ADR: la multinacional del eje

La seguridad para los conductores de las máquinas agrícolas se refiere no sólo al tractor que éstos maniobran sino también a los equipos a los cuales está conectado el tractor. Para las velocidades alcanzadas, principalmente en carretera, un componente determinante para la seguridad del transporte es el remolque. En Italia, en la provincia de Varese, una empresa se dedica desde hace más de cincuenta años al estudio de este problema, diseñando y construyendo ejes y suspensiones para remolques. En el transcurso de estos años, la firma ADR se ha desarrollado hasta convertirse en un productor de referencia en Europa, con la compra de otras sociedades en Francia, Polonia e Inglaterra.

El ingeniero Sergio Frigerio, responsable del departamento de I+D, evidencia cómo el eje es un componente fundamental del remolque. Es más, en ADR es más correcto hablar de componentes ensamblados porque en esta empresa el eje es tratado, en la mayoría de los casos, como un elemento de conjunto que permite una personalización para la finalidad requerida.

“Con la adquisición de la empresa francesa Colaert hemos atesorado un nuevo modo de proponer nuestros productos: tras las huellas de su experiencia hemos sido los primeros en Italia en introducir el concepto del componente coordinado con otros componentes”, señala Frigerio. En efecto, a menudo el comprador italiano consideraba sabio utilizar diferentes componentes de diferentes fabricantes buscando siempre los más convenientes para después ensamblar el conjunto. Inicialmente ADR procedió a la innovación de componentes dentro del mismo producto. Hace 10 años introdujo los cubos de aleación esferoidal en el sector agrícola. La máquina agrícola hoy debe considerarse también como una máquina agrícola que circula a menudo en las carreteras o como una máquina vial todo terreno y también los ejes deben satisfacer nuevas exigencias.

Para sus productos, ADR utiliza aleación esferoidal, un tipo de fundición con un tenor de carbono más bajo respecto al tradicional y con una estructura cristalina que asegura a la máquina resistencia a nivel físico; en las fusiones permite obtener formas optimizadas con características mecánicas no lejanas a los aceros intermedios. Se pueden, por consiguiente, realizar geometrías que se aproximan mayormente a las exigencias de los tractores que también circulan por la carretera con el remolque. Además, se puede alivianar la estructura, que no era posible hacer con la tecnología anterior del forjado en acero. Ésta fue para la compañía italiana la primera revolución. “Después hemos pensado reducir la tara. Hemos logrado, ya desde hace algunos años, pasar de los ejes de sección cuadrada plena (más fácil de trabajar al torno porque la sección cuadrada llena se obtiene toda la parte para montar los cojinetes) a los tubulares, más ligeros. No obstante, esto no es tan determinante como en los vehículos industriales, ya casi todos los ejes en las máquinas agrícolas están pasando de la palanquilla de sección cuadrada plena al tubular. En un eje que lleva 10 toneladas se ganan de 50 a 60 kilos”, señala el ingeniero Sergio Frigerio.

“Nosotros hemos iniciado nuestra experimentación con los tubulares comerciales. Inspirándonos en los vehículos industriales, hemos aplicado a la estructura del eje materiales más resistentes, y hemos creado los perfiles cuadrados de cantos redondeados creados con dos perfiles en C soldados entre sí, con soldadura en el interior y exterior del tubo. El resultado final es un perfil original, con una característica geométrica bien definida, una técnica de soldadura original, materiales de elevada resistencia superior y ganancia de masa”, añade.

“Después está el tema de las suspensiones. Trabajando con perfiles huecos se obtienen propiedades diferentes y la suspensión, que tiene su propia elasticidad, saca ventajas porque explota parcialmente la elasticidad del tubo, que trabaja como una barra de torsión, dando un mejor comportamiento dinámico respecto al eje tradicional lleno. Lo ideal es tener el kit completo de eje, suspensión y acoples suministrados. Las suspensiones son de dos tipos: aquella tradicional, de ballestas, todavía difundida en la agricultura por su robustez y, aquella más reciente, hidráulica. Desde el inicio del desarrollo de esta nueva tecnología colaboramos con una importante empresa alemana especializada en instalaciones hidráulicas para los tractores y las máquinas de movimiento de tierras. La suspensión hidráulica en los remolques es relativamente joven, pero en otras máquinas, como las cosechadoras, está bastante difundida. Para ayudar y facilitar a nuestros clientes en la aplicación de estas suspensiones en sus vehículos, estamos también promoviendo el kit premontado con suspensiones hidráulicas, racores y caja de control”, explica el responsable de I+D.

