"Te puedes ganar bien la vida si te gusta mucho este oficio, pero cuesta encontrar
gente que renuncie a una jornada laboral de ocho horas para dedicarse a la agricultura"
Entrevista a Martí Canadell, agricultor
A sus 29 años, la historia de este joven agricultor de Esponellà (Gerona) no ha hecho nada más que empezar. Sin embargo, su vocación y curiosidad le han reportado ya una valiosa experiencia que no duda en compartir sin complejos. Las nuevas tecnologías, la PAC o la incorporación de jóvenes a la profesión son algunos de los temas sobre los que opina en la siguiente entrevista.
¿Cómo empezó en la actividad agrícola y qué es lo que más y menos le gusta de su profesión? ¿En qué tipo de explotación desarrolla su trabajo?
Me viene un poco de familia. Mis abuelos eran agricultores y ganaderos y mis padres comenzaron en el sector avícola pero, en mi caso, no tenía ninguna relación con la maquinaria agrícola dado que teníamos una explotación muy pequeña. Esto cambió cuando empecé a estudiar un grado medio de agricultura que me permitió conocer mejor todo este mundo. Las prácticas las hice en una empresa de servicios, la misma en la que trabajo actualmente, donde descubrí que esta profesión realmente me apasiona.
Lo que más me gusta de la agricultura es trabajar según los ciclos biológicos de los cultivos, desde la siembra hasta la cosecha, y todo lo que conlleva hacerlo en plena naturaleza y al aire libre. Por contra, en nuestra profesión dos y dos a veces no son cuatro... Hay épocas del año bastante duras, semanas que no tienen ni sábados ni domingos y cuando eres joven esto se lleva un poco peor.
En la empresa para la que trabajo se gestiona una superficie de 1.000 hectáreas en las que se cultivan trigo, cebada, colza y unas 50 hectáreas de maíz para ensilado. Disponemos de una flota de 17 tractores y 6 máquinas cosechadoras que también se utilizan para la prestación de servicios. Este trabajo lo compagino con mis estudios de ingeniería agroalimentaria y ayudo en la explotación familiar cuando es necesario.
¿Este sector empieza a ser atractivo para los jóvenes? ¿Se puede vivir bien de la agricultura?
Creo que no hay mucha gente joven que quiera dedicarse a este oficio. Es cierto que las administraciones nos apoyan a la hora de llevar a cabo proyectos o inversiones pero los jóvenes de hoy en día, en general, buscan un trabajo que les proporcione un buen sueldo y unas condiciones laborales ventajosas. En el caso de la agricultura, te puedes ganar bien la vida si te gusta mucho este oficio pero lo cierto es que cuesta encontrar a gente que quiera renunciar a una jornada laboral de ocho horas. Encontrar peones en este sector no es tan difícil, pero encontrar agricultores sí lo es actualmente.
¿Qué es lo que más preocupa a los agricultores de su generación?
En estos momentos creo que lo que más preocupa es la inestabilidad del mercado, tanto para los jóvenes como para los agricultores en general que quieren emprender algún proyecto. Es muy difícil proyectar cualquier tipo de iniciativa debido a que no existe una certidumbre sobre la que hacer unas previsiones realistas de costes e ingresos. En lo que respecta estrictamente a los jóvenes, lo que más preocupa es que, actualmente, para tener cabida en el sector es necesario manejar un gran volumen. Ya sea en agricultura o en ganadería, se precisa de unas producciones elevadas para poder rentabilizar la inversión y optimizar la mano de obra. El objetivo es tener personal y no ser 'esclavo' de tu propia explotación, pero esto solo se consigue si se parte de una base grande de hectáreas o de producción.
¿Cree que la sociedad conoce y valora la actividad que desarrollan agricultores y ganaderos en su justa medida?
Para nada. Desde mi punto de vista, la sociedad exige un modelo de agricultura y un tipo de producto o de alimento que cuando lo tiene a su disposición en el supermercado no lo adquiere, porque prefiere pagar menos por otro que no se sabe de dónde viene ni cómo es producido. La sostenibilidad y la proximidad son conceptos que cuestan más dinero a la hora de producir en el campo y que, hoy por hoy, no se está pagando por ello. Al final se trata de una cuestión de coherencia: lo que los agricultores estamos poniendo en el mercado en estos momentos es lo que el consumidor nos demanda.
"La sociedad exige un modelo de agricultura y un tipo de producto o de alimento que cuando lo tiene a su disposición en el supermercado no lo adquiere, porque prefiere pagar menos por otro que no se sabe de dónde viene ni cómo es producido"
En este sentido, ¿qué opinión le merece la nueva forma de producir que plantean las estrategias del Pacto Verde Europeo y la nueva PAC?
Las ayudas de la PAC son importantes y resultan de gran apoyo. La PAC es necesaria para ser competitivos a nivel productivo y da la posibilidad de hacer inversiones y tecnificar nuestro trabajo a través de las nuevas tecnologías. Creo que esto supone un impulso muy importante para el sector agrario.
