El cultivo de la papaya en el Sureste de España
La papaya (Carica papaya L.) es la tercera fruta tropical más producida en el mundo después del mango y la piña. Actualmente hay cultivadas alrededor de 440.000 ha de papaya en todo el mundo, con una producción de casi 12,5 millones de toneladas. La India y Brasil son los principales productores de papaya. Destacan también como productores México, Nigeria e Indonesia. El mercado internacional está dominado por México que exporta más de 130.000 t al principal consumidor de papaya en el mundo que es Estados Unidos. En la UE, el Reino Unido, Holanda y Alemania importan alrededor de 8.000 t anuales cada uno, mientras que España supera las 5.000 t anuales.
Hace más de cinco años se iniciaron los ensayos sobre el cultivo de la papaya en invernadero en la Estación Experimental Cajamar Las Palmerillas, dentro de la línea de trabajo sobre cultivo protegido de especies frutales. El objetivo es contribuir a diversificar la producción de hortalizas bajo plástico y ofrecer alternativas a nuestros agricultores, aprovechando el conocimiento generado sobre la horticultura intensiva de Almería (diseño de estructuras, materiales de cubierta, control del clima, manejo, control biológico, etc.) y la industria auxiliar que se ha creado alrededor de este sector. Para ello Cajamar cuenta con la estrecha colaboración de la Universidad de Almería, integrados en el grupo de investigación AGR-222 Fruticultura subtropical y mediterránea. Actualmente estamos participando en un proyecto financiado por fondos europeos (FEDER-INNTERCONECTA) denominado ‘Desarrollo y optimización de un modelo productivo para el cultivo intensivo de la papaya en España – EUROPAPAYA’, que contempla, entre sus objetivos, el diseño de una estructura de invernadero y de sistemas de control de clima específicos para la producción de papaya, la multiplicación vegetativa, el control biológico y la puesta a punto del manejo y técnicas de cultivo para la producción y poscosecha. También formamos parte del Grupo Operativo denominado CARISMED-Cultivo sostenible de papaya en clima subtropical-mediterráneo, creado para definir las variedades, sistemas de producción, técnicas de cultivo y manejo poscosecha más rentables para Canarias y Sureste peninsular.
En este artículo se describe el sistema de producción de papaya que se está desarrollando en el SE de España y los avances en investigación conseguidos: estructuras de invernadero y herramientas utilizadas para el control del clima, variedades y sistemas de propagación, densidades de plantación y ciclos de cultivo, fertirrigación, técnicas de cultivo, recolección, plagas y enfermedades.
Estructuras de invernadero y control del clima
El clima mediterráneo subtropical semiárido típico del sureste peninsular se caracteriza por sus cálidos y secos veranos e inviernos suaves, con temperaturas que superan los 40 °C en verano y bajan de los 10 °C en invierno. Estas condiciones permiten el cultivo de especies tropicales como el mango al aire libre, en enclaves privilegiados, con buenos rendimientos. Sin embargo, la papaya es bastante más exigente y, bajo estas condiciones, debe cultivarse en invernadero bajo plástico, al menos durante los meses más fríos (de noviembre a marzo) y es preciso manejar adecuadamente el clima en el invernadero para evitar excesos de temperatura en verano, que son también perjudiciales.
La papaya se cultiva principalmente en invernaderos tipo parral de baja tecnología de 3,5-4 m de altura construidos con tubos galvanizados o perfiles laminados y alambres o trenzas de hilos de alambre para sujetar la parte que forma la ‘raspa’, y horquillas de hierro para sujetar los ‘amagados’ (Figura 1). La cubierta de plástico es de polietileno de alta densidad de 200 micras de espesor. La tendencia es aumentar la altura de los invernaderos para producir papaya, ya que a lo largo del ciclo de cultivo las plantas superan con facilidad los 5 m de altura. Estos invernaderos están dotados normalmente con ventilación natural, con ventanas en los laterales o bandas. En los meses de verano, para mejorar la ventilación y reducir la temperatura, se retira parcialmente el plástico en las capillas. Otras técnicas, utilizadas habitualmente para la producción de hortalizas en este tipo de estructuras, también se emplean para la producción de papaya, como el sombreamiento de la cubierta del invernadero (blanqueo), que reduce la temperatura pero también la radiación, y la construcción de pequeñas balsetas con agua, que se evapora de forma continuada incrementando la humedad relativa dentro del invernadero. Los invernaderos más modernos incorporan ventilación cenital y un sistema de control de clima para gestionar la apertura y cierre de las ventanas. También se cultiva papaya en invernaderos tipo multicapilla más altos y herméticos, que permiten un mejor control del clima pero con mayor coste.
