"Los técnicos y agricultores empiezan a conocer y sobre todo a confiar en las herramientas de agricultura 4.0"
Entrevista a José Ramón Acín, gerente de Finca Bizcarra y Agrarium
El manejo de los cultivos extensivos en regadío se ha tecnificado notablemente en los últimos años gracias a las herramientas de agricultura de precisión. En la siguiente entrevista se detalla la experiencia de José Ramón Acín, un agricultor referente en el uso de estos sistemas avanzados en el cultivo de maíz. La explotación que gestiona, Finca Bizcarra, es piloto de Aragón en el proyecto LIFE AGROgestor y a través de la empresa Agrarium está facilitando la aplicación de tecnología en campo a otros agricultores que "nos están reclamando cada vez servicios más especializados y concretos".
José Ramón Acín.
¿Cómo está distribuida por cultivos la Finca Bizcarra y qué importancia tiene el maíz en su explotación?
Tenemos establecida una rotación de cultivos que busca garantizar el éxito de cada producción. La media suele ser de tres cultivos cada dos años, y por supuesto el maíz es nuestro cultivo principal. Aproximadamente, 2 de cada 3 hectáreas de nuestra explotación tendrán maíz a lo largo del año. Lo empezamos a sembrar en abril y acabamos en junio (detrás de cebada, forraje, guisantes o colza).
¿Qué manejo hacen del suelo y qué importancia tiene para el cultivo de maíz?
¿Cómo elaboran el plan de fertilización para maíz y qué tecnología emplean en su diseño y para la aplicación efectiva de los nutrientes?
Para planificar la fertilización, lo primero que consideramos, es tener bien caracterizadas las parcelas. Delimitar las zonas que tienen mayor potencial productivo y las que tienen limitaciones.
A diferencia del secano, en el regadío, las instalaciones de riego juegan un papel determinante. Por esta razón, debemos utilizar para esta caracterización herramientas que sean lo más neutras posibles con respecto a errores de campañas anteriores. Nuestra experiencia con mapas de suelo a partir de Conductividad Eléctrica Aparente (Cea) es muy positiva. Es la herramienta que más utilizamos para esta caracterización.
Una vez tenemos segregadas las zonas de cada parcela, hacemos análisis de suelo a cada zona. Las tratamos de forma individualizada. Los nutrientes varían significativamente en cada una de ellas (evidentemente más en parcelas muy heterogéneas). Generalmente, las zonas menos productivas tienen más nutrientes si aplicamos el fertilizante sin dosificación variable. Lo habitual es que en campañas anteriores se haya aportado en exceso.
Zonificada cada parcela, conocido su potencial (mapas de cosecha) y la disponibilidad de nutrientes; lo demás es fácil. Hacemos una prescripción de fertilizante en cada zona considerando estos tres parámetros. En nuestro caso utilizamos para estas prescripciones la HAD PK (herramienta de ayuda a la decisión) del programa Agroasesor.
Con la fertilización de cobertera hacemos lo mismo combinándolo con teledetección. A diferencia de la fertilización PK, el nitrógeno lo controlamos a lo largo de todo el ciclo del cultivo. Es lo más laborioso y también lo más rentable. Hay que aportar la cantidad justa, sobre todo en el maíz de segunda cosecha. Alargar el ciclo puede ser un grave problema y quedarse corto, poco rentable.
Sobre las pruebas que efectúan con nuevos productos fertilizantes y bioestimulantes, ¿qué resultados están obteniendo? ¿Estos nuevos productos son capaces de aumentar la eficiencia y sobre todo la rentabilidad del cultivo?
Algunos de los bioestimulantes que hemos probado, funcionan muy bien en años complicados. Mejoran sensiblemente la sanidad del cultivo y eso ya es un beneficio en sí mismo.
En el caso de los fertilizantes, es más evidente. Un buen fertilizante de fondo incrementa a corto plazo la fertilidad del suelo y eso es perfectamente mesurable. Es muy evidente cuando las parcelas son “complicadas” y hay problemas de salinidad o de bloqueo de nutrientes.
En el nitrógeno, la tecnología con que se han fabricado es determinante en su eficiencia. Se puede hacer maíz con muchas menos unidades de nitrógeno si la eficiencia del producto es buena.
Siempre que hemos probado productos de primera línea han funcionado mucho mejor que los convencionales. Con las exigencias de sostenibilidad que se nos van a demandar, habrá que tenerlo en cuenta.
“Siempre que hemos probado productos fertilizantes de primera línea han funcionado mucho mejor que los convencionales. Con las exigencias de sostenibilidad que se nos van a demandar, habrá que tenerlo en cuenta”
Vista aérea tomada con dron de la Finca Bizcarra en Selgua (Huesca).
¿Qué estrategias suelen seguir en lo que respecta a la sanidad vegetal en maíz y en qué tecnología se apoyan?
