"Lo más importante en este oficio es aprender de los mayores y observar lo que te dice la tierra"

Natural de Madrid, con formación superior en Marketing y Administración de Empresas, este joven emprendedor se trasladó al corazón de Castilla hace ya unas cuantas campañas para cumplir su sueño: vivir de la agricultura. A sus 40 años, Rodrigo de Rueda comparte con Tierras su visión sobre la actividad agraria y la vida en el campo que eligió pese a tener un futuro por delante en la gran ciudad.

El campo me ofrece una serie de oportunidades que en la ciudad no tenía. Observé otro tipo de desarrollo empresarial. Me llama mucho la atención la naturaleza y todo lo que hay en ella. Desde dar forma a las tierras y hacer de ellas algo fértil y sostenible hasta cada animal que se mueve en ellas. Me genera otro tipo de inquietudes y de satisfacciones. Desde pequeño tuve la gran suerte de poder venirme al campo y disfrutar de las vacaciones junto a mis padres y sobre todo, en mi caso, de los abuelos. Montar en bicicleta, ir a los arroyos, estar en la naturaleza que la ciudad me negaba y sobre todo ser libre.

Como mucha gente en el año 2004, estaba estudiando y trabajando a la vez, no porque hiciera falta en casa sino porque quería ser "mayor". Pero llega un momento en el que una persona quiere despegar y buscar su propio proyecto. Estaba buscando una franquicia donde invertir mi dinero y vi la gran oportunidad de hacerme con una empresa agrícola, la cual podía dirigir hacia donde quisiera. Algo completamente diferente a lo que había realizado anteriormente. Un nuevo mundo. Ser mi propio jefe y no dar explicaciones a nadie, organizar mi tiempo.

Desde los 14 años acompañaba los fines de semana a mi madre a Villabrágima (Valladolid) para estar al tanto del negocio familiar. En la empresa, gestionada por ellos, ya había 3 personas pero nunca daba un duro, solo pedía y pedía dinero. Era muy consciente de ello antes de empezar con el proyecto. En 2007, antes de la crisis, abandoné mi trabajo para dedicarme en exclusiva a este proyecto… el mío. Cogiendo la empresa con una gran deuda y 3 personas que seguir manteniendo, empecé a tomar decisiones que me cambiarían la vida. Desde comenzar a gestionar la rotación de cultivos, la PAC, labores administrativas, inversiones en regadío, subcontratar, etc… Muchos desafíos personales, empresariales y económicos a los que me he tenido que enfrentar.

Empezar desde cero digamos que técnicamente me ha ayudado a comprender las tierras; no a estudiarlas, sino a entenderlas. Obviamente, la lectura de apuntes de formación agraria, lecturas de interés agrícola y sobre todo, mucha práctica, es lo que te hace ir formándote adecuadamente para ser un buen empresario agrícola. Me fui haciendo cargo cada vez de más responsabilidades, y el querer comerte el mundo es lo que hace que funciones en este negocio. Estudiaba cuando podía los apuntes que me prestaban en escuelas agrícolas y mediante los medios de divulgación agrícola como la propia revista Tierras, de las cooperativas, preguntando a empresas de servicios agrícolas... El trabajo diario en la explotación me ayudó mucho, además claro está del reto que fue cambiar de la ciudad al campo.

La explotación de Rodrigo de Rueda se compone de 125 hectáreas de cultivo en secano y la misma superficie en regadío, con parcelas ubicadas entre los municipios vallisoletanos de Villabrágima, Tordehumos, Morales de Campos y Medina de Rioseco.

Me encuentro en Tierra de Campos, en una zona con las características propias de las llanuras de Castilla y León. Está entre 4 pueblos a los cuales tengo un especial cariño: Villabrágima, Tordehumos, Morales de Campos y Medina de Rioseco. Es una explotación de regadío y de secano de 250 hectáreas (ha) en total; mitad regadío y mitad secano. Mediante adecuadas inversiones pasé de regar 60 a unas 125 ha, todo con el objetivo de modernizar los sistemas de riego. En Villabrágima he pasado de regar 25 ha de cobertura aérea de aluminio -que fue mi primera inversión-, a 4 pívot que puedo manejar desde el teléfono móvil. Una innovación fantástica que me permite regar de una manera muy eficiente, sostenible y ver en tiempo real donde está la máquina y poder manejarla desde otro lugar. Con esta tecnología es posible regar desde dos pueblos a 6 kilómetros de distancia y de una manera eficiente.

