De acuerdo con los resultados obtenidos, cabría recomendar la reducción de los pagos concedidos a las explotaciones más productivas, en la medida que no pondría en peligro su elevada sostenibilidad económica

Las diferencias a nivel de explotación plantean un reto para la formulación de políticas agrarias, que deben tener en cuenta la diversidad existente en su desempeño económico y ambiental al objeto de diseñar de forma más eficiente los instrumentos que incentiven una producción más sostenible.

En este sentido, la forma habitual de abordar la heterogeneidad de las explotaciones dentro de los sectores agrarios es a través de tipologías de explotaciones, que tratan de clasificar las explotaciones agrarias en grupos homogéneos en función de múltiples características y/o variables. Sin embargo, la mayoría de las tipologías existentes clasifican las explotaciones basándose en variables estructurales de las explotaciones (p. ej., tamaño y/o orientación productiva) o en las opiniones o decisiones de los/as agricultores/as (p. ej., adopción de prácticas agroecológicas), sin tener en cuenta el desempeño real de las explotaciones.

Para realizar el análisis empírico propuesto se han utilizado los microdatos proporcionados por la Red Contable Agraria Nacional (RECAN). La RECAN es una base de datos técnicos y económicos de las explotaciones agrarias españolas actualizada anualmente por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que constituye la fuente de microdatos de explotaciones agrarias más completa a nivel nacional. Por ello, se ha considerado como la fuente de datos más adecuada para ilustrar la tipología planteada.

Dentro de la RECAN, los datos recogidos para las diferentes explotaciones muestreadas se agrupan en función de una tipología de explotaciones común para la toda la Unión Europea. Así, la tipología europea clasifica las explotaciones agrarias en función de tres variables estructurales: unidades de dimensión económica (UDE, medida en euros de producción estándar total anual), orientación técnico-económica (OTE, codificada según la especialización productiva de la explotación) y localización geográfica (municipio, provincia y comunidad autónoma de la explotación).

Como caso de estudio para el análisis empírico propuesto se ha considerado la agricultura especializada en cultivos herbáceos de secano en España. Así, la población agraria objetivo se ha limitado a todas las explotaciones españolas clasificadas dentro de la OTE 15 (especialización en cereales, oleaginosas y proteaginosas) y la OTE 16 (especialización en otros cultivos herbáceos generales), cuya superficie es exclusivamente de secano. Según el censo agrario español, el sector agrario elegido para el análisis abarca aproximadamente 3,1 millones de hectáreas (ha) y está compuesto por 34.852 explotaciones. Dentro de la RECAN, este el sector español de cultivos herbáceos de secano está representado mediante una muestra de 559 explotaciones, que pueden considerarse representativas del conjunto del sector.

De este modo, los microdatos de esta muestra de explotaciones durante el periodo 2019-2021 han permitido evaluar el desempeño económico y ambiental como características estructurales de éstas. En este sentido, se han utilizado los valores medios de los indicadores considerados (véase Sección 3) a lo largo de los tres años considerados como variables clasificatorias, minimizando así los posibles sesgos ocasionados por campañas anómalas producidas durante el período de análisis.

La Tabla 1 incluye el conjunto de indicadores clave utilizados para construir la tipología propuesta, así como información sobre el procedimiento de cálculo de cada uno de ellos. Como puede observarse, tanto el desempeño económico como el desempeño ambiental de las explotaciones se han considerado como conceptos multidimensionales, utilizándose un indicador clave de desempeño para cuantificar cada una de sus dimensiones analizadas.

Tres han sido las dimensiones consideradas para medir el desempeño económico de las explotaciones: productividad, rentabilidad y viabilidad. En el caso de la productividad de las explotaciones, la productividad parcial de la tierra (medida como valor de la producción en euros por hectárea) ha sido considerada como el indicador más adecuado para una clasificación de las explotaciones basada en esta dimensión económica. Por otro lado, la rentabilidad económica, calculada como los beneficios antes de intereses e impuestos (BAII) de la explotación divididos por sus activos totales (expresada en porcentaje), se ha propuesto como el mejor indicador para evaluar la capacidad de las explotaciones para generar rentabilidad.

Por último, cabe mencionar que una explotación puede considerarse económicamente viable cuando alcanza un nivel de ingresos suficiente para cubrir todos los costes de explotación de la explotación, garantizando al mismo tiempo una remuneración adecuada para los factores de producción aportados por el/la agricultor/a. Por lo tanto, el indicador utilizado para cuantificar la viabilidad de las explotaciones ha sido calculado dividiendo la renta neta de la explotación (RNE, equivalente al beneficio neto contable) entre los costes de oportunidad totales generados por el uso de factores productivos proporcionados por el/la agricultor/a; es decir, los costes implícitos por el uso de la tierra en propiedad (CO_tierra), la mano de obra familiar no asalariada (CO_trabajo) y el capital aportado para la actividad agraria (CO_capital).

En el caso del desempeño ambiental de las explotaciones se han considerado dos dimensiones: biodiversidad y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Así, el índice de diversidad de Shannon (IDS) ha sido elegido el mejor indicador para la primera dimensión, ya que cuantifica la heterogeneidad del paisaje (es decir, el uso de la tierra) a nivel de explotación. En este sentido, la RECAN proporciona información sobre la superficie agrícola dedicada a los siguientes usos de la tierra: cereales (1), oleaginosas (2), proteaginosas y leguminosas (3), cultivos forrajeros (4), otros cultivos extensivos (5), viñedos (6), olivares (7), otros cultivos permanentes (8), praderas permanentes (9), barbechos (10) y superficie forestal (11). El IDS se ha calculado a nivel de explotación basándose en la proporción de estos diferentes usos de la tierra en la superficie total de las explotaciones (p_i), aplicando la fórmula incluida en la Tabla 1. De este modo, el IDS refleja adecuadamente la biodiversidad que albergan las explotaciones.

