit, ¿cómo ha evolucionado este mercado tan estratégico?
Reino Unido se mantiene como tercer mercado del sector español de cítricos, por detrás de Alemania y Francia, pero la salida de este país de la UE ha abierto un nuevo escenario competitivo con un mercado británico más abierto a las producciones de terceros países con los mismos productos y calendarios como Marruecos, Egipto, Turquía e Israel o con los mismo productos y solapes en contraestación, como Sudáfrica. También la gran distribución en Reino Unido ha retrasado el inicio del origen España en la presente campaña (pérdida de 2 ó 3 semanas de programas) y ha presionado nuestros precios a la baja por la competencia de orígenes no comunitarios del Hemisferio Sur, fundamentalmente Sudáfrica.
Según datos procesados por el CGC, además, en este marco, en 2021 y con cifras ya hasta el mes de diciembre, el volumen de la exportación española de cítricos a Reino Unido se ha elevado a 243.604 toneladas (t) frente a las 281.490 t de 2020 y las 281.926 t de 2019 y el récord de 325.020 t de 2015. Descendiendo al detalle por productos, el volumen de la exportación española de mandarinas a Reino Unido se ha elevado a 96.261 t frente a las 119.103 t de 2020 y las 119.541 t de 2019 y el récord de 150.015 t de 2015. Y en cuanto a exportación de naranjas de España a Reino Unido, 79.706 t exportadas en 2021, 93.482 t en 2020, 91.535 t en 2019 y récord de 104.630 t en 2015.
Y ahora la crisis de Ucrania... ¿Cómo afectará o está afectando ya al mercado europeo?
Llueve sobre mojado. Rusia representaba hasta 2014, de entre los países no comunitarios, el mercado con más futuro por su tamaño, su potencial de consumo y su poder adquisitivo. Debido a las actividades rusas en la crisis de Crimea y su posterior ampliación a otras zonas de Ucrania, el 29 de julio de 2014, la UE acordó imponer a Rusia sanciones económicas. Rusia, como respuesta inmediata, prohibió a partir del 6 de agosto de 2014, la entrada al territorio ruso de determinados productos agrícolas, alimentos y materias primas originarios de EE UU, UE, Noruega, Australia y Canadá. La medida, prevista en principio para un año, ha sido ampliada año tras año.
Si tenemos en cuenta las exportaciones directas que se realizaban desde España y las reexpediciones desde el puerto de Rotterdam o desde Polonia, hablamos de cifras importantes que se dejaron de vender en el mercado ruso, en torno a las 100.000 t anuales. España llegó a representar un 6-7% del consumo total de cítricos de Rusia (del orden ya de 1,6-1,7 millones de toneladas por aquel entonces). Para España, líder comunitario en el comercio hortofrutícola, el veto ruso fue un golpe porque perdió un destino fundamental -y con una logística más fácil que otros mercados como los asiáticos o americanos- para los cítricos.
Este hueco que dejó España y por ende la UE, ha sido aprovechado estos años por otros países terceros como Turquía, Egipto y Marruecos, competidores directos de España, y nuevos actores en el tablero citrícola como Pakistán, Georgia y China, además de Sudáfrica, Argentina y Perú en contraestación. Los mayores beneficiarios en volumen y en cuota de mercado del hueco dejado por España han sido Turquía, Egipto, Georgia y Pakistán.
Con la invasión rusa de Ucrania y las duras sanciones a Rusia adoptadas por la UE, únicamente cabe pensar en represalias del Kremlin y para nada en una reapertura a nuestras exportaciones. Pero ahora lo verdaderamente grave es lo que se va a dejar de exportar a Rusia por nuestros competidores, sobre todo los mediterráneos (Egipto, Turquía, Marruecos y Grecia), además de Sudáfrica, que en buena parte va a terminar en el mercado de la UE y en Reino Unido, compitiendo con nuestros cítricos en el marco de una campaña ya de por sí muy difícil.
El conflicto entre Rusia y Ucrania podría provocar un exceso de oferta de cítricos en el mercado de la UE. Las condiciones cada vez más difíciles para mantener el suministro en Rusia y Ucrania, la devaluación histórica del rublo ruso y las sanciones de algunos países occidentales contra los bancos rusos, así como los pagos SWIFT pueden determinar que nuestros competidores desvíen sus envíos de los mercados de Rusia y Ucrania a otros destinos como EE UU y la UE y conducir a un exceso de oferta en ellos. Ahora que todas las grandes compañías navieras han dejado de enviar mercancías a Rusia, se teme que pronto haya un exceso de oferta de fruta en el mercado europeo.
¿Cuál es el efecto que está teniendo sobre el mercado de cítricos la Ley de la Cadena Alimentaria?
Como decía anteriormente, este año el precio en origen de la navelina se ha hundido muy por debajo de su coste de producción como consecuencia de la competencia de elevados volúmenes de naranja tardía sudafricana. Las navelinas solo se han podido recolectar al precio de lo que ha pagado el mercado, a petición y con la firma del agricultor, o, por Ley de la Cadena Alimentaria española, deberían haberse quedado en el árbol. Es tan difícil, que ni siquiera las cooperativas, que no necesitan dar beneficios, han sido capaces de presentar buenas liquidaciones. Las navels tardías españolas, con un 10% más de destrío, no han remontado los precios de las navelinas.
