Caerá la producción, el comercio y el consumo mundial de cereales en los próximos meses, según la FAO

Espigas de trigo a punto para la recoleccion

El último pronóstico de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2022, cifrado en 2.768 millones de toneladas, se ha reducido por segundo mes consecutivo, concretamente en 5,9 millones de toneladas desde septiembre, situándose ahora un 1,7% por debajo de la producción de 2021.

La rebaja de la producción de cereales secundarios supone la mayor parte del recorte, dado que las perspectivas de rendimiento en los principales productores siguieron empeorando por condiciones meteorológicas adversas. Se espera recoger 1.468 millones de toneladas en 2022, que suponen 14,3 millones de toneladas menos que el mes anterior.

La mayor disminución proviene de la caída de la cosecha de maíz en los Estados Unidos, debida a la escasez de precipitaciones y a una ligera reducción de la superficie plantada. También se rebajó el pronóstico sobre la producción de maíz en la República de Moldova y en la Unión Europea, por la reducción de los rendimientos debida a la sequía. En el Brasil, la producción de maíz se redujo moderadamente sobre la base de los datos oficiales publicados recientemente, aunque la producción nacional se mantiene en niveles récord.

Esas rebajas se han visto compensadas en parte por un incremento de 2,5 millones de toneladas en el pronóstico de producción mundial de cebada, hasta 147,9 millones de toneladas, con un aumento anual del 1,7%, debido sobre todo a las mejores perspectivas en Rusia. En Ucrania, el pronóstico sobre la producción de cereales secundarios se mantiene invariado desde el mes pasado en 33,1 millones de toneladas, lo que constituye una disminución del 38 % en términos interanuales.

Tras una reducción de 1,7 millones de toneladas desde septiembre, en la actualidad se prevé que la producción mundial de arroz en 2022 será del orden de 512,8 millones de toneladas (arroz elaborado), esto es, un 2,4% menos que el máximo histórico de 2021, pero aun así una cosecha superior a la media. La revisión deriva principalmente de unas peores perspectivas en China, por la prolongación de la sequía estival y las altas temperaturas, y en el Pakistán, a causa de las graves inundaciones recientes. Estos recortes contrarrestan el aumento de los pronósticos en Irán, en Tailandia y en algunos países productores del África occidental.

El pronóstico de la producción mundial de trigo en 2022 se incrementó en 10,2 millones de toneladas desde septiembre y se espera que alcance un nuevo récord de 787,2 millones de toneladas (+1,0% que el año pasado). La mayoría del aumento corresponde a las previsiones de rendimientos del trigo blando en la Unión Europea y en la Federación de Rusia. La buena humedad del suelo en el momento de la siembra y unas perspectivas de precipitaciones favorables también han reforzado las perspectivas sobre la producción de Australia, que, tras el máximo histórico de 2021, apuntan a una posible segunda mayor cosecha de trigo en 2022. Estas revisiones compensan con creces un recorte en Argentina, donde la escasez de lluvias hace presagiar unos rendimientos inferiores. En Ucrania, la estimación sobre la producción de trigo no ha variado este mes y se ubica en 20 millones de toneladas, también un 38% por debajo del año anterior.

Según el pronóstico, la utilización mundial de cereales en 2022/23 ascenderá a 2.784 millones de toneladas, es decir, 8,7 millones menos que en septiembre y un 0,5% por debajo del nivel de 2021/22. En consonancia con la rebaja de los pronósticos sobre la producción, la revisión a la baja de este mes obedece a un recorte de 6,4 millones de toneladas al pronóstico de utilización de cereales secundarios, cifrada actualmente en 1.491 millones de toneladas, o sea, una disminución del 0,6% respecto del nivel de la campaña anterior, derivada casi exclusivamente de la disminución pronosticada de su uso como pienso.

De acuerdo con las previsiones, el uso de maíz como pienso disminuirá especialmente en la Unión Europea y los Estados Unidos de América, donde hay una mayor escasez de suministros debido a la reducción de las cosechas internas, así como en el Canadá, lo que refleja un retroceso respecto del elevado nivel alcanzado en la última campaña para compensar la mayor escasez de la oferta de otros cereales. Los pronósticos indican asimismo que el uso de cebada como pienso registrará una caída en 2022/23, sobre todo a raíz de una disminución del uso de piensos en Marruecos como resultado de una disminución de la producción, mientras que la mayor parte del descenso pronosticado para el uso de sorgo como pienso a escala mundial obedece a una caída prevista en China. También descenderán los usos no alimentarios del arroz, mientras que el consumo como alimento debería aumentar más o menos al mismo ritmo que el crecimiento demográfico. Según el pronóstico, la utilización total de trigo, cifrada en 774 millones de toneladas, se mantendrá cerca del nivel de 2021/22, tras una revisión al alza de 1,3 millones de toneladas desde septiembre originada por un uso de trigo como pienso en la Unión Europea superior a lo previsto anteriormente, ya que se estima que la mayor escasez de suministros y el aumento de los precios internos del maíz reorientarán la demanda hacia el trigo.

