La avellana en España: ¿última oportunidad?
Jaume Salvat Salvat
Director de la Oficina Técnica de la Avellana. Consultoría tecnológica de Eurecat.
07/02/2022Plantación actual de avellanos.
De las 13.067 hectáreas (ha) censadas según el Ministerio de Agricultura en 2020, 11.885 (91%) se localizan en Cataluña y, de éstas, 10.833 (91%), en Tarragona. Otras zonas productoras con una cierta incidencia se localizan en la provincia de Girona (964 ha) y Castellón (951 ha), prácticamente todo en secano.
A pesar de que el avellano es un arbusto de zonas húmedas con necesidades hídricas importantes se suple esta carencia mediante el regadío. Esto explica que cerca del 80% de las plantaciones de la provincia de Tarragona sean de regadío, frente al 50 % de Girona, donde la pluviometría media es sensiblemente superior. Las necesidades hídricas del avellano se traducen directamente en la productividad. Si el promedio del secano oscila entre los 545 kg/ha de fruto en cáscara en la zona de Tarragona y los 748 kg de la zona de Girona con mayor pluviosidad, en el regadío se obtienen producciones de 1.250 kg de frutos en cáscara que además tienen un rendimiento de grano superior en un 10%.
Productores
Según datos de la Declaración Única Agraria de la Generalitat de catalunya (DUN 2021), alrededor del 40% de los productores de avellana tienen más de 60 años, y solo un 10% menos de 40 años. Se trata de un sector muy atomizado y poco profesionalizado, solo el 16% de los productores de avellana de Tarragona son profesionales y un 24 % de los productores de Girona. La superficie media de una parcela de avellano es de 0,62 ha en la zona de Tarragona y de 1,07 ha en la zona de Girona. Se estima que la superficie mínima de explotación para garantizar su rentabilidad es de 15 ha, lejos de las 3 ha de media de Tarragona o las 8 ha de la zona de Girona. Solo el 13% de las explotaciones de la zona de Tarragona y el 60% de las explotaciones de Girona superan las 15 hectáreas.
En el cultivo de la avellana se observa la misma tendencia que en el resto del sector agrario. Al abandono de cultivos se une la disminución del número de activos y el incremento de la superficie media de las explotaciones. La ratio de hectáreas por explotación ha pasado de 2,69 ha en 2015 a 3 ha en 2020.
Últimamente se está observando un cierto rejuvenecimiento de las plantaciones y el 18% tienen edades inferiores a los 10 años, tiempo en el que aún no han entrado en su periodo de mayor productividad, que se considera entre los 15 y 30 años.
Producción
España, que tradicionalmente se consideraba el tercer productor mundial, a pesar de estar muy lejos de las producciones italianas y turcas, en los últimos años ha perdido esta condición.
Turquía mantiene el liderazgo de producción de avellana con el 68% del total y, por lo tanto, es el referente mundial. Italia con el 11% de la producción se mantiene en la segunda posición. Nuevos países se han incorporado a este ranking, Azerbaiyán produce ya el 6% de la producción mundial y Georgia y los Estados Unidos, superan las producciones españolas, que han caído hasta el noveno lugar del ranking mundial. El incremento de la producción ha sido espectacular en los últimos años y países como Azerbaiyán han incrementado la producción en un 63%; Georgia, un 23%, y los Estados Unidos, un 22%, para poner unos ejemplos.
Consumo y oportunidades de futuro
La cosecha mundial de avellanas de la cosecha 2020/21 estuvo alrededor de las 512.000 T de avellana en cáscara, fue según el Consejo Internacional de los Frutos Secos (INC), la segunda producción más alta en los últimos 10 años. Turquía aportó el 62% del total con una producción estimada de 320.000 toneladas (T). Italia recuperó su producción con una cosecha excelente de 75.000 T, un incremento de más del 57% sobre el promedio de los 10 años anteriores. La producción mundial de avellanas para esta última cosecha se estima alrededor de las 541.130 T, cantidad que supera la producción del ejercicio anterior.
Paradójicamente, el cultivo de la avellana se está incrementando en todo el mundo menos en España, donde la superficie dedicada a este cultivo ha caído de forma espectacular. En el año 1988 la superficie de cultivo de avellana en España era de 36.200 ha, en el año 1992 había disminuido hasta las 35.500 hectáreas y desde entonces el descenso ha sido de mayores proporciones hasta las 13.000 ha actuales.
De todas formas, el consumo de la avellana a nivel mundial está creciendo constantemente. Los estudios afirman que crece a mayor ritmo que la producción. Esto explicaría la incorporación de nuevas superficies en los países tradicionalmente productores, especialmente Turquía e Italia, pero también la aparición de nuevos países productores.
El incremento del consumo mundial pasó de las 357.993 T a 466.594 T (+30%) en el período de 2013 a 2018, mientras que para el mismo periodo la producción se incrementó de 469.908 T a 530.000 T (+13%). La percepción por el consumidor de que se trata de un fruto saludable complemento imprescindible de una dieta equilibrada y el fomento a nivel mundial del fruto seco como un elemento esencial de la dieta mediterránea, permiten que se tengan buenas perspectivas de futuro para el consumo de este fruto seco.
Ante esta situación de buenas expectativas de futuro y de dificultades locales, es imprescindible que el sector tenga fuerza para poder invertir en promoción y comunicación y en la mejora de la productividad para poder mantener unos niveles adecuados de producción local que sustenten al conjunto del sector, desde los productores al resto del sector agroalimentario que elabora y comercializa la avellana.
