Nueva cosechadora para la recogida de aceituna en olivar tradicional
Una cosechadora para el olivar tradicional que abarate costes productivos y permita la sostenibilidad económica de un cultivo que representa el 70% del olivar andaluz, a la vez que favorezca la continuidad en el negocio de los productores que aún viven de él. Con este objetivo, un grupo de investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba (UCO), formado por Jesús A. Gil Ribes, Rafael Sola Guirado, Sergio Castro García, Gregorio Blanco Roldán y Francisco J. Castillo Ruiz, ha diseñado una cosechadora para el olivar tradicional de varios pies y grandes copas.
La falta de mecanización integral de la recogida de su aceituna ha hecho que nuevas plantaciones ya mecanizadas, como el olivar intensivo o el superintensivo, hayan superado con creces a un olivar tradicional que aún gasta un 40% de los gastos de la cosecha en la recolección. La ausencia de mecanización que ha habido hasta ahora recae en las características físicas de un diseño dominado por grandes marcos con hasta 14 metros de separación y con el hecho de que sean árboles con varios pies y copas grandes e irregulares. Hasta ahora, la recogida de la aceituna queda en manos de cuadrillas de entre 8 y 12 personas que se ocupan de manejar los vibradores, varear los olivos y de la recogida y movimiento de las lonas.
Con los nuevos prototipos diseñados por la UCO, los productores contarán con una máquina que derriba, recoge y deja en sacos las aceitunas, simplificando el proceso y la reduciendo inversión en personal y tiempo.
La investigación llevada a cabo durante los últimos 10 años se ha centrado en encontrar una máquina que mediante la vibración del follaje con sacudidores de copa, tire las aceitunas sobre unas superficies de recepción y que, con cintas transportadoras y sistemas de despalillado, de cómo resultado un producto limpio que queda envasado en sacos y listo para ser transportado a la almazara.
Para llegar a un resultado final que podría ser comercializado en pocos años, los investigadores han diseñado dos prototipos: uno mediante la adaptación de una máquina con esta misma filosofía usada para cosechar cítricos y otro diseñado desde cero en Córdoba. Este segundo prototipo está compuesto por cuatro tambores con aspas que se mueven en un eje lineal para sacudir las ramas. Cada uno de esos tambores se adapta a la forma de la copa, ejerciendo más o menos presión para derribar con mayor precisión y sin hacer daño al árbol, gracias a la inclusión de cuatro sensores de presión que controlan su aproximación al olivo. Esta máquina incluye también un sistema de seguimiento remoto de la máquina y de pesado de la aceituna, para dar al agricultor un monitorizado de su cosecha.
A pesar de que este avance está pensado para dar nuevas oportunidades a los productores de olivar tradicional, que conseguirían una mayor rentabilidad, su aplicación en olivar intensivo también presentaría muchas ventajas. En este tipo de olivar intensivo, donde hay hasta 300 olivos por hectárea con marcos de 7x5 metros, se podría duplicar la densidad reduciendo la distancia entre olivos a 2.5 metros y creando unos grandes setos lineales sobre los que la nueva cosechadora podría trabajar de forma lineal entre las calles, en lugar de hacerlo en circular.
En la búsqueda de asegurar la sostenibilidad del olivar andaluz, esta y otras adaptaciones podrán ser estudiadas dentro de la línea 11 del nuevo convenio de Innolivar donde, además, se aplicarán estos avances a la aceituna de mesa, un sector que adolece aún más problemas que la usada para obtener aceite.