Carmen San Martín, CEO de Bodegas De Alberto: “SIEB ayuda a estar al día de las innovaciones técnicas para hacer inversiones de forma sostenida y no quedarse atrás”

Bodegas De Alberto se encuentra dentro de la DO Rueda en pleno corazón de Castilla y León. Cinco generaciones siguen manteniendo vivo el legado y dando a conocer la memoria habitada de la bodega, motivo por el cual era imprescindible contar con ellos en SIEB, Salón Ibérico de Equipamiento para Bodega. Carmen San Martín, CEO de la bodega, participó en la mesa redonda ‘La sostenibilidad en la bodega: un compromiso con la tierra y con el vino’.

Castilla y León es lugar ideal pues cuenta con 9 Denominaciones de Origen Protegidas, 3 Denominaciones de Vinos de Pago y la IGP Vinos de la Tierra de Castilla y León. Y particularmente en Valladolid, que se ubica en el centro de la Comunidad Autónoma, no sólo cuenta con buenas comunicaciones e infraestructuras para acogerla, sino que una potente industria vitivinícola se desarrolla en ella fundamentalmente en las potentes DD OO de Rueda y Ribera del Duero, así como Toro y Cigales, contando con algunas de las bodegas más prestigiosas a nivel mundial.

La historia de nuestra Bodega se remonta a 1657 con sus primeros propietarios, la Orden de los Dominicos pertenecientes a la Iglesia de San Pablo en Valladolid. Tras la desamortización de Mendizábal se suceden varios propietarios hasta que llega a manos de mi familia en 1941, aunque ya llevaban décadas dedicados al oficio del vino es ese año en el que finalmente adquieren las antiguas bodegas de los dominicos. Nos gusta destacar que a lo largo de toda su historia la Bodega, como edificio e instalaciones, siempre ha mantenido la actividad y siempre dedicada a ese mismo destino, elaborar vinos.

Como Hijos de Alberto Gutiérrez (comercialmente Bodegas de Alberto), nos encontramos entre la 4ª y 5ª generación, manteniendo íntegro el carácter de empresa familiar, se constituyó inicialmente como Sociedad Limitada en 1949, y desde entonces es actor y testigo de muchos de los grandes acontecimientos, cambios y crisis que ha vivido el sector; y con una visión amplia puedes valorar que la historia se repite muchas veces, y casi todo... En algún momento, nos ha pasado a nosotros o hay constancia de ello en nuestra bodega.

Nuevas plantaciones y arranques, grandes crisis por la filoxera, la guerra civil, recientemente el covid-19, crisis de los materiales, escasez de la posguerra, sequías, enfermedades fúngicas por excesos de lluvia… Todo (o casi todo) ha pasado ya alguna vez, aunque cambie el enfoque. En mi opinión, ahora hay muchos más medios para resolver los problemas, más información y mucha más protección al sector.

En cuanto a retos, personalmente doy gran importancia a uno que en muchas ocasiones creo que pasa desapercibido y es el descenso del consumo y las corrientes normativas contrarias al mismo; que se deje de considerar al vino como un alimento, que bajo un consumo responsable forma parte no sólo de la dieta mediterránea si no de nuestra cultura e historia, y pase a considerarse como un producto perjudicial, es para mí la principal amenaza que tiene el sector. Sorprende ver a representantes españoles en las instituciones de la Unión Europea votando a favor de acuerdos que van en contra de los intereses de los productores, cuando España es uno de los principales.

El cambio climático, con periodos de grandes sequías seguidos de lluvias torrenciales, subidas de las temperaturas medias que elevan el riesgo de heladas, etc. Según la zona, además de descensos grandes de la producción que perjudican la rentabilidad, ya se perciben subidas del grado medio de los vinos y desequilibrio en los Ph. Hay amenazas que técnicamente tienen solución y otras que se están estudiando, por ejemplo, con variedades mejor adaptadas, clones más resistentes, plantaciones en mayor altitud, sistemas de riego, etc. Por el contrario, otras zonas tienen un desequilibrio entre producción y demanda con lo que los precios y rentabilidades se ven afectados por lo que deben incidir más en soluciones orientadas la promoción para mejorar la comercialización de sus vinos y la creación de valor.

Pero nada tendrá sentido si el sector no se acerca a los gustos y necesidades de las nuevas generaciones, ni si el entorno normativo es hostil a nuestra actividad.

Es un eje de nuestro Plan Estratégico, no sólo por coherencia, pues vivimos por y gracias a nuestras viñas, no podemos no cuidar nuestro entorno; si no también por una reducción de costes y mejora de la eficiencia, que nos llevará a una mayor rentabilidad. Las subidas de los costes energéticos nos animó a acelerar la instalación de placas solares en algunas de nuestras cubiertas, pero la instalación de una nueva depuradora, mejora de los equipos de frío y sistemas de fermentación controlada nos ha llevado a un ahorro estimado de un millón de litros de agua por campaña.

Gracias a éstas buenas prácticas procedimos al cálculo de nuestra huella de carbono y, posteriormente, a obtener los sellos ‘Calculo, Reduzco’ y finalmente el ‘Compenso’ otorgado por la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, reconociendo.

Para nosotros lo más importante de los premios y reconocimientos es que, afortunadamente y hasta la fecha, llegan cada año, con lo que nos indican que no son fruto de la casualidad o de una añada concreta, sino de una dinámica de trabajo. Aspiramos a la excelencia, y eso nos hace estar concienciados en una mejora continua, seguir esforzándonos, porque el mejor de nuestros vinos está aún por elaborarse. Tenemos implantadas las normas de calidad BRC e IFS desde 2007 que suponen un gran esfuerzo renovar cada año con los cambios de versiones.

Todo debe ir acompañado y todo comienza en el viñedo, sin buenas uvas será imposible hacer un gran vino, control de los rendimientos, poda, manejo del riego, constantes analíticas y seguimiento. Después, en su recogida, la agilidad en los tiempos el control de temperaturas, etc. por supuesto que contar con la última tecnología y los mejores medios ayuda en todo este proceso y, personalmente, siempre pienso que el grandísimo avance en calidad de los vinos blancos llegó de la mano de las fermentaciones controladas por frío y la higiene en las bodegas, pero sin un gran equipo técnico detrás, dirigiendo y controlando todos los procesos, los medios pierden su sentido. Contamos con 3 enólogos en plantilla que en una bodega de nuestro volumen creo que es algo extraordinario, que se incrementa con un numeroso grupo de técnicos de apoyo al laboratorio y personal de bodega.

Intentamos estar al día de las innovaciones técnicas del sector y vamos haciendo inversiones de forma sostenida, pues si no vamos dando pasitos luego es muy difícil dar un salto, y te vas quedando atrás.

Creo que muchas reuniones se han podido sustituir por una videoconferencia evitando muchos desplazamientos para cuestiones rutinarias, pero en nuestro sector el factor humano, como por ejemplo el catar con el cliente, comentar con él, ver posibilidades y mezclas, poder tocar la robustez y el montaje de una máquina en lugar de verla en un catálogo on line… Es quizás el hecho diferencial que te hace decidirte por un proveedor u otro.

Para mí, las ferias deben estar exclusivamente orientadas a profesionales y deben ser estrictamente sectoriales. Son la oportunidad de presentar todas las novedades y el foro perfecto para informar de todo aquello que se considere relevante o innovador dentro de ese sector.

Que no sólo es conveniente estar al día de las novedades si no también tener la oportunidad de comentar y debatir tanto con los profesionales de las marcas expositoras como conocer las experiencias del resto de asistentes.