Consumo de proximidad y Denominaciones de Origen
Ante esta situación de buenas expectativas de futuro y de dificultades locales, es imprescindible que el sector tenga fuerza para poder invertir en promoción y comunicación y en la mejora de la productividad para poder mantener unos niveles adecuados de producción local que sustenten al conjunto del sector, desde los productores al resto del sector agroalimentario que elabora y comercializa la avellana.
En este sentido, no cabe duda de que se debe aprovechar que los consumidores cada vez valoran más y mejor los productos de consumo de proximidad, y la avellana del país debe apostar por fortalecer los elementos de diferenciación. En este sentido, cada vez tendrá mayor peso el disponer de una denominación de origen para la avellana que a pesar de que mantenga unos niveles de comercialización relativamente bajos permite garantizar la trazabilidad, el origen y la calidad del producto.
Le Denominación de Origen Protegida (DOP) Avellana de Reus se creó en 1990 y fue inscrita en el registro de la Unión Europea en 1999. Solo existen otros tres distintivos en Europa y se encuentran en Italia la DOP Nocciola Romana -registrada en la Unión Europea el 2009-, y las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) Nocciola de Giffoni en la Campaña y Nocciola Piemonte.
La denominación de origen protegida avellana de Reus protege las variedades negreta, paueteta, gironella, morella y culplana, tradicionalmente cultivadas en una amplia zona de las comarcas de Tarragona.
La avellana negreta, principal variedad autorizada en la denominación de origen, ocupa el 65% de la superficie total, siendo muy apreciada por sus cualidades organolépticas. Además, al tostarse, desprende la piel con facilidad, siendo muy valorada para el consumo como aperitivo o postre. Se la considera la variedad con mayor tipicidad y con mayores posibilidades de diferenciación en relación con las variedades de otros países.
La comercialización de avellana certificada con el distintivo de la DO puede ser en cáscara, cruda entera o tostada, que es la forma más habitual y utilizada para postres y aperitivos. En ningún caso, se puede comercializar avellana que no sea del mismo año de la cosecha.
A pesar de todo, el consumo de avellana para aperitivo snack representa solo un 2 o un 3% de la producción total de Cataluña, mientras que en el resto de los países puede llegar a un 6 o un 7%. Esto nos indica que hay una posibilidad muy grande de crecimiento en este campo en el cual, por otro lado, es donde se puede alcanzar mayor valor añadido.
Asociación de Organizaciones de Productores de Avellana (AOPA)
Todas estas circunstancias descritas hasta el momento, pérdida de superficie de producción, pérdida de activos, dificultad para valorar el producto local y de diferenciación forzaron, en 2016, al impulso de un espacio de diálogo a instancias del Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya. Distintos agentes de todo el sector se sentaron en la constitución de una Mesa de Trabajo para dibujar un plan de ruta a través de tres temas principales: la mejora de la calidad del producto, el control de los precios y la recuperación del valor social de la actividad. Se establecieron algunos acuerdos que siguen vigentes, la creación de un grupo de trabajo técnico para el estudio fitosanitario y la mejora del proceso productivo, la creación de un observatorio de precios y la redacción de un plan de valorización de la avellana que se publicó en 2018.
A instancias de este plan, se creó la Oficina Técnica de la Avellana, que después de someterse a una licitación pública corre a cargo del centro tecnológico Eurecat. La Oficina ha fijado diversos objetivos, entre los que cabe destacar las actividades de promoción y difusión de la avellana entre escolares, empresas y consumidores; el apoyo a las empresas para acceder a programas de I+D; la creación de un panel de cata para la avellana con la función de tipificar el producto para dar mejores argumentos de venta a las empresas, y el apoyo y acompañamiento en la mejora de la organización del sector con la creación de la Asociación de Organizaciones de Productores de la Avellana (AOPA).
La Asociación se constituyó el día 26 de noviembre del 2021 por parte de organizaciones de productores de frutas y hortalizas reconocidas para la avellana, en un acto celebrado en el Palacio Bofarull de Reus. Las organizaciones fundadoras son Agroalmendra, Arboreto, Avellanera i Secció de Crèdit, Coselva, Crisol de Frutos Secos y Unió Nuts que representan prácticamente al conjunto de los productores de avellana del país. La creación de la asociación debe permitir dotar al sector de recursos para promover la investigación, la promoción, la mejora de la calidad del producto y la rentabilidad de las explotaciones, fortaleciendo al sector, a fin de asegurar, de este modo, el futuro de la avellana en España.
Su creación permitirá solicitar el reconocimiento como Circunscripción Económica y, posteriormente, la extensión de normas para que algunos de los acuerdos, decisiones o prácticas concertadas pactadas en el marco de dicha organización sean obligatorios, por un periodo limitado, para otros operadores, tanto individuales como agrupados, aunque no pertenezcan a la organización.
La avellana es, sin duda, un producto muy ligado a un territorio, es también un elemento de identidad que a lo largo de los años ha dibujado un paisaje, físico y humano característico y una industria agroalimentaria generadora de riqueza que tiene muchas dificultades para mantenerse en el futuro. Quizás sea la última oportunidad del sector para situar la avellana como referente de identidad territorial, con capacidad para mantener un entorno productivo de calidad y un paisaje característico, una estructura social y económica viva, y contribuir a la mejora de la salud y el bienestar de las personas, mediante la valorización del producto, el trabajo del agricultor y la complicidad con el consumidor.
Foto de grupo en la creación de la Asociación de Organizaciones de Productores de Avellana (AOPA).