El Sistema Español de Seguros Agrarios cumplirá el próximo año su cuadrigésimo aniversario
El seguro agrario, un 'amigo' necesario
El sistema público-privado de seguros agrarios español se ha convertido en los últimos años en un modelo a seguir por parte de algunos de nuestros socios comunitarios. Su eficacia radica en su flexibilidad, dinamismo y en el hecho de que cubre la mayoría de las actividades agrarias de nuestro país, que no son pocas. Eso sí, aún queda camino por recorrer si se quiere convencer a la mayoría de agricultores de la necesidad de asegurar su actividad. El pasado año se batió un nuevo récord, incrementándose en un 7% el capital asegurado. También aumentó la superficie asegurada en un 40%, la producción asegurada en un 22% y el número de pólizas en un 9%. La coordinación entre la Administración General del Estado y las CC AA para garantizar una auténtica unidad de acción de los diferentes eslabones de la cadena, y dar respuesta a las nuevas condiciones climáticas son algunos de los retos que tienen por delante los seguros agrarios de cara al futuro.
El 39º Plan de Seguros Agrarios Combinados que se acaba de lanzar pretende continuar la senda de un sistema dinámico, con un proceso constante de revisión y perfeccionamiento de las diferentes líneas de seguro, con el fin de adaptarlas a las condiciones reales de cultivo o producción y atender las necesidades del sector en cuanto a los riesgos y coberturas incluidos en el Seguro.
“El Seguro Agrario ha demostrado ser en España la herramienta más eficaz para la gestión de los riesgos naturales en la actividad agraria, garantizando la viabilidad económica de las explotaciones en un contexto de creciente incertidumbre. Hasta ahora, la naturaleza dinámica del sistema español de Seguros Agrarios le ha permitido adaptarse a los numerosos cambios que se han producido en sus casi 40 años de historia. De cara al futuro, este Ministerio seguirá trabajando para mejorar y reforzar el sistema, adaptándolo a los diferentes condicionantes que vayan surgiendo (tanto desde el punto de vista técnico como en el ámbito presupuestario y normativo), con el fin de seguir poniendo esta valiosa herramienta a disposición de nuestros agricultores y ganaderos”, explica José María García de Francisco, director de la Entidad Nacional de Seguros Agrarios (ENESA).
Para García de Francisco, uno de los principales factores que viene condicionando el desarrollo del Seguro Agrario, y lo seguirá haciendo en el futuro, es la compatibilidad de las ayudas que conceden las administraciones públicas con el mercado interior de la UE. Las subvenciones al Seguro Agrario, en tanto que ayudas de Estado, están sujetas a las disposiciones de los artículos 107 a 109 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. "La financiación de la subvención al Seguro Agrario a través de ayudas de Estado ofrece ventajas de tipo técnico sobre una posible cofinanciación con fondos europeos, ya que, al amparo de la PAC, hasta ahora únicamente se han podido subvencionar pólizas que cubran pérdidas a partir del 30% en el conjunto de la explotación (que es la cobertura que ofrece el módulo 1 en los seguros agrícolas), mientras que las ayudas de Estado nos han permitido subvencionar seguros con mayores niveles de cobertura, que se ajustan mejor a las necesidades del sector. Este tipo de coberturas revisten una gran importancia para nuestros agricultores, como se pone en evidencia por las actuales cifras de contratación: a pesar de resultar más económico, ya que cuenta con el máximo nivel de subvención permitido, el módulo 1 sólo representa un 7% de la superficie asegurada en España, mientras el 93% restante se asegura con modalidades de contratación que ofrecen mayores coberturas (daños por parcela y/o garantizados superiores al 70%)".
"Dentro de los debates previos al proceso de reforma de la PAC, venimos observando que la gestión de riesgos está cobrando una importancia creciente. En este debate concreto, España está en condiciones de ejercer un papel de liderazgo, gracias a la experiencia adquirida durante las cuatro décadas de gestión de nuestro sistema de Seguros Agrarios, que se ha convertido en un referente a nivel europeo e internacional", afirma el director de ENESA.
