Las praderas de dehesa
Sergio d'Hooghvorst
Ingeniero Agrónomo
Departamento Técnico de Semillas Rocalba
28/05/2021Las dehesas constituyen un ecosistema silvo-pastoral desarrollado sobre terrenos de menor aptitud agrícola, bajo monte arbolado de cobertura incompleta, en relieve llano u ondulado, cuyo objetivo principal es la cría del ganado. Constituyen un equilibrio resiliente frente a agresiones como pueden ser los incendios y la erosión, fruto de una co-evolución entre el hombre y el medio natural, que optimiza con eficiencia los escasos y mal repartidos recursos naturales.
La dehesa está constituida por dos estratos vegetales. El estrato arbolado es perennifolio (alcornoque, encina), o caducifolio (castaño, roble, fresno) en las zonas más húmedas. El estrato herbáceo está constituido por plantas leguminosas y gramíneas mayoritariamente.
Mejora de los pastos
De cara a optimizar la producción de forraje, es importante disponer de una flora productiva y adaptada al medio. Las especies en cuestión son en su gran mayoría anuales, con capacidad de autoresiembra, y la semilla tiene un elevado porcentaje de semillas duras para poder germinar en condiciones de humedad favorable y asegurar descendencia tras una o dos campañas subsiguientes a la resiembra natural.
La producción de forraje es muy estacional, en función de los recursos disponibles, hídricos, entre otros. Es, por lo tanto, importante escoger especies y variedades que puedan dar un incremento productivo, así como un aumento de la calidad nutricional del forraje. Con una buena elección del material de siembra podremos aumentar considerablemente la producción de forraje.
Especies y variedades adaptadas
El tipo de suelo determinará la elección de las especies leguminosas a sembrar. En tierras ácidas se adaptan bien Trifolium subterraneum, Trifolium resupinatum, T. vesiculosum, T. hirtum, T. glomeratum, T. michelianum, Ornithopus compressus. En terrenos alcalinos, se darán bien T. subterraneum ssp. brachycalycinum, Medicago polymorpha, M. truncatula, M. rugosa.
Manejo de la pradera
El manejo de la pradera es muy importante para asegurar su perennidad. Tras la siembra, una vez implantada, aplicar un pastoreo corto e intenso: los tréboles y otras leguminosas componentes están muy bien adaptados a este tratamiento y así se contrarresta el desarrollo de adventicias, que son poco nutritivas y hacen mucha competencia a las leguminosas.
Dejar florecer y fructificar abundantemente a fin de que las leguminosas anuales de autoresiembra puedan producir un abundante banco de semillas. Pastar intensivamente el forraje seco hasta dejar el suelo con la tierra desnuda, mucha semilla caerá al suelo, lo que facilitará la germinación e implantación.
Las lluvias de otoño favorecerán la germinación de una nueva pradera productiva para el año siguiente. En los años posteriores, hacer pastoreos de intensos en invierno y primavera. Al inicio de floración, dejar a las plantas la posibilidad de producir semilla, luego pastar completamente el forraje seco.
SECMIX, mezclas para praderas de dehesa
Las fórmulas SECMIX son las más adaptadas a las áreas con tradición de pastoreo extensivo en secano, con clima extremo y pluviometría estival escasa. La combinación de especies anuales de autosiembra y sus equilibradas proporciones asegura una larga duración a la pradera. Gracias a sus mezclas especialmente estudiadas, hechas con variedades adaptadas a cada zona, los cultivos ofrecen una mejora notable de la producción respecto a las praderas naturales.
Nuestros catálogos online en www.rocalba.es