La cultura del agua es el verdadero motor del cambio de la olivicultura
La cultura del agua va más allá del uso eficiente de cada gota de agua, es el verdadero motor del cambio de la olivicultura, donde el agua será el vehículo de productividad, sostenibilidad y calidad del olivar.
Más valor al agua y a la empresa
La nueva olivicultura consiste en darle más valor al agua para poder obtener más valor del cultivo con el fin de:
- Incrementar la productividad mediante técnicas de riego más eficientes pudiendo plantar más superficie con la misma dotación de agua o maximizar el volumen de agua disponible con el fin de conseguir mejores rendimientos de aceite.
- Obtener una mayor calidad de la cosecha alcanzando los valores nutricionales que demande el mercado.
Pero la nueva olivicultura también consiste en darle más valor al agua para poder obtener más valor de la empresa productora. Una empresa productora:
- Más digital. Con más información y datos para la toma de decisiones en campo.
- Más sostenible. Empleando técnicas de riego y nutrición con menor impacto ambiental.
- Más escalable. Con soluciones menos dependientes de la mano de obra especializada.
Riego por goteo subterráneo
Uno de los pilares de la cultura del agua son las soluciones innovadoras para el riego y la nutrición. El riego por goteo subterráneo es una de ellas y es que con más de 20 años de experiencia se posiciona como la solución de riego más rentable para la olivicultura consiguiendo entre otros beneficios:
- Mayor uniformidad llegando al 95% y optimización del uso del agua.
- Una reducción media de los costes de explotación del 30% en olivar.
- Nutrición optimizada, eficiente y rápida aplicando directamente a la zona radicular.
- Mayor vida útil del sistema al estar protegido.
- Facilidad operacional en olivar ecológico.
- Optimización del uso de aguas residuales con total garantía.
- El mejor ratio €/litro de aceite producido.
- Menor huella ambiental como valor diferenciador hacia el consumidor de aceite.
El éxito de esta solución reside en la tecnología adecuada, el diseño y la instalación idónea y el conocimiento en el manejo y mantenimiento que garanticen el buen funcionamiento y vida útil del sistema.
Hablar de manejo y mantenimiento en los años 90 era bastante más complejo, pero hoy en día, la digitalización es una gran herramienta que nos ofrece información para poder reducir la incertidumbre en la toma de decisiones y ser precisos tanto en el manejo como en el mantenimiento. Un productor medio toma más de 14.000 decisiones al año por lo que tener datos sobre pH, conductividad, caudal, presión, zona de actividad radicular, humedad del suelo… son imprescindibles para maximizar la rentabilidad de la nueva olivicultura.
El software de gestión de riego y nutrición de Azud, además de la programación y visualización de la información de diferentes explotaciones de forma simultánea, permite realizar mantenimientos predictivos con el fin de avalar la vida útil del sistema con mayor precisión y control.
Ya conocemos los retos de la nueva olivicultura, pero lo importante es ser conscientes de que contamos con la experiencia, la tecnología, las personas y el conocimiento necesarios para garantizar la rentabilidad y el futuro de nuestro sector.