Adaptación a un contexto cambiante
“El Seguro Agrario no es ajeno a la rápida evolución del contexto climático y tecnológico y, de hecho, viene demostrando su capacidad de adaptación a este entorno cambiante. El cambio climático es ya una realidad que está afectando al día a día de nuestras explotaciones agrarias, como hemos visto muy claramente en 2017, año que comenzó con un temporal de frío, viento y nevadas y a lo largo del cual se produjeron episodios de heladas extraordinarias, como el ocurrido a finales de abril, y, muy especialmente, una acusada sequía, cuyos efectos comenzaron a ser significativos en el mes de abril y se prolongan hasta fecha de hoy en una gran parte del territorio. Por desgracia, no se trata de una situación sin precedentes, ya que las cifras de siniestralidad son muy similares a las de 2012, año que también estuvo marcado por una intensa sequía, y las proyecciones de cara al futuro apuntan a un incremento progresivo en la incidencia de factores meteorológicos extremos, a causa del cambio climático”, explica José María García de Francisco. En cuanto al aspecto tecnológico, considera que las tecnologías digitales están cada vez más presentes en el Seguro Agrario: "Por un lado existe ya una línea de seguro, la de compensación por pérdida de pastos, en la que la declaración de los siniestros no se realiza mediante peritaciones sobre el terreno, sino que se basa en un índice de vegetación medido por satélite. Por otro lado, ya se están empezando a utilizar drones en las peritaciones de daños, de manera experimental, y las comunicaciones a través de internet cobran una relevancia creciente en la divulgación y contratación del seguro".
Novedades del Seguro Agrario 2018
Las principales novedades son la incorporación del nuevo mapa de aprovechamiento en el seguro de compensación por pérdida de pastos y la cobertura a la producción de ajos ya cortados, en cajones o “palots”. Asimismo, se progresa en varios aspectos de diferentes líneas de seguros ganaderos: en ganado vacuno se mejora la cobertura para las crías menores de 24 horas, en ovino y caprino se incluye una garantía adicional para cebaderos, en ganado aviar de puesta se revisan las garantías de Salmonela, y en ganado porcino se revisan las relativas a la enfermedad de Aujeszky.
Por otra parte, el Plan prevé la realización de diferentes trabajos durante 2018 con vistas a incorporar nuevas coberturas en futuros planes de seguros. A este respecto, se continuará con el análisis de un posible seguro de ingresos para el sector agrario, se estudiará el impacto económico de un módulo 1 que cubra daños a partir del 20% de la producción asegurada en el conjunto de la explotación y se desarrollarán estudios técnicos en diferentes líneas: en el seguro de apicultura, sobre la garantía de desabejado repentino provocado por el abejaruco; en la línea de cultivos herbáceos extensivos, sobre la cobertura de daños por sequía en el cultivo de alfalfa; en cultivos industriales no textiles, sobre la viabilidad de un seguro de rendimientos para el cultivo de lúpulo; en producciones tropicales, sobre la posibilidad de implantar un seguro colectivo para el cultivo de aguacate en las Islas Canarias y en olivar sobre el diseño de nuevas opciones de contratación.
Las previsiones de Agroseguro para este 2018 indican un ligero aumento en las primas, inferior al 1%, con cierta caída en la línea de mayor volumen (frutales), entre otras cosas por la importante bajada de los precios del producto en 2017, pero con crecimientos en otras también importantes como cítricos o herbáceos, donde podría pesar mucho el aumento de la sensación de riesgo provocado por la elevada siniestralidad en 2017. Además, según la entidad, no se prevén incrementos de precios, algo que normalmente preocupa al asegurado tras años como el 2017.
En este sentido, desde Agroseguro se remarca que la entidad lleva tiempo apostando por la estrategia digital. “Hace unos años renovamos nuestra página web, los peritos llevan tiempo usando tablets para realizar las tasaciones, los asegurados tienen a su disposición la información de sus siniestros a través de nuestra página web. A finales de 2017 hemos lanzado nuestra primera app móvil para solicitar servicios de retirada y destrucción de animales. En definitiva pensamos que vivimos en un mundo en el que la tecnología está cada vez más avanzada y cada vez se usa más, por lo que debemos adaptarnos a todo eso para no quedarnos fuera del mundo”, afirma Sergio de Andrés Osorio, director del Área de Producción y Comunicación de Agroseguro. "El seguro debe evolucionar hacia una herramienta de gestión del riesgo global, que permita una mayor agilidad y una cobertura total. Ya existen en el sistema, productos indexados con una gran implantación, como es el seguro que cubre la falta de pastos en el ganado. Estos seguros utilizan la tecnología satélite para la valoración de siniestros", añade en este sentido Javier Carrizo, director técnico de Seguros Generales Agrarios en Caser Seguros.