Figura 1. Cultivo de papaya en un invernadero tipo parral 'raspa y amagado'.
Desde 2016 nuestro grupo estudia la respuesta del cultivo de papaya en invernadero al control del clima activo, con nebulización y calefacción, frente al cultivo con control de clima pasivo, solo con ventilación natural. Se trata de analizar si la mejora en las condiciones climáticas en los periodos más desfavorables para el cultivo (invierno por las bajas temperaturas y verano por las altas temperaturas y la baja humedad relativa) repercute sobre la producción y la calidad de la cosecha y si es así determinar si esta inversión es rentable. Se están evaluando sistemas de refrigeración por nebulización de baja presión o sistemas aire-agua para mejorar las condiciones de temperatura y humedad relativa dentro del invernadero y sistemas de calefacción por aire caliente para incrementar las temperaturas en invierno. También estamos participando en un proyecto financiado por fondos europeos (FEDER-INNTERCONECTA) denominado EUROPAPAYA que contempla, entre otros objetivos, el diseño de una estructura de invernadero y de sistemas de control de clima específicos para la producción de papaya en el litoral mediterráneo del SE de España (Figura 2).
Figura 2. Invernadero prototipo diseñado para el cultivo de papaya en el Sureste de España dentro del proyecto EUROPAPAYA.
Material vegetal y sistemas de propagación
Una de las razones que explican el crecimiento del cultivo de la papaya en España es la introducción de nuevas variedades híbridas más productivas en nuestras condiciones con clima subtropical más árido (Figura 3). La variedad ‘Intenzza’ es un híbrido de origen mexicano y la más cultivada en España actualmente, es de porte alto con frutos de 1,2-1,3 kg y un rendimiento que puede alcanzar las 200 t ha-1 en dos años. Otras variedades que también son de origen mexicano y han mostrado un buen comportamiento en nuestros ensayos son ‘Siluet’, que presenta un vigor medio con frutos entre 0,7-0,8 kg y un rendimiento de hasta 170 t ha-1 y ‘Sensation’, con frutos de tamaño entre 0,8-0,9 kg y un rendimiento de hasta 180 t ha-1. Las variedades asiáticas como ‘Red Lady’ o ‘Tainung 1’, han mostrado peor comportamiento, con una mayor incidencia de malformaciones florales y menores rendimientos, a pesar de que los frutos son de mayor tamaño. ‘BH65’, variedad tipo Solo de origen sudafricano, presenta un porte bajo con frutos de 0,4-0,6 kg muy dulces y un rendimiento de hasta 100 t ha-1. Actualmente se están introduciendo nuevos materiales de distintos orígenes que se encuentran en fase de evaluación como ‘Caballero’, ‘Sweet Sense’, ‘Extrema’ o ‘Alicia’. Son de especial interés para nuestros invernaderos las variedades de porte moderado, productivas y homogéneas, con rápida entrada en producción, en las que la fruta se presenta a baja altura en el tallo, con frutos dulces, de tamaño medio y forma aperada considerando las preferencias del mercado europeo (Salinas et al., 2017).
Figura 3. Variedades de papaya híbridas cultivadas en invernaderos de Almería.
La multiplicación de la papaya se realiza principalmente por semilla y el mercado demanda frutos procedentes de plantas hermafroditas. El carácter trioico de esta especie obliga a plantar entre tres y cuatro plantas por golpe para garantizar un porcentaje superior al 90% de plantas hermafroditas en nuestra plantación. Entre dos y cuatro meses después del trasplante se realiza el sexado en campo, técnica que consiste en la selección de una planta hermafrodita en cada golpe de tres o cuatro plantas, que será la definitiva. La identificación de las plantas hermafroditas se puede llevar a cabo desde el momento en que se observan los primeros botones florales con estambres, cuando éstos tienen entre 0,5 y 1 cm de longitud. Recientemente se ha puesto a punto en España una novedosa técnica que permite la identificación del sexo de la papaya a partir de tejidos en el semillero, mediante marcadores moleculares, mucho antes de la aparición de las primeras flores, lo que posibilita la plantación en campo de plantas hermafroditas únicamente a un coste competitivo (Figura 4). No obstante técnicas de propagación vegetativa como el estaquillado, el injerto o el cultivo in vitro de tejidos son posibles para la multiplicación de la papaya y ya se están evaluando. Partiendo de un material vegetal selecto y de calidad adaptado a nuestras condiciones y con el sistema de producción intensivo en invernadero que se está implementando, es más que probable que estas técnicas se extiendan en poco tiempo.
