Conclusiones de la participación de España en el encuentro MED9 celebrado en Chipre

Las nuevas tecnologías protagonizarán algunas de las soluciones para hacer frente al cambio climático, en especial la sequía que representa uno de los grandes retos del sector agrario, según afirmó el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, valoró el encuentro MED9, con la participación de 9 Estados mediterráneos miembros de la Unión Europea, porque permite intercambiar ideas y experiencias para lograr una política comunitaria más útil para hacer frente al cambio climático y a sus efectos, como la sequía.

En la reunión ministerial de agricultura, celebrada en Chipre bajo el título 'Las amenazas de la sequía en el sector primario de los Estados miembros mediterráneos', Planas aportó la experiencia de España -país que ha sufrido periodos de sequía acusados en 2012, 2017 y 2023- en el uso eficiente del agua, ya que más del 80% de la superficie agrícola en regadío de España cuenta con sistemas de riego eficiente.

“La reunión MED9 se ha producido en un momento crucial, ya que nos ha permitido reflexionar sobre las prioridades y visiones de los países mediterráneos de la Unión Europea (UE), justo antes de la conformación de la próxima Comisión Europea (CE)”, comentó el ministro.

Descarga aquí la Declaración conjunta de los ministros de Agricultura participantes en el MED9.

Luis Planas mostró el apoyo de España para potenciar la cooperación en materias como la adopción de nuevas tecnologías para el ahorro de agua y el impulso de prácticas sostenibles en la gestión de su uso en la agricultura. En este sentido, señaló que la digitalización y las nuevas tecnologías protagonizarán algunas de las soluciones para afrontar periodos climáticos cada vez más adversos.

Además se refirió al plan de modernización de regadíos sostenible emprendido por el Gobierno en 2022, con acciones para aprovechar más cada gota de agua y apostar por la eficiencia energética en los riegos, así como actuaciones para el aprovechamiento de aguas no convencionales (regeneradas o desaladas) para garantizar el abastecimiento y combatir la sequía. En total está prevista una inversión de más de 2.400 millones de euros con fondos públicos europeos y nacionales y la participación del sector privado (comunidades de regantes).

La mejora de las variedades vegetales, a través de las nuevas técnicas genómicas, son una valiosa herramienta de adaptación al cambio climático. Para el ministro, la adopción de variedades mejor adaptadas a las altas temperaturas es muy necesaria en el caso concreto de España y en la cuenca mediterránea.

El ministro destacó la importancia de que la UE de luz verde “lo más pronto posible” a la nueva legislación que permita la aplicación de las nuevas técnicas genómicas (NTG) en la mejora vegetal, tal y como ya ocurre en Estados Unidos, Reino Unido o Australia, “porque será clave para el futuro de la agricultura ante el cambio climático”.

En su intervención, Planas destacó la oportunidad de este encuentro, ya que contribuye a fortalecer las políticas nacionales y, al mismo tiempo, refuerza la integración de la UE para hacer frente a los problemas comunes. Recalcó que la Política Agraria Común (PAC) es uno de los principales instrumentos para mitigar los efectos de la sequía, en especial a través de la aplicación de los ecorregímenes, prácticas agrarias que suponen un gran reto para los agricultores, pero que serán de gran eficacia en la protección del medio ambiente. En España, explicó, la aplicación de los ecorregímenes ha sido muy satisfactoria ya que más del 88% de los agricultores beneficiarios de la PAC han optado por al menos una de estas prácticas, que abarcan el 77% de la superficie.

Para apoyar a agricultores y ganaderos ante el problema de la sequía en España, Planas detalló que el Gobierno ha impulsado una batería de medidas urgentes de apoyo al sector agrario en los ámbitos financiero, fiscal y laboral, así como con iniciativas específicas de política hídrica para las cuencas hidrográficas, con la mayor cuantía de ayudas extraordinarias para ayudar a los productores.

En todo caso, apuntó que la UE debe dar nuevos pasos para afrontar la transición climática y medioambiental, con medidas que vayan acompañadas de un apoyo adecuado al sector primario. Aseguró que la agricultura debe tener un papel protagonista en la consecución de los retos ambientales y climáticos, ya que el sector agrario no es el problema, sino una parte importante de la solución. Así, la denominada reserva agrícola de la UE debe ser reformulada y contar con mayor nivel presupuestario para poder hacer frente a episodios meteorológicos extremos que afectan, cada vez más y de manera más recurrente, a las producciones comunitarias.

En la reunión, en la que ha participado el comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unión Europea, Janusz Wojciechowski, intervinieron los ministros de España, Chipre, Eslovenia, Francia, Grecia, Italia, Malta, Portugal y el secretario de Estado de Croacia. Luis Planas agradeció al comisario la sensibilidad y cercanía que tuvieron él y su equipo durante su mandato en relación con las políticas agrarias que afectan a los países mediterráneos.

También aprovechó para indicar que es necesaria una “respuesta europea” a la utilización de herramientas de gestión de riesgos ante el cambio climático parecida al sistema de seguros agrarios español. El año pasado se desembolsaron en España cerca de 1.200 millones de euros en indemnizaciones agricultores y ganaderos, de los que 496 millones fueron por los efectos de la sequía en las producciones.

Luis Planas hizo referencia a la importancia de elevar la digitalización en el día a día del trabajo agrario para que los agricultores y ganaderos puedan beneficiarse de los desarrollos que ofrece, por ejemplo, la inteligencia artificial.

Los asistentes adoptaron por su parte una declaración institucional “muy interesante, para discutir sobre su contenido en el futuro”, aseguró. El texto contó con el apoyo explícito del Gobierno español para poner en marcha prácticas sostenibles de gestión del agua en la agricultura, el fortalecimiento de la cooperación entre los países mediterráneos o el impulso del uso de las tecnologías para el ahorro hídrico.