La citricultura valenciana se enfrenta a una campaña “esperanzadora”

La Comunidad Valenciana se enfrenta a una campaña citrícola decisiva, marcada por el optimismo y la esperanza que tienen los citricultores de esta región levantina, que confían plenamente en que esta campaña abandere la rentabilidad que este cultivo necesita después de varias campañas con precios totalmente ruinosos. El comienzo de campaña de cítricos no ha podido ser más óptimo, ya que unido a una excelente calidad hay un mayor nivel de racionalización en la comercialización de cítricos, lo que ha conducido a un nivel de gestión de oferta más equilibrado con la demanda, y eso está generando más confianza entre los productores y las empresas comercializadoras.

Dentro del mismo contexto hay que resaltar también el alto grado de internacionalización empresarial, que sin duda ha contribuido a la expansión de la citricultura valenciana en todos los mercados internacionales, aunque el gran capítulo que todavía sigue siendo una gran asignatura pendiente es la concentración de la oferta y la reducción de costes productivos.

En diversos artículos, a lo largo de estos años, he defendido por activa y por pasiva la importancia de la unificación de la oferta. Es evidente que si un sector como el de los cítricos no está unido no se puede ser rentable y mucho menos competitivo. Eso es una realidad que este sector desgraciadamente todavía no ha aplicado.

Otro handicap del sector es el mercado nacional, ya que todos los esfuerzos se han depositado en fortalecer la exportación a los mercados internacionales, y ese es un gran error que se tiene que solucionar. El consumidor nacional, a pesar de la crisis económica, ha madurado mucho desde el punto de vista comercial y también demanda cítricos de alta calidad.

Por todo ello, es indudable que es necesario fortalecer el mercado nacional y apostar por campañas de marketing y comunicación efectivas, un capítulo fundamental para el conjunto del sector de frutas y hortalizas, y que sin duda alguna, sigue siendo un reto pendiente de salvar.

Aviso a navegantes: si queremos un sector citrícola competitivo y dinámico el sector tendrá que darse cuenta de que hay que cambiar muchas cosas y, sobre todo, ordenar la oferta y producir una verdadera autorregulación que se está esperando desde hace muchas décadas.