En Tordehumos dispongo de otro pívot con las características necesarias para regar hasta 80 ha, gracias a una perforación en la que se han realizado diferentes estudios de medición de agua y que actualmente dispone de un caudal de 200.000 m³ para un buen aprovechamiento. Además he instalado boquillas para trabajar a menos presión, he arreglado y mejorado la bomba de riego además de instalar un variador de potencia y un contador como marca la Confederación Hidrográfica del Duero. Me gustaría resaltar que los empresarios agrícolas utilizamos energía industrial y los costes se han disparado en los últimos 3 años, por lo que negociar con las compañías eléctricas se ha vuelto muy importante.

En cuanto a los cultivos, de maíz siembro un ciclo 300 largo en la zona de Villabrágima escogido por la disponibilidad de agua que hay en la Comunidad de Regantes del canal de Macías Picavea. Es uno de los cultivos estrella de la explotación ya que nos hemos adaptado mutuamente. Por otro lado, el girasol es un cultivo que también se adapta muy bien a la rotación ya que es una planta oleaginosa que por sus características tiene un buen rendimiento. Siembro el convencional y las variedades que incorporan los sistemas Clearfield y Pulsar Plus. Al tener una raíz pivotante profundiza muy bien en los suelos y no necesita habitualmente abono, aunque después de un análisis de suelo se le pueden aplicar enmiendas.

La remolacha es otro cultivo importante de la rotación -sabiendo que con cada producto se puede aplicar un tipo de herbicida- que ayuda a controlar las malas hierbas; se observa un buen rendimiento. Por otro lado, el trigo como cereal de alto rendimiento ayuda al control del bromo. Suele tener un buen precio. El trigo de primavera, después de haberlo sembrado se toma nota de que es una alternativa más. Aunque por su menor tiempo en la tierra, tiene una menor producción. La cebada es un cultivo arraigado en la explotación, con buenas características. En años secos da la cara y se sacan cosechas.

Respecto a los guisantes, este es el primer año que se siembran y se han incluido en la explotación no por su interés, sino por las nuevas obligaciones que tenemos que asumir con la nueva PAC. Por último, los ajos. Se realizó un ensayo en una micro parcela donde se obtuvieron unos ajos XXL. No se utilizaron herbicidas, sino que las malas hierbas se quitaron manualmente. Fue un trabajo que con la venta posterior fue gratificante.

En el cereal, las labores y la siembra comienzan desde septiembre hasta diciembre. Si es posible, que la tierra purgue (otoñada), lo que resulta ideal para aplicar un herbicida total o hacer las labores que se realizan en cada lugar. ¿Cuál es el momento óptimo? Empieza con las primeras lluvias y con el cambio en el clima, se ve en la propia tierra, cuando tiene esa temperatura y humedad óptima para la siembra. En mi rotación también incorporo diferentes sistemas de siembra y laboreo, desde siembra directa, mínimo laboreo o convencional. Como hay tantas teorías como reinos de taifas, explicaré en el caso de mi explotación lo que funciona con unos costes compatibles y económicamente rentables.

Mínimo Laboreo: llevo 4 años utilizando esta técnica, además de ir picando la paja para incorporarla a la tierra, mediante la utilización de grada rápida.

Siembra Directa: muchas teorías que describen esta técnica. Habitualmente, como mejor funciona en mi explotación es cuando la realizo en las parcelas que salen de girasol. No la he estado realizando en las parcelas que salían de cereal, porque como he dicho antes tenía que incorporar la paja a la tierra y la sembradora se embozaba, no sembraba bien, no permitía que la semilla llegase a la tierra y se quedaba sobre la paja. ¿Por qué picar la paja en la parcela? Siendo algunas parcelas arcillosas, el incorporar este tipo de enmienda me ha ayudado a trabajarlas y además añado materia orgánica a la explotación.

Convencional: pase de chísel o grada rápida clavando para penetrar en la superficie de la tierra aproximadamente 15-20 cm (mitad de octubre-noviembre). Si es posible y el tiempo y la tierra lo permite, arrodillar las parcelas para una buena germinación de la semilla.

Los motivos de no sembrar demasiado pronto son que purguen las tierras y que germine toda la semilla vieja que no ha podido recoger la cosechadora. El suelo está duro y gastaré más hierro. Además, como los años son tan dispares, lo importante es estar al pie del cañón, probar en las tierras y cuando se pueda aliarte con ellas para realizar una buena sementera. Hay que decir que en cada zona se utilizan medios diferentes, maquinaria adaptada y sobre todo la gente del lugar que vive de ello sabe bastante bien lo que hay que hacer. Lo más importante en este oficio es aprender de los mayores y observar lo que te dice la tierra. Las nuevas técnicas también son una herramienta imprescindible y las tecnologías, a la hora de ser más eficientes, son totalmente necesarias.