Consecuencia de la revolución tecnológica es también la posible personalización de las primas de seguro. "Las posibilidades que ya ofrece la tecnología hacen que en ese horizonte 2025 el seguro haya evolucionado en aspectos como la forma de realizar las pólizas o la tarificación individualizada. Además las nuevas tecnologías permiten valorar los daños utilizando sistemas más precisos que permitirán que el seguro se consolide como instrumento de confianza para hacer frente a los riesgos", subraya Juan Sáez, subdirector general de Seguro Agrario Combinado en Mapfre.
El papel de Agroseguro
Su papel de intermediario entre los actores público y privados en los seguros agrarios combinados confieren una especial relevancia a Agroseguro. "Debemos seguir trabajando para mejorar, no solo la calidad de los productos de tal manera que estén cada vez más adaptados a las necesidades de los agricultores y ganaderos, sino que también hay que continuar trabajando en la calidad de los servicios que se ofrecen, tanto a nivel de gestión de la contratación, como de gestión de siniestros y de pago de indemnizaciones. A este respecto hay que destacar que el año 2017 ha supuesto un reto muy importante en la planificación de los trabajos de peritación, lo que ha permitido agilizar estas labores, así como el pago de las indemnizaciones a los asegurados, que en muchos casos se han realizado entre 15 y 20 días antes de lo habitual. Nuestro reto es mantener y mejorar en lo posible esa buena gestión y rápida respuesta a los asegurados", afirma Sergio de Andrés Osorio.
Para el responsable de Agroseguro hay sectores con un amplio margen de crecimiento: "La implantación en algunos sectores importantes es muy notable, por encima del 70% –como es el caso de la fruta, los herbáceos, el plátano o, en ganado, la retirada y destrucción de cadáveres de animales–, y en otros alcanza unos niveles medios, entre el 40 y el 50% –cítricos, viñedo, hortalizas, vacuno–. Sobre todo en el viñedo creo que hay bastante margen de crecimiento. Los motivos los encontramos en el grado de exposición al riesgo, que es muy distinto de unas producciones a otras, e incluso entre áreas geográficas, en función de la severidad del clima; pero también hay factores individuales, como la importancia relativa que la actividad agrícola tiene en la economía empresarial o familiar o el grado de diversificación de cultivos o de dispersión geográfica de una explotación, o si se trata de un agricultor empresario o profesional –con una mayor necesidad de seguro– o a tiempo parcial, o su tamaño, o las características de la explotación –no es lo mismo al aire libre que en invernadero–", afirma. En otros sectores, como son el olivar, el almendro o el ganado intensivo, como aviar y porcino, la implantación es muy baja, inferior al 20%. Aquí Sergio de Andrés señala como factores los propios del sector productivo: por ejemplo, la mayor preocupación es la avería de maquinaria, que no está contemplada en los seguros agrarios.
Desde Agroseguro se ponen sobre la mesa cinco grandes ejes estratégicos:
- Seguir asegurando la viabilidad técnica del sistema de seguros agrarios que pasa por Incrementar la contratación buscando el equilibrio técnico y trabajar en las coberturas de los productos para satisfacer las necesidades y particularidades del sector, entre otras incrementando las valoraciones de los daños en calidad.
- Mantenimiento de la calidad del servicio, que es muy buena, tanto en contratación como en atención de los siniestros.
- Potenciamiento de la cooperación con todos los implicados –Administraciones, organizaciones agrarias y por supuesto entidades aseguradoras–.
- Especial interés en potenciar nuestra estrategia digital y de los servicios web, tanto en la contratación como en la declaración y tramitación de siniestros. La consolidación de una nueva aplicación móvil para realizar los avisos de retirada y destrucción de animales que se puso en marcha a finales de 2017 así como el desarrollo de un nuevo portal del asegurado para mayor facilidad de consulta de los diferentes aspectos de la póliza.
- El empleo de sistemas de información geográfica.
Las entidades reaseguradoras y su misión de llegar al agricultor
En estos momentos son más de veinte las entidades reaseguradoras registradas en nuestro país. Todas ellas han adoptado el papel de colaborador necesario para ayudar al sistema de seguros agrarios combinados a seguir creciendo. “Con la experiencia obtenida a lo largo de 75 años en este sector y conociendo las necesidades de los asegurados se puede evolucionar hacia un sistema de cobertura total y equilibrado técnicamente”, afirma Javier Carrizo. “Lo que sí que está claro es que todavía existe mucho recorrido. El aseguramiento de este tipo de bienes depende en gran medida del apoyo que se dé desde el sector público, no solo desde un punto de vista económico a través de las subvenciones sino también como método de difusión del mismo. Nuestra labor se centra en tratar de que el producto sea cada vez más atractivo para el agricultor y concienciar para que el seguro agrario sea un gasto de explotación más, que permite eliminar gran parte de los riesgos climáticos y actuar como estabilizador para preservar su nivel de rentas”, añade.