Dos años de estudio y experimentos, además de un notable esfuerzo económico, han llevado a lo que hoy es el producto estrella de ADR, el Black Bull, que se propone como la nueva generación de ejes para máquinas agrícolas. La búsqueda de la ligereza sin reducir la resistencia es el punto de partida para un futuro donde se generalizará el uso de suspensiones hidráulicas también en el sector agrícola. Para obtener una reducción significativa del peso, la estructura del eje ha sido rediseñada sustituyendo la palanquilla tradicional con un perfil tubular patentado ADR, construido con materiales de alta resistencia. Además, se han creado también manguetas originales moldeadas en acero especial. Algunos procesos importantes de mecanización han sido totalmente revisados. Un comportamiento perfectamente homogéneo del perfil tubular con cualquier solicitación ha sido obtenido con un método exclusivo de soldadura que desarrolla una resistencia muy superior integrando el tubular y el material de base sin solución de continuidad. Nuevos módulos para la mecanización de las manguetas y del tubular con tolerancias muy estrechas permiten una coaxialidad de todos los componentes del cuerpo del eje, con un consecuente menor desgaste de los neumáticos y un frenado excelente. Un sistema de moldeado que vira compatiblemente con la posición del tractor. Esto es extremadamente cómodo, principalmente cuando se realizan maniobras en marcha atrás. El sistema, que ha tenido un gran éxito entre los usuarios, está siendo enriquecido con un dispositivo de seguridad que asiste al conductor del tractor en caso de fallo: convierte en autodirectriz el eje piloteado en el caso de que la asistencia hidráulica fallara, previniendo problemas de maniobrabilidad del remolque.

Orígenes con una apuesta por la evolución

Flavio Raddrizzani, presidente de ADR, cuenta cómo su empresa, en el lapso de algunas décadas, se ha desarrollado hasta tal punto de poder jactarse de su derecho al título de ‘multinacional del eje’. Este es un caso ejemplar que demuestra cómo las empresas familiares han explotado la onda larga del boom económico italiano para dar un salto de calidad, con tal de imponerse a nivel europeo.

“Mis padres fundaron esta empresa en 1954 como pequeña empresa artesanal, realizando pequeños trabajos por cuenta de terceros. Mi hermano entró en la empresa en los años sesenta fabricando ejes. En aquellos años, aquí en los alrededores habían muchas firmas que producían grúas para la construcción. Yo entré en esta actividad en los años setenta y precisamente en aquellos años pasamos de la construcción, que ya había agotado su empuje propulsor, a la agricultura y a los transportes especiales. A fines de los años ochenta adquirimos el primer concurrente, la firma Colaert Essieux, una empresa francesa mucho más evolucionada tecnológicamente que nosotros, pero que en aquel entonces no estaba bien gestionada. La fusión de las dos empresas fue muy positiva, permitiendo un intercambio de tecnologías y una gestión prudente. En realidad, en aquellos años la agricultura francesa era mucho más moderna que la italiana y las maquinarias decididamente más evolucionadas, por lo tanto, sus ejes eran más vanguardistas que los nuestros pero se dirigían sólo al mercado francés. Nosotros podemos atribuirnos el mérito de haber iniciado la exportación de su tecnología al resto de Europa. Además, una sociedad adquirida en Polonia, ATW, ha comenzado a funcionar como nuestros sub-proveedores y otra sociedad inglesa, Tyremart Agricultural, se ha encargado de distribuir nuestros productos también en aquel mercado. Con la entrada en la Unión Europea, el mercado en Polonia ha iniciado a darnos grandes satisfacciones. Allí nuestra empresa, además de vender directamente, produce los componentes que después son ensamblados aquí en Italia y en Francia. Las mayores inversiones, durante nuestra historia, han estado siempre reservadas al desarrollo de la tecnología de productos”, explica el presidente de ADR.

Actualmente se está construyendo un moderno centro de investigaciones que ocupará unos 1000 metros cuadrados, que flanqueará a la dotación de aparatos de ensayo (de los cuales forma parte un banco de rodillos único en Europa que simula en laboratorio las condiciones extremas de servicio y un novísimo banco dinamométrico para la prueba de los frenos). Esta es la mejor garantía para asegurar productos experimentados en laboratorio bajo todo tipo de esfuerzo y no sólo sobre papel, con tal de evitar desagradables inconvenientes en medio del campo.