La estrategia, en mi opinión pasa por anticiparse. Y esto no es tan fácil. La teledeteción unida a otras herramientas puede ser un gran aliado en esta materia. Pero no lo hace todo. Nos indica que hay un problema pero no sabemos cuál es, aunque en algunos casos podamos intuirlo.
La araña roja, por ejemplo. Se detectan sus síntomas muy bien con esta tecnología si se complementa con otros datos como humedad relativa o temperatura. Pero si no se está muy atento cuando nos damos cuenta ya es tarde (y lo sé por experiencia).
También juega un papel muy importante la elección de la variedad. Hay variedades muy productivas pero que son tremendamente sensibles a plagas o enfermedades. Esta decisión la tiene que tomar cada agricultor. En mi opinión es mejor intentar asegurar una producción razonable que buscar producciones “récord”.
¿Qué servicios presta Agrarium relacionados con agricultura digital y qué feedback está recibiendo de los agricultores que los contratan?
Los técnicos y agricultores empiezan a conocer y sobre todo a confiar en las herramientas de agricultura 4.0. Ven el potencial de estas herramientas, pero en ocasiones han tenido experiencias previas en las que no han solucionado sus problemas y han perdido el tiempo. La razón es que no hay una solución única ni fácil. Hay que combinar diferentes herramientas dependiendo de las necesidades. Ahí entramos nosotros. Somos agricultores, y conocemos sus problemas, porque son los nuestros.
En lo referente a los servicios que prestamos, nos están reclamando cada vez servicios más especializados y concretos.
Los mapas de suelo a partir de conductividad eléctrica aparente, fue el inicio. Los llevamos a cabo junto con la empresa Greendfield Technologies. Es el servicio que más nos reclaman, sobre todo para instalaciones de riego o plantaciones. Conocer el suelo es el primer paso para hacer las cosas bien.
El seguimiento de cultivos es otra de nuestras líneas de trabajo. Cada vez llevamos más hectáreas y para acciones más concretas. No se trata de dar sólo un mapa de colores, se trata de solucionar los problemas de la empresa o del agricultor que nos reclama. En el caso de grandes superficies, es una herramienta muy efectiva si se implanta bien y se conocen los problemas que se deben solucionar.
Nuestros servicios están variando conforme avanza la tecnología y la demanda de los agricultores. Nos caracterizamos por hacer un “traje a medida”.
"A mejor dato, más caro, más preciso y más fiable; pero mucho más barato que no utilizarlos".
"Todas las herramientas que nos permitan recopilar información para poder tomar decisiones a partir de nuestros datos mejorarán nuestra rentabilidad"
Actualmente, ¿qué herramientas digitales considera más determinantes en los cultivos extensivos por el impacto económico que pueden tener en la rentabilidad de las explotaciones?
Todas las herramientas que nos permitan recopilar información para poder tomar decisiones a partir de nuestros datos mejorarán nuestra rentabilidad. Diferenciaría dos tipos de herramienta: las que son netamente económicas y las que utilizan agricultura de precisión.
Las primeras nos permitirán conocer la rentabilidad de cada máquina, de cada finca, de cada cultivo y en definitiva, el margen neto de nuestra explotación. Es bueno saber dónde ganas, pero es más importante saber dónde pierdes. Cuando ves los datos económicos por parcelas… te sorprendes, y no siempre para bien.
Las segundas, son las que más han evolucionado en los últimos años. Tener un buen sistema de guiado que nos permita trasladar prescripciones a nuestra abonadora, pulverizador o sembradora mejorará sensiblemente la rentabilidad del cultivo desde el primer momento.
¿Cuál es la inversión media que habría que hacer en una explotación para comenzar con agricultura de precisión y cuánto tiempo se tardaría en amortizarla?
Es obvio que un buen sistema de guiado que nos permita cortar por tramos y trasladar nuestras prescripciones a la parcela es el primer paso. El abanico de posibilidades es muy amplio. Es una tecnología muy madura y creo que todos funcionan bien. Este está entre dos y diez mil euros dependiendo del tipo de corrección y guiado. La amortización es muy rápida, dependiendo del número de hectáreas que haga al año.
Ahora viene la segunda parte: que datos introduzco en estos sistemas de prescripción. Un mapa de suelos por ejemplo, que nos permita hacer un muestreo dirigido y hacer prescripciones con garantías, está entre los 40 y los 60 € por hectárea y vale “para siempre”. Es decir, cuesta en torno a 250 kilos de maíz por hectárea, bastante menos que el fertilizante, el herbicida o la semilla, pero será la base a partir de la cual apliquemos estos insumos.
Si utilizamos teledetección o mapas de cosecha, son mucho más baratos, pero también mucho más imprecisos. Sobre todo cuando se riega, ya que si hay errores en el riego, los trasladas a la prescripción.
A mejor dato, más caro, más preciso y más fiable; pero mucho más barato que no utilizarlos.