Figura 4. Semillero con plantas de papaya sexadas mediante marcadores moleculares (a). Plantación de papaya con plantas sexadas (b).
Densidad de plantación y ciclos de producción
El cultivo de la papaya bajo invernadero se realiza con marcos intensos buscando altos rendimientos para maximizar el beneficio. Las densidades de plantación oscilan entre las 1.700-3.300 plantas por hectárea según el porte y vigor de la variedad. Para las variedades híbridas, en general más vigorosas, se recomiendan marcos de plantación de 3x2 m (Galán, 2014). Es habitual el establecimiento en líneas pareadas para aprovechar las partes más altas del invernadero, y plantación al tresbolillo para maximizar la captación de la radiación (Figura 5). La falta de radiación, sobre todo en invierno, apunta a que se incrementarán los marcos de plantación para conseguir fruta más uniforme y de mejor calidad, aunque se reduzcan los rendimientos, sacrificando cantidad por calidad.
Figura 5. Plantación de papaya en líneas pareadas al tresbolillo.
Tras estudiar diferentes fechas de trasplante, en el Sureste peninsular el trasplante se recomienda en primavera (mediados de marzo), de manera que tras 5-6 semanas comienza la floración (mayo-junio) y en octubre-noviembre la maduración de los primeros frutos, con un ritmo de recolección variable según la época del año. También resultan de interés fechas como junio, en cuyo caso la recolección comienza en la próxima primavera (abril-mayo). La plantación en septiembre es también factible, si bien en este caso la recolección se trasladaría al otoño siguiente. En cuanto a la distribución de la cosecha en el tiempo se observa en general un pico fuerte de producción en primavera, cuando las temperaturas aumentan; otro pico de producción menor en otoño y una recolección de frutos más escalonada durante el invierno debido a las bajas temperaturas. En nuestras condiciones la producción no es continua ya que durante el invierno el crecimiento de la planta se ralentiza o casi se detiene y el cuajado de frutos es mínimo, lo que provoca que haya un hueco de producción seis meses más tarde el siguiente verano (julio-agosto). También se puede observar otro hueco de producción en marzo-abril debido a la falta de cuaje que tiene lugar en el verano previo si las condiciones no son favorables (exceso de temperatura y baja humedad relativa) (Figura 6). Como se ha comentado la producción total oscila entre las 100 y 200 t ha-1 dependiendo de la variedad, durante un ciclo de unos dos años.
Figura 6. Distribución de la producción de papaya a lo largo del ciclo en función de la fecha de trasplante.
Con calefacción durante el invierno estamos comprobando que es posible mantener el crecimiento y cuajado minimizando el hueco productivo del verano. Además, la maduración de los frutos durante el invierno es más rápida y la cantidad cosechada mayor, lo que permite una mejor distribución de la producción en el tiempo, y la calidad de la cosecha es mejor con frutos más dulces a la salida del invierno. También se ha corroborado que técnicas que permiten reducir la temperatura y mantener niveles de humedad relativa aceptables durante el verano, como la nebulización o el blanqueo, aumentan los rendimientos y calidad de la cosecha (Figura 7).
Figura 7. Sistema de calefacción (a) y nebulización (b) empleados para mejorar las condiciones de clima dentro del invernadero.