Por último, también se han tenido en cuenta las emisiones de GEI para analizar el desempeño ambiental de las explotaciones. En este sentido, cabe señalar que las emisiones de GEI de las explotaciones del sector agrario de cultivos herbáceos de secano proceden principalmente del consumo de energía (es decir, las emisiones de CO₂ procedentes de los combustibles y la electricidad) y del uso de fertilizantes (es decir, las emisiones de dióxido nitroso procedentes de los fertilizantes nitrogenados). Por lo tanto, utilizando la información proporcionada por RECAN relativa al uso de energía y fertilizantes de cada explotación, se ha calculado la suma del total de kg de CO₂ equivalente (CO_2e) emitidos para cuantificar las emisiones de GEI de las explotaciones por hectárea.

De este modo, se han utilizado un total de cinco indicadores que han permitido capturar de manera precisa el desempeño económico y ambiental de las explotaciones, permitiendo así una clasificación adecuada basada en un análisis holístico de cada dimensión considerada. Este conjunto de indicadores ha sido incluido en un modelo de perfiles latentes (latent profile analisis, LPA) para clasificar las explotaciones de la muestra, identificando así varios grupos de explotaciones que presentaban un desempeño similar. El LPA utiliza modelos probabilísticos para identificar grupos subyacentes (es decir, perfiles) en una población de individuos mediante la estimación de la probabilidad de que los individuos pertenezcan a ellos, basándose en un conjunto específico de variables continuas, en nuestro caso, indicadores clave de desempeño.

Como muestra la Tabla 2, la solución de tres perfiles identifica dos grandes grupos de explotaciones (perfiles 1 y 2, cada uno de los cuales ronda el 40% de la muestra) y un grupo de tamaño medio (perfil 3, con el 23% de las explotaciones totales).

Esta tabla también muestra las medias de los indicadores de desempeño de las explotaciones para cada perfil, lo que nos permite ofrecer las siguientes descripciones de los grupos de explotaciones identificados dentro del sector agrario español de cultivos herbáceos de secano:

• El perfil 1 presenta los mejores resultados para el indicador de biodiversidad. En cuanto a los indicadores de productividad y viabilidad, sus valores medios son intermedios entre los otros dos perfiles. Además, es similar al perfil 3 en cuanto a que presenta una baja rentabilidad y al perfil 2 en relación con sus bajos valores para el indicador de emisiones de GEI. En base a estos resultados, este perfil ha sido etiquetado como 'explotaciones de desempeño mixto'.

• El perfil 2 presenta el mejor desempeño medio para todos los indicadores económicos, mientras que tiene el peor desempeño para los indicadores de biodiversidad y emisiones de GEI. Por lo tanto, este perfil se ha caracterizado como 'explotaciones económicamente sostenibles'.

• El perfil 3 presenta los mejores valores medios para las emisiones de GEI (emisiones más bajas), pero los peores resultados para todos los indicadores económicos. En contraste con el perfil 2, este se etiquetó como 'explotaciones climáticamente sostenibles'.

De acuerdo con los resultados obtenidos, se sugiere un cambio en la redistribución de los pagos directos de la PAC al objeto de incentivar una producción más sostenible, tanto en lo económico como en lo ambiental, en el sector español de cultivos herbáceos de secano. Así, cabría recomendar la reducción de los pagos concedidos a las explotaciones del perfil 2 (las más productivas), en la medida que no pondría en peligro su elevada sostenibilidad económica. Las cuantías liberadas por estos recortes podrían utilizarse para incrementar los menores niveles de rentabilidad y viabilidad de las explotaciones incluidas en el perfil 3 (explotaciones menos productivas y más respetuosas con el medio ambiente).

Además, para reducir las emisiones de GEI con el menor impacto posible sobre los resultados económicos de las explotaciones, se sugiere que los pagos medioambientales (eco-regímenes y medidas agroambientales y climáticas) se centren en las explotaciones de menor intensidad productiva, incluidas en los perfiles 1 y 3. Así, la aplicación de los instrumentos de política agroambiental en estas explotaciones resultaría más eficiente que en el perfil 2 (las más productivas), donde las políticas destinadas a reducir las emisiones de GEI podrían acortar significativamente la producción de alimentos debido a una mayor disminución de la productividad, lo que podría afectar negativamente a la seguridad alimentaria.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) el acceso a los microdatos de la Red Contable Agraria Nacional (RECAN). Este estudio ha sido financiado por los proyectos TRANSECOag (ProyExcel_00459, Proyectos de investigación orientados a los retos de la sociedad andaluza, convocatoria de 2021) y FARMPERFORM (PID2022-136239OB-I00, Proyectos de Generación de Conocimiento, convocatoria de 2022).

BIBLIOGRAFÍA

Gómez-Limón, José. A., Martín-García, J. y Granado-Díaz, R. “Building a typology of farms based on their performance: a tool to support agricultural policy-making”. Journal of Environmental Planning and Management, 1-27. https://doi.org/10.1080/09640568.2024.2391060.

Se sugiere un cambio en la redistribución de los pagos directos de la PAC al objeto de incentivar una producción más sostenible, tanto en lo económico como en lo ambiental, en el sector español de cultivos herbáceos de secano