Momento de controlar las malas hierbas y abonar nuestras parcelas de centeno híbrido
Agroservicio KWS
15/02/2021Tras una sementera que se puede calificar en rangos generales como buena, con suficientes precipitaciones para hacer las labores de siembra y la implantación correcta de los cultivos, es hora de planificar el control de malas hierbas y el abonado de los cereales.
Al tener lluvias en el mes de septiembre o inicios de octubre, las parcelas que hemos sembrado de centeno híbrido o de trigo pudieron mostrar una importante otoñada, lo cuál nos facilita en gran medida el control de malas hierbas en estas parcelas, especialmente si tenemos problemas con bromus o vallico.
En estos años de atrás, los agricultores que cultivaban centeno híbrido se encontraban con el problema de que a la hora de controlar la mala hierba había muy pocos herbicidas registrados para este cultivo. En la actualidad y tras el incremento de superficie de este cultivo durante los últimos años, tenemos la posibilidad de controlar todas las malas hierbas con herbicidas registrados para el uso en centeno o cereales. En la actualidad existen muy pocos herbicidas que estén registrados en trigo y no lo estén para centeno.
Nuestra recomendación en el cultivo de centeno híbrido siempre ha sido aplicar herbicida desde el estadio de tres hojas en adelante, salvo algunas excepciones como puede ser que el terreno sea muy encharcadizo si tenemos lluvias o la presión de mala hierba sea muy alta.
A la hora de aplicar herbicida en estos momentos es imprescindible saber en qué estadio se encuentra la mala hierba, principalmente las gramíneas. Esto nos permitirá ajustar las dosis a las necesidades que tengamos y poder llevar a cabo un excelente control de la mala hierba.
En cuanto al abonado nitrogenado, el centeno híbrido requiere aportaciones de nitrógeno similares a las necesidades que tiene un trigo o una cebada. Si es verdad que debemos tener en cuenta dos factores muy importantes a la hora de la aportación de nitrógeno en nuestros campos de centeno híbrido. Lo primero, está demostrado que el centeno híbrido tiene una mayor eficiencia del uso del nitrógeno frente a la eficiencia del trigo u otros cereales. Esto nos permite que con menos aportaciones de nitrógeno podamos obtener rendimientos similares a los de un trigo.
El segundo factor a tener en cuenta, y más importante, es que, dadas las cualidades del centeno híbrido, las parcelas donde sembramos este cultivo suelen o son las parcelas con peores calidades dentro de nuestra explotación. En muchas ocasiones son parcelas con un terreno muy arenoso y árido. En este tipo de suelos si aplicamos elevada cantidad de nitrógeno, además de no ser económicamente rentables por el rendimiento esperado, al no tener capacidad de retención de agua es fácil que el cultivo sufra mucho estrés hídrico e incluso se llegue a asurar debido al nitrógeno.
Nuestra recomendación es realizar una planificación de abonados en función de análisis de suelo y ajustándolo en función de la calidad de suelo y del cultivo que tengamos. Para el caso de centeno híbrido, las necesidades del cultivo son de 20 Uf de N por cada tonelada de cosecha que esperamos recolectar o de rendimiento medio que podemos tener en la zona. A estas necesidades tendremos que restar las unidades que hemos aplicado en nuestro abonado de fondo, si lo hemos realizado. Además, tendremos que ajustar según la calidad del terreno que tengamos como hemos comentado anteriormente.
Este abonado nitrogenado ha de ser temprano para favorecer el ahijamiento del cultivo, especialmente si hemos realizado siembras tardías.