Entrevista a Margarita Ruíz, co-presidenta del comité organizador del VII Congreso Ibérico de Angroingeniería y Ciencias Hortícolas

La esencia de un congreso está en una buena organización, y así se demostró en el VII Congreso Ibérico de Angroingeniería y Ciencias Hortícolas, celebrado a finales de agosto en Madrid. Ya se pueden conseguir las mejores comunicaciones orales y pósters, que si todo ello no viene acompañado de una organización eficiente, el mensaje no se transmite ni llega de la misma manera. Quisimos conocer de la mano de Margarita Ruíz, co-presidenta del comité organizador del VII Congreso Ibérico de Angroingeniería y Ciencias Hortícolas, cuáles habían sido las claves para que la palabra "éxito" fuese de las más pronunciadas entre los más de 300 asistentes.

Hemos estado preparando el congreso durante un año y medio, y el balance que han hecho los propios participantes ha sido muy positivo. Hemos tratado que la gente se abra, porque en las diferentes sesiones nos hemos dado cuenta que los participantes y las temáticas de ambas vertientes resultan muy complementarias. Muchas veces los objetivos deben incluir ambas áreas. Es algo que se ha reiterado a lo largo de todas las intervenciones, y el resultado en este sentido creo que ha sido muy bueno.

Muy positivo. Hay que tener en cuenta que los dos co-presidentes, Fernando Riquelme y yo, somos miembros de ambas sociedades, la de Agroingeniería y la de Ciencias Hortícolas. Se ha realizado una encuesta de calidad y otra de carácter técnico para conocer al detalle cuál ha sido la percepción de la gente y analizarla con posterioridad. Personalmente he recibido bastantes comentarios para que en la próxima cita se siga manteniendo el modelo, y eso significa que algo se habrá hecho bien.

Es un tema que se está debatiendo en el seno de la comunidad científica desde hace tiempo. En su conferencia magistral, Antonio Monteiro, presidente de la ISHS, lo ha dejado muy claro. Si hay mucha entrada de financiación pública, también tiene que haber entrada de financiación privada, por lo tanto una tiene que tirar de la otra. Lo que sí observamos los grupos de investigadores que llevamos más de tres décadas trabajando en equipamientos y tecnologías avanzadas, es que las empresas se están dando cuenta que tienen que apostar por la investigación. Muchas veces ellos lo que hacen es apostar y luego utilizar la financiación pública, que está bien, pero siempre les cuesta dinero. Y si las condiciones económicas son difíciles, también lo son para las empresas, es decir, estamos todos en el mismo barco. En estas condiciones mi percepción es que la empresa se está dando cuenta y está reaccionando, y además algunas de ellas, que se encuentran muy bien a pesar de la situación actual, encuentran en la apuesta por la investigación una oportunidad para avanzar y mejorar.

Nos acarrea muchísimos problemas. Con este congreso nos hemos llevado una sorpresa muy agradable, porque la gente ha respondido, pero los primeros comentarios era que todo era muy caro, y no se pueden imaginar cómo era de ajustada la inscripción organizativamente hablando. Seguramente si no fuera por las condiciones actuales hubiéramos tenido un 25% más de asistencia. Pero así y todo ha sido muy importante el esfuerzo que han realizado todos los participantes, en la línea del que se ha hecho desde la organización para dar la mayor visibilidad posible a este trabajo.

Ya había sido así en ediciones anteriores y se ha confirmado en esta. Este hecho da mucha trascendencia a estos congresos y por ello son en español, porque queremos crear un conocimiento y lanzarlo a un mundo de habla hispana que nos va a dar mayor presencia. En el área de las frutas y hortalizas, por ejemplo, estamos continuamente intercambiando productos y conocimientos porque es un mercado muy parecido en sus conocimientos. En este congreso ha habido trabajos de transporte, muy poco cubierto hasta la fecha, y de innovación hortícola, etc., que van encaminados en este sentido.