En lo que se refiere al maíz, en la zona donde me encuentro hay que tener presentes las heladas. Sembraremos desde finales de abril a principios de mayo, ya que pueden reducirse el número de individuos que están germinando. Otro factor importante a tener en cuenta son las dotaciones que hay en las comunidades de regantes. O el coste energético que podamos tener si obtenemos el agua de otros medios. En girasol, la fecha de siembra es desde finales de abril a principios de mayo; nada mejor como pisar la tierra y observar el tempero.

La remolacha azucarera es uno de los cultivos de regadío incluidos en la rotación.

Los criterios son económicos y agronómicos, como es el manejo de malas hierbas (rotación de cultivos), dotaciones de riego o adaptarse a los diferentes cambios administrativos o legislativos. Los cultivos son los que se dan en la zona.

Actualmente estamos muy condicionados por los nuevos retos de la PAC. La obligación de rotar 5 cultivos es muy complicada, además de que se desaprovecha en gran medida el regadío, siendo como es el valor añadido de la agricultura. Muchos condicionantes que no puedo entender: ¿Cómo quieren que realicemos estas nuevas medidas si con las hectáreas que tenemos resulta muy difícil adaptar las explotaciones a estos eco regímenes? En el papel y en la teoría queda genial, muy vistoso y parece la panacea, pero en la tierra te condiciona las malas hierbas, el riego, los cultivos de años anteriores, lo que miden las parcelas, etc.

"La eficiencia y la sostenibilidad, en estos tiempos, se consigue a través de las inversiones; esto tiene que salir de algún lado. El trabajo en el campo ha de ser rentable para poder seguir invirtiendo"

La eficiencia y la sostenibilidad, en estos tiempos, se consigue a través de las inversiones; esto tiene que salir de algún lado. El trabajo en el campo ha de ser rentable para poder seguir invirtiendo. No nos podemos quedar por detrás de otros países, o de otros sectores. Se ha visto y reconocido como la agricultura en los momentos de crisis, como la reciente pandemia de COVID, ha demostrado ser un sector totalmente necesario, prioritario, y hay que apoyarlo con medidas económicas y dándolo más a conocer, además de fomentar el relevo generacional. No nos pongamos vendas en los ojos. El tiempo de todos los que trabajamos en el sector agrícola hay que ponerlo en valor. Por ejemplo, el gasto en maquinaria es un bien necesario para la tecnificación del sector y las nuevas tecnologías, además de hacerlo más interesante, hacen que seamos más eficaces y eficientes.

Por otro lado, el regadío en España hay que incentivarlo llevándolo a otro nivel. Países como EE UU o Israel están desarrollando nuevos regadíos y no nos podemos quedar anticuados estando en el siglo XXI. Aprovechar el agua cuando llueve es una asignatura pendiente y hay que estudiar cómo captarla mejor, no la podemos desaprovechar. Otro aspecto a destacar en mi opinión sería la compra de abonadoras, porque uno de los gastos importantes que tenemos es el del fertilizante. Es necesario aplicar la cantidad que necesita la tierra a una distancia entre pasada y pasada para no solapar y no tener zonas en las que estamos aplicando más abono, u otras en las que aplicamos de menos. Por eso es preciso que el Estado se implique, no solo creando ITV para el pago de una nueva tasa sino que sea consciente de que hay herramientas que se necesitan y toda ayuda es poca.

Los esfuerzos económicos que se hacen en la agricultura son muchas veces personales o familiares, cuando realmente es una cadena en la cual está involucrada toda la sociedad, dado que hablamos de producir alimentos. No solo los agricultores se la tienen que jugar cada año con la naturaleza, se tienen que implicar más agentes para que estos proyectos salgan adelante.

La adecuación del gasto en la maquinaria tiene que ser correspondida en la producción y con los ingresos que tienen previstas las explotaciones. Y la nueva PAC no ha contemplado los gastos ya existentes en ellas. Del mismo modo, el gasto en nueva semilla es imprescindible, así como los ensayos que se realizan con las variedades en institutos o universidades. Los pagos de los cánones por la utilización de esa semilla sale del esfuerzo de las empresas agrícolas, ingenieros agrónomos, científicos, técnicos, etc…

En cuanto a las máquinas para la aplicación de herbicidas, al igual que el abono es otro de los puntos clave de la explotación. La clave es aplicar la cantidad necesaria para mantener el cultivo sano y sin malas hierbas. Para ello es muy importante estar atento al desarrollo del cultivo, cada vez se necesitan máquinas más grandes para poder aplicar en el momento oportuno los caldos, sino se tiene que aumentar la dosis del tratamiento.