La Ley de la Cadena no puede aplicarse y tener efecto en un mercado abierto. Si en la venta en el mercado de la UE hay que competir con cítricos importados en cantidades crecientes año tras año, sin ninguna traba a la importación, siendo menos costosos en términos de condiciones laborales, derechos de carácter social, de salud, seguridad alimentaria y medio ambiente, y con costes de producción y comercialización en aumento, se hunden los precios en origen.
Expedimos -a la UE26- y exportamos -a Países Terceros no comunitarios- el 75% de lo que comercializamos en fresco y la Ley de la Cadena es una norma exclusivamente española, de modo que, si el precio de mercado baja, llegará un momento en que la fruta española se pudrirá en el árbol por no cubrir los costes y regalaremos las ventas europeas a Marruecos, Egipto, Turquía y Sudáfrica.
Los mercados intervenidos no han tenido nunca éxito: hay que producir lo que se vende, no vender lo que se produce.
¿Qué dinámica han seguido los costes de producción en la campaña actual y cuáles inciden de manera más directa en la rentabilidad del sector?
Mucho antes de estallar la guerra de Ucrania ya estábamos instalados en una espiral inflacionista de todos los inputs agrarios, del precio de los fertilizantes, fitosanitarios, gasoil y ya, a otro nivel, pero derivado también de la crisis internacional energética y de suministros, del plástico y el cartón que se usa en la confección. Hablamos de porcentajes de crecimiento de dos dígitos en casi todos los casos. Rusia, además de gas y petróleo, es un proveedor clave para la industria de fertilizantes. Todos estos grandes Incrementos de los costes está claro que no hemos sido capaces de repercutirlo en nuestros precios de venta.
El hecho consumado es que la gran distribución europea presiona a la baja el precio de la producción citrícola comunitaria, aduciendo razones de ineficiencia de la cadena de suministro de los agrios de la UE frente a las cadenas de suministro de cítricos foráneos. Naranjas y mandarinas que, como ya he indicado, tienen estándares mucho menos exigentes, menos costosos y sin un precio mínimo que respetar en el mercado de la UE. El ejecutivo comunitario –aún en un escenario de incremento de costes tan evidente como éste- asiste impasible a este fenómeno.
"La gran distribución europea presiona a la baja el precio de la producción citrícola comunitaria, aduciendo razones de ineficiencia de la cadena de suministro de los agrios de la UE frente a las cadenas de suministro de cítricos foráneos"
¿Qué aspectos técnicos o regulatorios concretos están detrás de esta fuerte competencia de países terceros productores de cítricos como son Egipto, Turquía o Marruecos? ¿Es una situación coyuntural o puede convertirse en un factor estructural con el que convivir en los próximos años?
Turquía es un ejemplo muy evidente de la falta de reciprocidad en la UE. Ya no es tan sólo una cuestión de costes mucho más bajos, de la competencia desleal que conlleva impulsar sus exportaciones devaluando fuertemente la lira turca o de la falta de cumplimiento de los mismos requerimientos medioambientales, es que Bruselas está consintiendo el uso masivo y sistemático de pesticidas que están prohibidos en la UE. Y no es una impresión personal, es que está acreditado: según los datos de la Rapid Alert System for Food and Feed –que es el sistema de alertas por seguridad alimentaria- en lo que llevamos de año y hasta el 10 de marzo, Turquía suma 87 rechazos por usar pesticidas no autorizados o por superar el Límite Máximo de Residuos (LMR). Sale a casi una alerta al día. La Comisión debería en este caso plantearse incluso, por una cuestión estrictamente vinculada con la seguridad alimentaria, vetar el ingreso de los cítricos turcos.
Lo sucedido en el arranque de temporada con Sudáfrica, con envíos masivos a la UE en septiembre y octubre y a precios muy bajos ya ocurrió también con la naranja al final de la temporada pasada con Egipto. El desarrollo de la campaña española de naranja estuvo condicionado absolutamente a la baja por la dura competencia de la naranja de Egipto desde el mes de febrero hasta junio. La naranja Valencia de Egipto ofertada entre 45 y 50 céntimos de euro en los mercados de la UE hizo muy difícil la venta de nuestras naranjas por encima de 1 euro el kilo, umbral aproximado de venta a pérdidas la pasada campaña, con precios de compra en campo similares a los precios de venta de Egipto en los mercados comunitarios. La única diferencia respecto a esta campaña es que la naranja se compró, con las expectativas de consumo generadas por la COVID en la 2019/2020, anticipadamente y a precios que no se correspondieron con los precios en destino, pero el agricultor no lo percibió en el marco de los contratos de compraventa en origen.
Y no solo fue una cuestión de bajo precio en el mercado de la naranja de Egipto, sino también de muy elevado volumen, cada vez mayor. Estos volúmenes de importación en 2021 (309.767 t) representaron un incremento del 20,9% respecto al acumulado anual de 2020 y del 36,4% respecto al acumulado anual medio de los 5 últimos años.
