'Alambre alto' y 'local for local'
En una charla de la Horti Fair, organizada por Koppert, Nunhems, Grodan y DLV Plant, intervino un profesor de universidad para decir que Rabobank en algunos de sus informes explica que, en la horticultura moderna, es más sostenible una tecnología hortícola adaptable a muchos tipos de productores, en lugar de la alta tecnología aplicada tan solo a una élite de empresas productoras de tomates, pepinos y pimientos utilizando una supertecnología hortícola. En la misma charla, otro de los participantes informó que en Australia los bancos dan créditos para inversiones hortícolas solamente allá donde los suelos de cultivo contienen suficiente ‘materia orgánica’. Vamos, algo así como que en Almería o México sólo te concedieran créditos ‘condicionados a su sostenibilidad’ en función de tu ‘plan de plantaciones’, el calendario de las plantaciones y/o que tu equipamiento tecnológico estuviera adaptado a un plan de negocio en el que tus gastos e ingresos fueran sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
El 'alambre alto'
'Local for local'
Ahora, en una época en que muchos países necesitamos nuevos planes de negocio, se habla del ‘local for local’. Una horticultura así puede ser posible con productores que utilicen una tecnología hortícola muy moderna, en producción y poscosecha.
Al igual que como en el aceite de oliva y el vino, los españoles –o los mexicanos, brasileños, chilenos, …– , en frutas y hortalizas no pueden dejar de hablar de marcas, de la diversidad de tipos y variedades en frutas y de verduras, exclusivas por su calidad. Pero, tan solo con ello, no es posible pretender liderar los mercados de exportación añadiendo cierto valor para los productores. Esto solo ocurrirá cuando estos alimentos, en las tiendas de sus propios territorios –en el ‘local for local’–, dejen de ser reclamo de ‘comida barata’, vendida en fruterías y supermercados sin estándares de calidad y aceptando un tipo de comercio mayorista y minorista donde priman los graneles, con establecimientos que a veces dejan mucho que desear, por su higiene y por la información que ofrecen al consumidor.