Un proyecto europeo busca mejorar la gestión del agua en el viñedo
Quinta Sardonia, la bodega del Grupo Terras Gauda que practica la viticultura biodinámica en el Valle del Duero, se ha sumado a un proyecto europeo de innovación que tiene como objetivo optimizar la gestión del agua en el viñedo para una mayor sostenibilidad.
Con una subvención de más de medio millón de euros, cofinanciados en un 80% por fondos FEADER, y cuatro años de duración, se pone en marcha PRERIVID. Este grupo operativo aportará soluciones innovadoras al sector vitivinícola mediante el desarrollo de una herramienta de riego de precisión que integre datos “a pie de parcela”.
Desde el Grupo Terras Gauda explican que la participación de Quinta Sardonia en este proyecto encaja a la perfección con los exigentes principios de la biodinámica que siguen en la bodega, situada en el Valle del Duero. En la viña, el objetivo es lograr un equilibrio entre el suelo, el clima, la cepa y el entorno. Para ello, se abona con compost de elaboración propia, se mantiene la cubierta vegetal y se favorece la biodiversidad de microorganismos, entre otras prácticas sostenibles.
Objetivos de PRERIVID
El reto de gestionar de forma eficiente los recursos hídricos, cada vez más escasos, exige estimar con precisión las necesidades de agua del viñedo. De ahí el desarrollo del proyecto PRERIVID, que involucra a viticultores, tecnólogos, e investigadores. El objetivo es desarrollar una herramienta de gestión de riego de precisión que integre datos medidos a “pie de parcela”, relacionados con la planta, el suelo, y la meteorología. Una información que se completará con el análisis de la climatología global, las necesidades de riego a lo largo del año y la evaluación de prácticas agrarias con un impacto en el consumo del agua.
PRERIVID contribuirá a crear una viticultura más sostenible y mejorará la competitividad del sector en un contexto de escasez de agua, ya que prevé un ahorro de entre el 15 y el 20% de los recursos hídricos. Otra de las fortalezas de este proyecto es que permitirá comparar zonas geográficas con climatología muy diversa: Castilla y León, Galicia y Comunidad Valenciana. Esto significa que sus resultados serán extensibles a todo el sector e incluso a otros tipos de cultivo.
Para llevar a cabo esta iniciativa, se ha creado un equipo multidisciplinar coordinado por la Fundación Empresa Universidad Gallega (FEUGA) en el que también participan como socios las bodegas Quinta Sardonia, Quinta Couselo, Bodegas Enguera, la compañía tecnológica Monet Tecnología e Innovación S.L., la Universidad de Santiago de Compostela (USC), a través del Grupo de Proyectos y Planificación de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Lugo, el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), a través del grupo de viticultura, el Centro sobre Investigaciones sobre Desertificación-CIDE, (CSIC, la Universitat de València, y la Generalitat Valenciana), a través del Grupo Agua y Cultivos, y el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino-ICVV (CSIC, Universidad de La Rioja, y Gobierno de la Rioja) a través del Grupo MedWineQuality.
Diferentes fases
El proyecto de innovación se desarrollará en diferentes etapas. En una primera se instalará el equipamiento para la medida de datos meteorológicos y de humedad de suelo. Esta información, junto con la predicción meteorológica obtenida para la ubicación de la parcela experimental, permitirá estimar las necesidades de agua a 7 días de cada terreno concreto en función de la localización, la variedad de uva, la configuración del viñedo, el tipo de suelo, el sistema de riego y el momento del año. Con los resultados obtenidos, se desarrollará la herramienta de gestión de riego.
En una segunda etapa, se evaluará el uso de prácticas agrícolas que contribuyen a reducir el consumo de agua en el viñedo, como son la aplicación de caolín y la utilización de cubiertas vegetales. Esto permitirá hacer recomendaciones concretas sobre el momento de implementación y la intensidad de estas actividades. También se analizará el empleo de técnicas digitales —espectroscopía NIR—, que favorecen la toma de datos sobre el estado de salud del viñedo con menos recursos humanos. Posteriormente, se estudiará el efecto de los tratamientos de riego y las prácticas agrícolas en la calidad del mosto obtenido, comprobando parámetros fisicoquímicos y compuestos claves para determinar la calidad de la uva y el vino. Para finalizar, se evaluará el impacto económico de la herramienta de gestión del riego en el viñedo.