Manejo y técnicas de cultivo: fertirrigación, recolección y control de plagas y enfermedades
En cuanto a las necesidades de riego, la papaya es un cultivo exigente, principalmente durante la floración, de forma que un estrés hídrico puede provocar caída de flores, clorosis y caída de hojas, así como el cese de emisión de nuevas hojas. En condiciones de invernadero en Almería la demanda evaporativa oscila entre los 0,7 y los 4,6 mm día-1, en diciembre y julio respectivamente. Los coeficientes de cultivo (kc) empleadospara calcular el riego se sitúanentre 0,35-0,5 durante la fase vegetativa, 0,5-1,0 durante el desarrollo y maduración de los primeros frutos y entre 1,0-1,2 hasta el final del ciclo de cultivo. En estas condiciones el consumo de agua de riego durante el primer año es de unos 6.000 m3 ha-1, y en el segundo año de hasta 12.000 m3 ha-1. El sistema de riego más empleado es el riego por goteo con dos líneas de goteros por línea de cultivo. Con el cultivo en plena producción el volumen de riego aplicado es de unos 2,4 L m-2, con una frecuencia de riego que oscila entre dos riegos por semana (0,7 L m-2 día-1) y hasta 14 riegos por semana (dos riegos diarios), según la época del año (4,8 L m-2 dia-1).
La fertilización de la papaya es uno de los factores determinantes para maximizar el crecimiento, desarrollo y producción. En trabajos realizadosen el SE de España se están aportado entre 160-250 kg ha-1 de N, 100-120 kg ha-1 de P2O5 y 300-360 kg ha-1 de K2O durante un cultivo de papaya en invernadero a lo largo de ciclos de 21-24 meses. En suelos pobres como los de la zona es recomendable realizar antes de la plantación una enmienda orgánica con estiércol o compost con aportes de hasta 5 kg m-2. Los fertilizantes se aplican junto con el agua de riego (fertirriego) controlando el pH y la conductividad eléctrica de la solución nutritiva. Con esta dotación de fertilizantes se ha obtenido una producción comercial de hasta 180 t ha-1. Técnicas como el análisis foliar y de savia y el uso de uso de sondas de succión de la solución del suelo se están empleando para ajustar las necesidades del cultivo (Figura 8).
Figura 8. Sensores empleados para el control del riego y la fertilización.
En nuestras condiciones se han observado alteraciones florales tipo pentandria y carpeloidía a lo largo de todo el ciclo de cultivo, que dan lugar a frutos no comerciales. No se ha encontrado aún una relación clara entre las condiciones climáticas o de manejo y su incidencia como en otras zonas productoras. Sí se han constatado en cambio diferencias entre variedades, mostrándose las de origen asiático más sensibles. El aclareo de flores y pequeños frutos deformes es una técnica empleada para paliar en parte este problema y es fundamental durante los primeros meses de la floración. En variedades de porte bajo con entrenudos cortos, o durante los períodos más fríos en los que el crecimiento se ralentiza, se hace necesario el aclareo de frutos para dejar espacio y facilitar el desarrollo normal de los que se quedan en la planta. Además, la regulación de la carga de frutos puede modificar las relaciones fuente-sumidero y puede emplearse para intervenir sobre el tamaño y la calidad de la fruta.
Determinar el punto óptimo de recolección para llegar al mercado con fruta de calidad es clave para la comercialización con éxito de la papaya producida en España. La proximidad al mercado supone una ventaja competitiva muy importante, ya que permite recolectar la fruta ‘madurada en el árbol’ con una excelente calidad frente a la fruta que llega de ultramar. Pinillos et al. (2016) confirmamos que en nuestras condiciones es posible producir papayas con una calidad adecuada en diferentes épocas de año. Sin embargo se ha detectado, trabajando con la variedad ‘BH-65’, que los frutos recolectados al final del invierno son más grandes y más firmes que los recolectados en verano, pero menos dulces. Para incrementar el contenido en sólidos solubles totales a la salida del invierno se están estudiando entre otros aspectos la fertilización, el aclareo de frutos, la densidad de plantación, además del incremento de la temperatura con apoyo térmico. Ensayando con tres variedades diferentes hemos confirmado que los frutos recolectados con un 50-60% de color amarillo son los que presentan la mejor calidad para el mercado, pudiendo recolectarse frutos con al menos un 30% de color pero para los destinos más alejados (Figura 9).
Figura 9. Frutos de papaya recolectados con diferente grado de madurez.
