La autosuficiencia energética llega al invernadero con el proyecto Zelula Zero
En efecto, el elevado consumo energético que supone la explotación de los centros de cultivo agravan aún más la de por sí difícil situación del sector de la horticultura. Así, el proyecto Zelula Zero busca desarrollar módulos autosuficientes, en superficies mínimas de 1.000 metros cuadrados, y aptos para todo tipo de cultivos. Y es que tal como nos explica Rubén García, responsable de desarrollo internacional, “con un invernadero de bajo consumo los horticultores podrían mantener la producción, con un concepto que se basa en una idea tan simple como: si conocemos los beneficios y ventajas de las energías alternativas, pongámoslas en común y analicemos cuáles son las más efectivas para cada caso”. Para sus responsables, para que el proyecto resulte rentable, sin embargo, “no hay que volcar la electricidad a la red si no erigirse en productores energéticos autónomos”. Se trata de una inversión, además, que se puede rentabilizar “según los metros cuadrados y zona, en 28-32 meses”.
Objetivos del proyecto
- Optimización de consumos energéticos, mediante la mejora y uso de componentes y tecnologías avanzadas.
- Implantación de energías renovables para autoabastecer las necesidades energéticas de los módulos de cultivo (iluminación, climatización, riego, etc.)
- Optimización del rendimiento y consumo energético en las instalaciones de producción agrícola. Esto se traduce en reducción de los costes de producción.
- Disminución de la emisión de gases de efecto invernadero en los procesos de generación de energía eléctrica.
- Mayor conservación del medio ambiente. No consumir más energía de la necesaria e implantar fuentes de energía alternativas, consiguiendo una importante reducción de las emisiones de CO2.
- Contribuir al equilibrio interterritorial, pudiendo llegar a zonas aisladas donde no existe suministro energético local.
Zelula Zero es un proyecto de carácter innovador que, entre otros beneficios, permitirá generar valor en el sector agroalimentario, carente de tecnificación en España.
Fases del proyecto
Fase I: Laboratorio de cultivo
Puesta en marcha a lo largo de este año, supone el desarrollo de un ‘laboratorio de cultivo experimental’ para ensayos constructivos, lumínicos y de verificación. Durante esta fase se buscar mejorar el rendimiento energético de componentes de iluminación, así como sus prestaciones lumínicas y realizar el estudio y desarrollo de luminarias especiales para su aplicación en invernaderos de producción agroalimentaria. Asimismo, pretende optimizar los procesos de fabricación y ensayo para reducción de costes y establecer la posibilidad de tecnificar las instalaciones y así obtener un mejor rendimiento de los cultivos con un menor consumo energético.
Esta fase se inicia tras nueve años de trabajo y el objetivo es “desarrollar un software libre con todos aquellas empresas relacionadas con sistemas energéticos eficientes (placas fotovoltaicas, geotermia, biomasa, iluminación eficiente, etc.) y que cualquier ingeniería, introduciendo parámetros como los metros cuadrados, la irradiación solar, el suelo, la ubicación geográfica, etc., pueda crear un invernadero que reduzca considerablemente su coste energético y el de la calefacción”.
Fase II: Célula de trabajo. Invernadero autosuficiente
En esta fase se procederá a la implantación de un invernadero tecnificado autosuficiente acorde a las diferentes situaciones y necesidades de un campo de cultivo existe. Ello permitirá verificar en condiciones reales los ensayos llevados a cabo en la Fase I, combinar la investigación en ‘laboratorio de cultivo’ con los ensayos en la ‘célula de trabajo’ y lograr una adecuada transferencia del conocimiento. Asimismo, supondrá la elaboración de un estudio sobre problemas prácticos en el sector de la horticultura, para optimizar y solventar en la medida de lo posible los procesos productivos y la integración de energías alternativas de origen renovable para satisfacer las necesidades energéticas en el ‘campo de cultivo’.
El suministro eléctrico para cubrir las necesidades mínimas (iluminación, riego, ventilación y extracción, etc.) será una combinación de energía eólica y solar fotovoltaica, mientras que las necesidades de climatización en el invernadero se cubrirán mediante el uso de energía procedente de biomasa y geotermia.