El concepto de los LISA se acerca a los entornos urbanos
En la ciudad francesa de Poitiers me fijé en un establecimiento tipo centro de jardinería (o garden center, si se le prefiere llamar así), situado en el entorno urbano, en una avenida relativamente cercana al centro de la ciudad. Es de la enseña Delbard, una marca internacional creada en 1937 que dice reinventar la jardinería y que forma parte de la oferta de establecimientos organizados de la ‘distribución jardinería’ en Francia, como los Jardiland, Truffaut, Gam Vert, ...
En este modelo de tienda, un garden urbano, el invernadero era pequeño y también reducida la exposición de plantas arbustivas para aire libre. La ‘tienda’ con la oferta tradicional, claro está, tenía un formato de autoservicio. Desde la calle, este establecimiento urbano de Delbard, en su conjunto, los ciudadanos lo ven como un atractivo escaparate para decidir dónde realizar sus compras de flores y plantas de vivero.
En mi opinión, en Francia los modelos de establecimientos llamados LISA, libre servicio agrícola (almacenes en autoservicio), constituyen un éxito en los pueblos rurales para la gente de la agricultura, en las profesiones relacionadas con el paisajismo urbano y para las viviendas con terreno, es decir, para los llamados nuevos jardineros. Creo que los LISA son modelos de negocio de éxito en los pueblos, porque están organizados y también porque se acercan a las necesidades del cliente actual. En un LISA, el establecimiento está bien organizado y limpio –aunque contenga productos de carácter agrícola están extremadamente limpios–; la mayoría cuenta con fácil aparcamiento; los clientes realizan sus compras como en un supermercado; la señalética de la exposición, las ofertas y los precios de los productos es exhaustiva; y la gestión la realizan personas conocedoras de los aspectos culturales relacionados con la horticultura. En los modelos LISA la mayoría tienen servicios de floristería y de venta de plantas en macetas, en muchas ocasiones con ofertas de temporada expuestas en carrys en la misma entrada de las tiendas.
¿Qué hay en una tienda de autoservicio para la jardinería? Flores y complementos de decoración floral, las plantas en macetas, complementos para el confort y decoración en los hogares (principalmente para los espacios al aire libre o terrazas), el almacén del nuevo jardinero (nutrifitos, semillas, riego, herramientas, sustratos, …), los productos para las mascotas, incluso alimentos de especialidades regionales y de otros servicios o productos de formas locales para naturalizar el estilo de vida de la gente.
En España y otros países hay quienes se preguntan: ¿Han sido los puntos de venta de flores y plantas de vivero poco incentivadores del consumo de flores y plantas? ¿Hay una modernización suficiente en los modelos de negocio que venden flores y plantas de vivero? ¿En la mayoría de poblaciones españolas, la red de cooperativas agrícolas que cuentan con instalaciones de almacenes propios deberían modernizar o la vez ampliar sus conceptos de modelo de establecimiento para adaptar ofertas de venta al público? Siempre he oído decir a la gente del marketing relacionado con las flores y plantas de vivero que en estos tipos de productos cuantas más tiendas y más impulsos encuentra la gente, más crecen las ventas por habitante en una ciudad o una región. Entre estas profesiones del comercio de flores y plantas de vivero dicen que crecen las ventas creando emociones entre la gente. ¿A qué esperamos para comprobarlo?