El maíz de segunda cosecha toma la delantera en Aragón
El maíz ha recuperado el liderazgo en Aragón como cultivo de primavera en la campaña que ahora se cierra. Tras el importante descenso en 2023 a 51.000 hectáreas de superficie, en 2024 se sembraron 84.162, según informa la Red Aragonesa de cultivos Extensivos y Leguminosas, Red ARAX. La falta de agua para el riego es el principal motivo para la variabilidad de las siembras, por ello, la sequía de 2023 hizo que la superficie cayera hasta las primeras siembras de 2024; posteriormente, las lluvias de primavera del año pasado propiciaron un incremento histórico de las segundas siembras, sobre todo en la provincia de Huesca. “El agricultor aragonés es maicero”, afirmó el responsable de Cultivos Herbáceos del Centro de Transferencia Agroalimentario del Gobierno de Aragón (CTA), Miguel Gutiérrez, para justificar la larga tradición de este cereal en esta comunidad autónoma.
El maíz ha recuperado su liderazgo en Aragón, la segunda comunidad autónoma productora de dicho cereal en España (después de Castilla y León) cuya superficie suele representar el 25% del maíz nacional. A dicha recuperación hay que añadir otra cuestión importante: el incremento de las siembras de segunda cosecha que ha supuesto más del 63% de la superficie total de maíz. Este hecho, tiene una explicación lógica.
En la última década la superficie de maíz se ha mantenido en torno a una extensión de 80.000 hectáreas y con tendencia al incremento. La mayor superficie se sembró en 2021, con más de 93.000 hectáreas, mientras que la caída más importante fue la de 2023, el año de la sequía, donde se quedó en 51.000 hectáreas.
El agua es el factor que invita o limita la superficie de maíz en los regadíos de Aragón y la escasez de dicho recurso hasta los primeros meses de 2024 llevó a que muchos agricultores decidieran sembrar cebada, que es un cultivo hídricamente menos exigente. Posteriormente, las lluvias de primavera llenaron los embalses y pantanos de la margen izquierda del río Ebro (donde principalmente se produce el maíz), se garantizó el riego para las segundas siembras y por ello aumentaron de forma tan destacada.
En la campaña que se acaba de cerrar, la superficie total sembrada en la comunidad aragonesa ha sido de 84.162 hectáreas, de las que 30.937 fueron de primera siembra y 53.225 de segunda.
“La evolución de las reservas hídricas permitió a los agricultores poner maíz sustituyendo otro cultivo como el girasol, pero sobre todo les permitió encajar maíz de segunda. Una decisión que no tenían planificada”, señaló el responsable de Innovación de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, Jesús Abadías, en la presentación del Dossier de cultivos de verano 2023-2024 el pasado mes de febrero.
Esta afirmación también la corroboró el responsable de Cultivos Herbáceos del Centro de Transferencia Agroalimentario (CTA) del Gobierno de Aragón, Miguel Gutiérrez, quien añadió: “Veníamos de un año seco, con muchas restricciones y los agricultores planificaron los cultivos con esa previsión, pero al tener agua para regar, cambiaron de cultivo”.
Huesca, provincia líder
De las tres provincias aragonesas, Huesca es la más maicera, ya que con un total de 68.818 hectáreas en 2024 supone más del 81% de la superficie autonómica; Zaragoza, contó en 2024 con 14.625 hectáreas de maíz, lo que se queda en el 18% de la superficie y Teruel apenas posee un uno por ciento (alrededor de 700 hectáreas). Las segundas siembras también destacaron en la provincia oscense, ya que de las 68.818 hectáreas, 47.409 fueron de segunda y las 21.408 restantes, de primera.
El maíz de segunda siembra es una práctica cada vez más común en los regadíos oscenses, primero, porque el agricultor consigue obtener más rendimiento de sus fincas y segundo, porque las empresas de semillas aportan nuevas variedades con ciclos más cortos que se adaptan mejor a esta circunstancia.
Sin embargo, uno de los riesgos más comunes en las segundas siembras es la calidad del maíz. Si dicha siembra se realiza tras un guisante, apenas hay problemas; pero si se lleva a cabo tras la cosecha de cebada, se incrementan los riesgos sanitarios, principalmente de micotoxinas de fusarium. En la campaña que acaba de terminar este tipo de micotoxinas han sido bastante frecuentes.
“Este año apenas ha habido problemas sanitarios con araña, taladro y mytimma, pero sí con micotoxinas”, dijo Miguel Gutiérrez, quien argumentó: “Las condiciones climáticas de este año han hecho que el ciclo se alargara aumentando el porcentaje de humedad en segundas siembras. Esto ha provocado el ambiente perfecto para que se reproduzcan estos hongos”.