Por tanto, sí, respondiendo a su pregunta, es evidente que el impacto de la oferta de la fruta barata de terceros países en el mercado de la UE no es algo coyuntural, sino que irá a más. No hay más que ver los crecimientos anuales en superficie plantada, tanto en Egipto como en Turquía y en Sudáfrica. Atendiendo a los incrementos de producción que prevén, es inevitable que busquen acaparar mayor cuota en la UE.
A nivel agronómico, ¿qué plagas o enfermedades preocupan más al sector en estos momentos y qué medidas creen que deberían tomarse para su control a corto y medio plazo?
Hay plagas foráneas que no conocíamos, que no estaban reguladas siquiera como cuarentenarias en la UE, que años después de asentarse en nuestros campos están causando estragos, como el llamado ‘cotonet de Sudáfrica’. De entre las 20 plagas y enfermedades que Europa considera, por su mayor impacto social, económico y ambiental, como prioritarias, hay siete que se sabe que afectan a los cítricos. De estas siete, las que más nos preocupan son, básicamente, tres: la Phyllosticta citricarpa (Mancha negra) –un hongo- que ya ha demostrado que es capaz de adaptarse al clima mediterráneo y que se ha asentado en Túnez; la Thaumatotibia leucotreta (Falsa polilla) y el HLB (Huanglongbing), tanto la enfermedad en sí, que es considerada como la más letal para la citricultura, como los dos insectos vectores que la transmiten, la Trioza erytreae –ya presente en el Algarve, a sólo unos 170 km de las plantaciones de cítricos de Huelva y que se extiende desde esta provincia del sur de Portugal por todo el litoral atlántico hasta el País Vasco- y la Diaphorina citri, que hace unos meses se supo que fue detectada por primera vez en el mediterráneo, en Israel. Ninguna de ellas está presente en la citricultura española, pero está claro que parece que están llamando a su puerta.
Tanto desde Intercitrus, como desde otras organizaciones sectoriales de Francia, Italia o Portugal, o entidades propiamente europeas como el COPA-COGECA, representante de las cooperativas y organizaciones agrarias europeas, o EUCOFEL, representante del comercio europeo de frutas y hortalizas, venimos advirtiendo a las máximas autoridades a nivel nacional, representadas por Julien Denormandie (Francia), Stefano Patuanelli (Italia), Maria do Céu Antunes (Portugal) y Luis Planas (España) como ministros de agricultura, así como a las autoridades europeas competentes (Comité Permanente Fitosanitario) que nos encontramos a las puertas de una crisis fitosanitaria de primer orden.
Se debe obligar a que se garantice el transporte a la UE de plantas y productos vegetales sin plagas desde su origen y ello es responsabilidad del ejecutivo comunitario. El proceso debería comenzar en el lugar de producción de las plantas y los productos vegetales y reitero que, según el organismo nocivo de que se trate asociado al país de origen de la exportación, se haría necesario un tratamiento de frío, normalmente en tránsito. En conjunto y como ya se ha explicado desde esta tribuna otras veces, todas estas medidas se llaman ‘protocolo fitosanitario de exportación’ y es justo lo que nos los imponen a nosotros para poder exportar nuestros cítricos a los países no comunitarios que son productores de cítricos. No pedimos nada diferente a lo que España está obligada a cumplir cuando exporta a otras naciones con una importante producción citrícola que proteger.
"Venimos advirtiendo a las máximas autoridades a nivel nacional, así como a las autoridades europeas competentes que nos encontramos a las puertas de una crisis fitosanitaria de primer orden"
¿Qué puede suponer el tratamiento en frío para las importaciones de cítricos en la UE y qué efecto tendría en el mercado? ¿Cuándo entraría en vigor?
Lograr que la UE exija a los países con presencia de ‘Falsa polilla’ que realicen un tratamiento de frío en tránsito no es más que lo que exige EE UU, Japón, Australia, China, Corea del Sur para proteger a sus cultivos de tal plaga. Realmente, es menos porque todos ellos lo reclaman para las naranjas -como ahora la UE- pero también para las mandarinas y pomelos, con periodos de tratamiento más exigentes que los que ahora se están planteando. Y no sólo lo imponen para esta plaga, sino también para todas las llamadas ‘moscas de la fruta’, para plagas que son también ‘prioritarias’ para la UE como la Bactrocera zonata (mosca del melocotón), la Bactrocera dorsalis (mosca asiática) o la Anastrepha ludens (Gusano de la naranja) pero para las que Bruselas sigue sin contemplar este tratamiento. Aplicar el ‘cold treatment’ es, con todo, la técnica que garantiza cumplir con la propia normativa europea de sanidad vegetal, que exige la ausencia total de la plaga en los envíos. De ahí que, pese a que consideremos un hito el haberlo arrancado a la Comisión, en el futuro vamos a perseverar para que este reglamento se vea mejorado.
Tenemos el compromiso de la Comisión de que esta nueva exigencia -que llevamos reclamando sin éxito desde hace muchos años- comience a aplicarse desde el inicio de la campaña del Hemisferio Sur.