Sipcam Iberia alerta a los citricultores de la amenaza del 'Greening'
El ciclo de ponencias se inició con el Dr. Kelly T. Morgan, profesor del Departamento de Ciencias del Suelo y Agua de la Universidad de Florida, que explicó la devastación que el HLB, comúnmente conocido como ‘Greening’, ha causado en el sector citrícola estadounidense. En tan solo diez años Florida ha perdido la mitad de su producción citrícola a causa del HLB. Morgan reconoció que el gran problema, a diferencia de otros países, fue no haber actuado con la suficiente diligencia. “La mejor forma de luchar contra el HLB es no contraerlo, y si llega hay que destruir todo lo que esté en contacto con él lo más rápidamente posible. Nosotros no fuimos capaces de hacerlo”, explicó. El investigador centró su intervención en explicar cómo se comenzaron a explorar alternativas, a instancia de los productores, como la aplicación de nutrientes para mejorar la vitalidad del árbol. “La aplicación de minerales como el zinc, magnesio, boro o calcio mejoraron la salud del árbol, pero en ningún caso la producción. Además nos encontramos con el problema de las raíces. El HLB llega a consumir el 70% de la red radicular y tuvimos que estudiar cómo mantener la densidad de la misma”. Morgan apuntó el aporte de ácido sulfúrico en el agua para mantener el ph en el 6,5 como una de las recomendaciones para ayudar a la planta a mantener la salud de las raíces.
La amenaza del HLB continuó siendo el tema protagonista con la brillante y extensa presentación realizada por el Dr. Joseph Bové, profesor emérito de la Université Victor Seagalen Bordeaux 2. Ocupado en su investigación desde la aparición a nivel mundial en los años 90, dedicó la primera parte de su ponencia a repasar gráficamente los síntomas del HLB en los diferentes tipos de cultivo e incluso a explicar la etiología de esta enfermedad devastadora, cuya huella, el vector Trioza erytrae, ya ha aparecido en dos puntos geográficos de nuestro país: Galicia y Canarias. “Estudios que hemos realizado en todos los países en los que ha atacado el HLB han demostrado que cada vector, el africano o asiático, tiene unas condiciones que favorecen su desarrollo. En el caso del HLB africano, por ejemplo, hemos comprobado que solo se desarrollaba a partir de alturas que rondaban los 1.000 m, en el asiático era todo lo contrario”, explicó Bové. El investigador expuso un mapa en el que aún la región mediterránea aparece como ‘libre’ de HLB, pero donde la amenaza rodea peligrosamente sus fronteras. Bové también mostró el trabajo preventivo realizado en Argentina y Brasil, donde tan solo cuatro meses después de aparecer la enfermedad en marzo de 2004 se puso en marcha un plan de choque para combatirla. Según el cuadro resumen presentado es más fácil controlar el HLB en explotaciones grandes, cuadradas y aisladas, con árboles que no sean jóvenes y cuyo índice de afectación después de la primera inspección sea inferior al 1%. Para una mayor efectividad se han de realizar unas 12 inspecciones al año con plataformas y unos 24 tratamientos fitosanitarios anuales con especial atención a los bordes de las explotaciones, zonas de especial riesgo de entrada de la enfermedad.
La última ponencia de la jornada la protagonizó Daniel García Llobet, ingeniero agrónomo, quien resaltó las ventajas que aportan a día de hoy los drones en la agricultura. “La gestión de la variabilidad de una parcela resulta vital para tomar decisiones en un plan de acción determinado. Gracias a la información de los mapas podemos aplicar un abonado o un riego diferencial, siempre con el objetivo final de mejorar la producción”, afirmó Llobet. La intervención fue completada con una demostración en campo de un vuelo autooperable por parte de la empresa Hemav.