Este hecho que también se explica en el 'Dossier técnico de la campaña de maíz 2024' de la Red ARAX, donde se asegura que los meses de septiembre y octubre, cuando debía comenzar la cosecha, fueron más lluviosos y frescos, con temperaturas suaves, lo que alargó el ciclo de las plantas y al mismo tiempo, retrasó la recolección. La humedad media de la cosecha fue 2,5º grados más que en años anteriores, por lo que se dieron las condiciones óptimas para la proliferación de los hongos que más se producen en campo (fusarium), sobre todo si se siembra maíz sobre restos de cebada, favoreciendo la aparición de micotoxinas como DON y ZEA.
Convivencia del maíz tradicional con el OGM
Por su ubicación y clima, Aragón es una región donde la plaga de taladro tradicionalmente ha causado un gran daño al cultivo del maíz. Por ello, para no perder la cosecha, desde finales del siglo XX es una de las pocas zonas de la Unión Europea donde se utiliza semillas de maíz BT, uno de los pocos Organismos Genéticamente Modificados, OGMs, cuyo cultivo está permitido en Europa.
Actualmente, los porcentajes de un tipo de maíz u otro son muy similares, con pequeñas variaciones en las diferentes campañas. Por ejemplo, en 2024 el 45% del maíz sembrado fue convencional y el 55% OGM, (ya que este tipo de variedades son más comunes en los maíces de segunda siembra que tanto han crecido en la última campaña).
La convivencia entre maíz OGM o transgénico y maíz convencional o isogénico tan controvertida hace varios lustros, hace tiempo que se ha conseguido en Aragón. De hecho, en los últimos años se ha demostrado que el maíz OGM es una herramienta a tener en cuenta, junto a otras, a la hora de reducir la plaga de taladro y poder sembrar más maíz convencional, que en algunas campañas ha superado al maíz OGM en Aragón.
Maíz de consumo humano
El maíz producido en Aragón se destina a dos tipos de industrias: de un lado está el consumo humano y de otro el que se destina a la producción de piensos para ganado y animales de compañía.
Según el informe de la Red ARAX, el maíz de consumo humano marca la diferencia en Aragón y supone alrededor del 20% del total. Su producción se dirige a dos empresas principales de la zona: Quality Corn Grain, que produce palomitas, maíz tostado y semolería, y que gestiona casi 9.000 hectáreas de maíz para palomitas, maíz amarillo, blanco o waxy; y Tereos Starch & Sweetenners Iberia, que procesa el maíz de más de 7.000 hectáreas aragonesas (más el procedente de otras zonas de España y Francia) para convertirlas en almidones y glucosas destinados a la industria alimentaria.
Una de las principales motivaciones para cultivar maíz con destino a consumo humano es que al precio de cotización, las empresas añaden una prima, por lo que la cantidad que recibe el agricultor es un poco superior al precio de mercado. Éste último se rige, habitualmente, por las cotizaciones que marca la Lonja de Mercolleida y al inicio de 2025 los precios han estado un poco más altos que hace un año, en torno a 235 o 240 euros/t.
De cara a la campaña que ahora comienza, la buena situación de los embalses hace prever que el maíz volverá a ser el cultivo de verano preferido por los agricultores de regadío en Aragón. Ya que, tal y como sentencia Miguel Gutiérrez, del CTA del Gobierno de Aragón, “el agricultor aragonés es maicero”.
Red ARAX
La Red Aragonesa de Cultivos Extensivos y Leguminosas, Red ARAX, nació en 2019 como una entidad de colaboración público-privada cuyo objetivo principal es mejorar y estructurar la generación y transferencia de conocimiento en los cultivos extensivos de Aragón.
Una parte muy importante de su trabajo es la realización de ensayos en campo con diferentes variedades de cereales, leguminosas y oleaginosas, así como la recopilación de datos y su posterior difusión, tanto al sector como a los medios de comunicación.
Asimismo, Red ARAX organiza todos los años 'Cultiva', uno de los encuentros más importantes para todas las empresas dedicadas a la producción de cereales en el Valle del Ebro. Su próxima edición se celebrará el 8 de mayo en Alcañiz y, si se mantienen las cifras de años anteriores, allí se concentrarán casi 50 empresas y más de mil agricultores.
Red ARAX está constituida por alrededor de 20 entidades diferentes, entre las que se encuentran empresas del sector, cooperativas de cultivos en extensivo, la Asociación de Industrias Alimentarias de Aragón, la Asociación Aragonesa de Agricultura de Conservación (Agracon) y, como centros de investigación, la Universidad de Zaragoza, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, CITA, y la Fundación de Innovación y Transferencia Agroalimentaria, FITA. La coordinación de la Red se lleva a cabo desde Cooperativas Agroalimentarias de Aragón.
El origen de la Red ARAX fueron dos programas de cooperación del Programa de Desarrollo Rural de Aragón (PDR): La 'Red de Innovación y Transferencias en cultivos extensivos' y la 'Estrategia para la promoción y el uso de leguminosas autóctonas para alimentación humana y animal'. De ahí que el funcionamiento de Red ARAX esté financiado al 80% por las administraciones públicas (el 20% procede del Gobierno de Aragón y el 80% restante de la Unión Europea).






