Por otro lado, las ayudas cada día están más enfocadas a producir en ecológico -o a poner trabas a la agricultura convencional- lo que merma la productividad; es decir, se está subvencionando el hecho de producir menos. Por esta razón creo que se está distorsionando el propósito de estas ayudas que es ser autosuficientes en la producción de alimentos en Europa. La agricultura ecológica no da como resultado una mayor calidad de lo que se produce, pero sí hace descender los rendimientos. Esto provoca que seamos menos competitivos. No habría que quitar las ayudas a la agricultura ecológica, aunque tampoco creo que este sistema deba cobrar más ayuda por hectárea que la agricultura convencional.
¿Qué papel van a tener las empresas de servicios en el futuro de la actividad agraria?
En agricultura, como en otros sectores, la tendencia es hacia la especialización. Hasta hace poco tiempo el agricultor se encargaba de realizar todas las tareas en su explotación. Ahora, hay tareas que si se externalizan a través de especialistas se puede obtener un mayor nivel de competitividad. Se trata de enfocarlo como un servicio no tanto integral sino a la carta, en el que el agricultor elige lo que considera que le va a proporcionar un mayor beneficio. Suelen ser tareas más técnicas y que normalmente resultan caras hacerlas por cuenta propia. En este sentido, gracias a este apoyo, el agricultor puede disponer de más tiempo para la toma de decisiones estratégicas en su explotación y centrarse más en cómo producir.
Ante la coyuntura actual de costes en agricultura, ¿qué estrategia puede ser la más sensata?
La pregunta es muy difícil. En un año con inputs caros y buenas perspectivas de precio, yo diría que me la juego e invierto en mis cultivos. Pero tal y como está todo, nadie nos asegura que en verano no se produzca una bajada de precio de las materias primas. En el caso concreto del fertilizante, está muy caro, pero los cultivos lo necesitan y los precios del cereal y las oleaginosas, hoy por hoy, acompañan para que las cuentas salgan. La máxima sería trabajar siempre con la mayor seguridad posible, pero actualmente esto es imposible.
En lo que respecta al cultivo de maíz, ¿qué fases del manejo en campo serían más importantes para obtener la producción y calidad deseada en la cosecha?
Para mi lo más importante en el cultivo de maíz es hacer bien la siembra para lograr una nascencia adecuada del cultivo. El otro punto importante es la fertilización. Tal y como están los precios del abono en la actualidad, esta fase del cultivo es crítica. Para llevar a cabo la fertilización y controlar su coste lo ideal son las nuevas herramientas digitales que están saliendo al mercado.
Ha tenido la oportunidad de probar antes que nadie en España la plataforma Granular Link desarrollada por Corteva Agriscience. ¿Qué aspectos son más novedosos y de mayor utilidad en esta nueva herramienta?
Tras probar Granular Link en condiciones reales creo que una de las ventajas que aporta es el seguimiento que se puede hacer de los cultivos. La posibilidad de manejar el big data a diario, a través de una pantalla, te permite conocer el estado de los cultivos al detalle, un aspecto muy difícil de conseguir cuando se trata de agricultura extensiva. Saber cómo se está comportando el cultivo en tiempo real es determinante para poder tomar las mejores decisiones a nivel agronómico. Lo bueno de esta aplicación es que es gratuita, fácil de usar y manejable.
En lo que respecta a la fertilización, Granular Link permite hacer un abonado de fondo con dosificación variable gracias a la información que ha registrado de las parcelas en los últimos 30 años. Además, puede ser una gran ayuda en la aplicación del nitrógeno en cobertera al analizar el vigor del cultivo según las zonas. También se trata de una plataforma que permite optimizar el trabajo en la fase de recolección, proporcionando información relativa a la materia seca del cultivo lo que facilita efectuar la cosecha en el momento más adecuado.
¿Este tipo de herramientas van a extenderse rápidamente en agricultura?
Estoy convencido. Es un poco lo que ha pasado con la evolución de la tecnología en los teléfonos móviles. En unos años hemos pasado de modelos tipo 'Nokia' al 'iPhone'. En mi caso, cuando empecé en 2015, las herramientas disponibles para agricultura digital eran aún muy básicas. La idea sobre la que se basaban estas primeras aplicaciones era buena pero no llegaban a ofrecer una gran resolución, eran difíciles de interpretar y poco prácticas en el sentido de que era complicado generar mapas y poder usarlos desde el tractor. Actualmente este problema se ha resuelto y, si bien el agricultor puede generar los mapas para usarlos desde su tractor, también tiene la posibilidad de gestionarlos a través de una empresa de servicios para que se encargue de utilizarlos con su maquinaria.
Hace unos años trabajó como 'maquilero' en Estados Unidos... ¿Qué pudo aprender del modelo de agricultura de aquel país?
En Estados Unidos trabajé en la cosecha de cereales y pude comprobar que allí ya se usaba bastante la tecnología y en concreto los mapas de rendimiento. También estaba muy extendido el empleo de imágenes vía satélite. Aprendí muchas cosas y te das cuenta que trabajan con un nivel de tecnificación muy superior al nuestro. Es la agricultura más adelantada del mundo en lo que se refiere a sistemas de producción. Lo que se está usando ahora en Estados Unidos en pocos años estará extendido aquí.