Las explotaciones agrícolas empiezan rápidamente a adaptarse a la agricultura de precisión. Desde ver las parcelas y su índice de vegetación, a la gran utilidad para la mejora de los riegos, aplicación de herbicidas y abonos. Estamos hablando de eficiencia y de rentabilidad, además de la sostenibilidad que es clave para un sector que se tiene que modernizar cada vez más.

Los sistemas GPS y las herramientas de autoguiado que se instalan en los nuevos regadíos y en los tractores creo que son algunas de las herramientas más interesantes, en un mundo apasionante que dará mucho que hablar en los próximos años. Baste como ejemplo el poder mover desde un lugar remoto un pívot de 500 metros de largo, un síntoma de la trasformación en la que está inmersa desde hace tiempo este sector. Elegir la cantidad de agua adecuada para el riego y hacer una planificación mensual de las necesidades, además de poder ver el tiempo y la humedad que tiene la tierra. Son aspectos tan importantes para la toma de decisiones que hemos dado un paso cualitativo en este sentido.

Un tractor con tecnología es otra herramienta muy útil. Saber donde se encuentra, los sensores te advierten de todo lo que pasa en la máquina a la hora de reparar, del mantenimiento, los mapas de rendimiento, los sistemas GPS que te llevan al punto exacto donde hay una plaga en la parcela... Es una auténtica revolución que además hace más cómodo este trabajo desde el punto de vista físico y te permite disponer de más horas de tiempo libre.

Es algo que los profesionales siempre hemos realizado, ya que somos los primeros interesados en saber y recordar los tratamientos y lo que hemos hecho en cada tierra. Las personas que viven del sector agroalimentario, en general, son grandes conocedores de su trabajo. En mi opinión, se trata de otra herramienta más para perfeccionar y tener una mayor trazabilidad de lo que hay en cada parcela. Pero recordemos que si queremos alcanzar el nivel de otros países, tenemos que ser competitivos frente a otras industrias.

"No queremos que nos den abrazos o nos aplaudan, pero sí un reconocimiento a la labor de producir alimentos y sobre todo la de crear un bien tangible para la sociedad y para el medio ambiente".

En una explotación de 5.000 hectáreas seguramente sí, pero en explotaciones como las que tenemos en Europa de 200-300 ha, esta situación crearía problemas. Imagínese en explotaciones más pequeñas donde hay que instalar de 4 a 5 cultivos... Son quebraderos de cabeza. Estas ayudas se crearon para tener una serie de derechos y otra serie de obligaciones dentro de Europa. Recordemos que formamos parte de un mercado comunitario y que somos un sector estratégico. La variedad de requisitos que piden actualmente está mermando la productividad del sector, y por lo tanto la rentabilidad. Restan además competitividad frente a países que no tienen estas limitaciones y, en cambio, exportan materias primas a Europa. Es algo que hay que cambiar, así no se puede competir.

No se puede banalizar un oficio. No se puede seguir hablando mal de campo, ni los políticos ni los no entendidos pueden dar palos a la mano que te da de comer, eso no es sano. Los agricultores evitamos el abandono del campo y los incendios que, como cada verano, vemos que serían más intensos y se cobrarían más terreno -y deseo que no vidas- sin ese trabajo de las gentes que están trabajando en él. No queremos que nos den abrazos o nos aplaudan, pero sí un reconocimiento a la labor de producir alimentos y sobre todo la de crear un bien tangible para la sociedad y para el medio ambiente.

En general se cree que en el campo se trabajan 4 meses y los demás son fiesta y siesta y es obvio que no. Se nos trata muchas veces de "vagos" cuando en la gran mayoría de los casos no es así. Le podrías pedir a los medios de comunicación que sean más objetivos a la hora de hablar de ciertos temas y sobre todo que no estén influenciados por esos lobbies o grupos de presión. Pienso que hay un gran desconocimiento por parte de la sociedad o que el mensaje que se manda desde ciertos sectores no ayuda. Los agricultores hemos pasado de ser el hijo que no quiere estudiar a emprendedores que se encargan de sacar adelante con su esfuerzo personal proyectos que, a su vez, permiten trabajar y comer a mucha gente.