¿Para qué sirven las interprofesionales en el sector agroalimentario?
Son muchas las voces que están analizando la utilidad de las organizaciones interprofesionales en el sector agroalimentario, ya que no queda claro cuál es su verdadera función en estos momentos de crisis económica, en los que todo tipo de organizaciones están en tela de juicio. Si nos ceñimos particularmente al sector de las frutas y hortalizas, uno de los más importantes en nuestra economía agroalimentaria, es evidente que existen tres entidades como son Ailimpo (Asociación Interprofesional de Limón y Pomelo), con sede en Murcia, Hortyfruta (Asociación Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía), con sede en Almería, e Interfresa (Asociación de la Interprofesional de la Fresa Andaluza), localizada en Huelva.
Las entidades interprofesionales son vertebradores de los distintos subsectores que integran el mundo agroalimentario pero sus funciones deberían ir mucho mas allá, abarcando distintas funciones como la promoción, comunicación y publicidad, tres disciplinas que lamentablemente no se están ejerciendo bien sea por falta de un capítulo presupuestario para estos menesteres o tal vez por falta de consenso entres los distintos subsectores que integran una entidad de estas características. Lo que sí es cierto es que la dimensión de las interprofesionales debe ser más amplia, abarcan no solamente acciones de promoción, sino estudios de mercados, prospección de nuevos mercados de exportación, consenso para buscar un precio mínimo de mercado, etc.
Queda muchísimo por hacer en el terreno de las interprofesionales, hay que profesionalizar mucho más la gerencia de estas entidades y, es evidente, que deben ser instrumentos para conciliar los distintos subsectores y no servir nunca a intereses particulares. Las interprofesionales agroalimentarias tienen que madurar más y a base de un trabajo duro, evidentemente, podrán desarrollarse mucho más en todos los sentidos.
Tenemos que fortalecer más a las interprofesionales, el sector tiene que dotarlas de más servicios al servicio de sus socios y, sobre todo, aprovechar el gran potencial que tienen estas entidades para que sirvan como instrumentos para rentabilizar y hacer más competitivo al sector agroalimentario en líneas generales. Pero a pesar de todo esto está muy claro que son muy importantes y son una pieza indispensable para el mundo agroalimentario moderno.