Hasta ahora se ha detectado una baja presión de plagas y enfermedades en el SE de España, por lo que el cultivo ecológico se plantea como una opción interesante. El mayor problema de plagas que se presenta es la araña roja (Tetranychus urticae), controlada con éxito mediante lucha biológica y un adecuado control del clima (Figura 10). Incluso se están seleccionando algunos enemigos naturales para su cría masiva. En cuanto a las enfermedades se observa antracnosis (Colletotrichum gloeosporioides) y botrytis (Botrytis cinerea) sobre frutos sobre todo en invierno y pudrición del tallo, causada por Phytophthora palmivora en suelos pesados con mal drenaje. El oidio (Oidium caricae) es un grave problema de difícil control en las Islas Canarias. Las plantaciones sufren mucho durante el invierno y tardan en recuperarse, lo que merma notablemente los rendimientos y la calidad de la fruta. En la Península se han detectado problemas en algunas fincas pero de menor gravedad (Figura 10). De nuevo, un adecuado control del clima en el invernadero previene esta enfermedad y el uso de sublimadores de azufre está dando muy buen resultado. El Virus de la Mancha Anular (PRSV) no se ha detectado hasta la fecha y el cultivo en invernadero puede contribuir a minimizar su incidencia, al limitar la entrada de los posibles vectores de transmisión. Por último entre las fisiopatías destaca la mancha fisiológica (‘Skin freckles’) que aparece sobre todo a la salida del invierno, y aunque no afecta negativamente a la calidad interna del fruto, es peor valorada en el mercado (Figura 10).
Figura 10. Síntomas de araña roja (Tetranychus urticae) (a), daños por oídio (Oidium caricae) (b), mancha fisiológica ('Skin freckles') en frutos.
Conclusiones
El consumo de frutos tropicales y subtropicales está en auge con una demanda creciente en Europa y España es prácticamente el único país productor de estas frutas dentro la UE. El crecimiento en nuestro país de cultivos como el mango o el aguacate en los últimos años son prueba del interés de estos cultivos.
Siguiendo esta tendencia, el cultivo de la papaya en invernadero se ha introducido con éxito en el sureste de España contribuyendo a la necesaria diversificación de nuestra producción agrícola. La cercanía del mercado europeo representa una ventaja competitiva muy importante ya que permite la recolección de fruta en su punto óptimo de madurez con una excelente calidad frente a la que llega de ultramar.
Son de especial interés para nuestros invernaderos las variedades de porte moderado, productivas y homogéneas, con rápida entrada en producción, en las que la fruta se presenta a baja altura en el tronco, con frutos dulces, de tamaño medio y forma aperada. La selección de plantas hermafroditas mediante marcadores moleculares permite el trasplante de una única planta por golpe, para cualquier cultivar, técnica pionera en España, y en el futuro se abre paso la multiplicación vegetativa (injertos, cultivo in vitro) buscando una mayor homogeneidad entre plantas. Se recomienda el trasplante en primavera y los rendimientos pueden alcanzar las 200 t ha-1, para un ciclo de 20-24 meses.
Los invernaderos adecuados para la papaya deben ser altos y contar al menos con sistema de ventilación lateral y cenital. La instalación de sistemas de calefacción para incrementar la temperatura durante el invierno y el empleo de técnicas que reduzcan la temperatura e incrementen la humedad relativa en verano, pueden mejorar los rendimientos y la calidad de la fruta. La baja presión de plagas y enfermedades detectada hasta ahora facilita la orientación a la producción ecológica de papaya.
Bibliografía
- Almodóvar, A.F., Hueso, J.J. y Cuevas, J. (2014). Crecimiento y fenología de cultivares de papaya en invernaderos en el Sureste español. Revista de Fruticultura 37, 28-39.
- Galán, V. (2014). Frutales tropicales y subtropicales: Platanera, papaya y piña tropical. En: La fruticultura del siglo XXI en España, J. Cuevas, y J.J. Hueso, coords. (Cajamar Caja Rural: Serie Agricultura10), p.381-402.
- Pinillos, V., López, A., Salinas, I., Hueso, J.J. y Cuevas, J. (2016). Effects of harvest maturity stage and season on fruit quality of papaya cultivated in South-East Spain greenhouses. VIII International Postharvest Symposium, ISHS, Cartagena, Spain.
- Salinas, I., Hueso, J.J., Schmildt, E.R., Schmildt. O. y Cuevas, J. (2017). Comparación de los sistemas productivos de la papaya en España y Brasil. Vida Rural 426, 18-24.