La FAO prevé una caída del consumo mundial de maíz por la reducción en la producción de piensos

Pese a una revisión al alza de 2,9 millones de toneladas este mes, aún se prevé que las reservas mundiales de cereales al cierre de las campañas de 2023 disminuirán un 1,6% respecto de su nivel de apertura, ubicándose en 848 millones de toneladas. De acuerdo con las estimaciones más recientes sobre las reservas de cereales y su utilización, la relación entre esta y aquellas a escala mundial en 2022/23 ascenderá al 29,7%, coeficiente inferior al 31,0% registrado en 2021/22 pero aun así relativamente elevado desde una perspectiva histórica. La caída pronosticada del total de las reservas de cereales se atribuye principalmente a una disminución prevista del 5,4% de las existencias mundiales de cereales secundarios respecto de sus niveles de apertura, hasta los 352 millones de toneladas, es decir, 2,9 millones de toneladas menos que el pronóstico anterior. Según las previsiones, las reservas mundiales de maíz en particular se encaminan a una pronunciada contracción del 5,3% en 2022/23 como resultado de las grandes reducciones de las existencias de maíz previstas en la Unión Europea y los Estados Unidos de América a causa de caídas de la producción, así como en China a causa del mayor uso interno de maíz como pienso previsto. Gracias a una revisión al alza de 2,1 millones de toneladas desde septiembre, el pronóstico de la FAO sobre las reservas mundiales de arroz al final de la campaña comercial 2022/23 se ha incrementado hasta 193,1 millones de toneladas. De confirmarse este nivel, se ubicarían un 1,8% por debajo del máximo histórico de 2021/22, pero seguirían representando el tercer mayor volumen jamás registrado. Se prevé que esta abundancia relativa se mantenga gracias a una cierta acumulación de reservas pronosticada en China y la India. Las perspectivas de los demás lugares son menos optimistas, pues se calcula que las reservas agregadas de todos los demás países disminuirán un 8,2% en términos interanuales hasta situarse en 50,1 millones de toneladas, el nivel más bajo de los últimos tres años. A diferencia de las expectativas acerca de los cereales secundarios y el arroz, se prevé que las existencias mundiales de trigo superarán en un 3,2% sus niveles de apertura y alcanzarán los 303 millones de toneladas, esto es, 3,6 millones de toneladas más que la previsión anterior. La mejora de las perspectivas de producción ha favorecido las expectativas de un aumento de las existencias de trigo en la Federación de Rusia, donde, junto con el Canadá, China y Ucrania, es probable que se concentre gran parte del crecimiento de las existencias de trigo previsto.

El pronóstico de la FAO sobre el comercio mundial de cereales en 2022/23 se redujo este mes en 2,3 millones de toneladas, hasta ubicarse en 467 millones de toneladas, lo que supone un descenso del 2,4% respecto del nivel de 2021/22, con contracciones previstas en el comercio de todos los cereales principales.

De acuerdo con las previsiones, el comercio de cereales secundarios en 2022/23 (julio/junio) descenderá en un 3,0% respecto de 2021/22, situándose en 222 millones de toneladas, prácticamente sin variación desde el pronóstico anterior. Es probable que el comercio mundial de maíz registre una caída marginal (del 0,5 %) respecto del nivel de 2021/22, a consecuencia de una disminución de la demanda de importaciones, en particular de China, y de una caída de las exportaciones de la Argentina, los Estados Unidos de América y Ucrania. Si bien unas cosechas de maíz menos cuantiosas explican el descenso de las exportaciones pronosticado para los tres principales países exportadores, se estima asimismo que las medidas internas de control de la inflación en la Argentina, el efecto de las perturbaciones relacionadas con la guerra en Ucrania y los precios poco competitivos debidos a la fortaleza del dólar de los EE.UU., respectivamente, dificultarán las ventas de esos tres países. La menor demanda de importaciones de China, junto con una reducción de las compras de cebada por parte de Turkia a raíz de un aumento de la producción, es también uno de los factores principales que impulsan el descenso del comercio mundial de cebada y sorgo previsto en 2022/23, que se reducirá, respectivamente, un 13,5% y un 14,0% respecto de los niveles alcanzados en 2021/22.

En lo que respecta a las exportaciones, se prevé que la disminución de la producción llevará a una caída de las exportaciones de sorgo de los Estados Unidos de América y de cebada de la Argentina y Ucrania, lo cual, en el caso de este último, se sumará a las limitaciones de la capacidad de exportación relacionadas con la guerra. Aunque prácticamente sin variación desde el mes pasado, se prevé que el comercio mundial de trigo en 2022/23 (julio/junio) registrará una caída del 1,9% respecto del nivel récord de 2021/22 y se situará en 192 millones de toneladas. Es probable que el descenso previsto de las exportaciones de trigo procedentes de la Argentina, la India y especialmente Ucrania respecto de los niveles alcanzados en la campaña anterior contrarreste los mayores envíos pronosticados para el Canadá, la Federación de Rusia y la Unión Europea, favorecidos por un aumento de la oferta.

En lo que respecta a los importadores, se prevé una reducción de las compras de China, Kazajstán y la República Islámica del Irán gracias a un aumento de la producción. La previsión actual sobre el comercio internacional de arroz indica que este disminuirá en cierta medida en 2023 (enero/diciembre), cifrándose en 53,0 millones de toneladas, es decir, un 1,4 % por debajo del nivel pronosticado para 2022, a consecuencia de unas disponibilidades exportables algo más escasas en combinación con la incertidumbre en torno a las políticas comerciales y con fluctuaciones de los tipos de cambio en los países importadores.