En este mismo sentido, Juan Sáez, subdirector general de Seguro Agrario Combinado en Mapfre, considera que "la penetración del seguro se va a incrementar sensiblemente en los próximos años. Nuestra proyección es superar el 60% en el horizonte 2025. El riesgo climático, la mayor dimensión y profesionalidad de los empresarios agropecuarios, el aumento de las opciones de contratación e individualización de las primas en base a los datos de cada explotación agropecuaria, son algunos de los factores que pueden favorecer a este aumento. Si a esto le añadimos un incremento en el apoyo de las administraciones para facilitar la contratación del seguro, el objetivo es perfectamente alcanzable". Para ello detrás de los 13.600 millones de capital asegurado está el coaseguro formado por el conjunto de aseguradoras que asumen el riesgo de las pólizas contratadas. "Desde Mapfre se asume el riesgo del 20% de todas y cada una de las pólizas que se contratan. En segundo lugar, este seguro necesita de puntos de venta, que lo acerquen a la explotación agropecuaria. Nuestra compañía tiene la red de mediadores más amplia y más preparada para realizar esta labor de difusión, información, contratación y atención a lo largo de la vigencia de cada póliza de seguro", añade.
¿Y qué opinan las organizaciones de agricultores y ganaderos?
Han corrido ríos de tinto sobre las dudas y reticencias que le surgen a un agricultor a la hora de contratar un seguro agrario combinado, pero desde las organizaciones agrarias tienen claro cómo ha de evolucionar el modelo español. "Lo primero que se debe hacer es consolidar la suscripción de seguros que cubran la disminución de cosechas por cualquier evento climático ajeno al productor. El siguiente paso que se ha de dar con la actual estructura es cubrir otro tipo de riesgos con el objetivo de llegar a un seguro de ingresos. Hay que tener en cuenta que la PAC post-2020 dará un protagonismo especial a la gestión de riesgos, ya el Reglamento ómnibus lo hace, y habrá que aprovechar en lo posible esta vía", opina Víctor de la Cueva, responsable de la Sectorial de Seguros Agrarios de Asaja.
Pedro García, responsable del Área de Seguros Agrarios de COAG, considera que "el futuro del modelo se debe basar en un principio clave como es la solidaridad entre sectores y entre territorios. La gestión de los riesgos debe de ser la piedra angular de la Política Agraria, y los seguros, como una de las herramientas más importantes de esta gestión, debe de estar más coordinada con el resto de medidas de la PAC. Es fundamental ensanchar las bases de contratación a través de la universalización, lo que dotará al sistema de una mayor sostenibilidad. También es importante que estén diseñadas para dotar de una mayor protección frente a las consecuencias del cambio climático".
Ambas organizaciones coinciden en que el papel de la Administración debe implicarse en la promoción de los seguros y en su correcta gestión. “El Ministerio de Agricultura tiene que seguir en su cometido de fomentar la contratación de pólizas, diseñando líneas que cubran las demandas de los productores y aumentando las partidas presupuestarias, al menos a niveles pre-crisis, destinadas a la contratación. Por otra parte tanto la Dirección General de Seguros como el Consorcio de Compensación de Seguros tienen que ser los garantes del correcto funcionamiento técnico del sistema”, afirman desde Asaja.
Desde COAG se muestran más críticos: "El sistema de seguros agrarios se ha utilizado muchas veces para solucionar problemas que nada tienen que ver con la gestión de riesgos, como la retirada de animales o los daños producidos por fauna salvaje, etc. Por otro lado, con un presupuesto limitado, que pueden en principio calcular de antemano, eliminan la posibilidad de tener que habilitar fondos para la concesión de ayudas de carácter extraordinario, gracias al principio de que 'lo asegurable no es subvencionable'. No obstante, este principio es cuestionable si el aseguramiento no llega a un mínimo, porque significa que el seguro no se adapta al sector. Es imprescindible que la Administración sea una parte fundamental no sólo como soporte económico del seguro, también debe de tomar parte en la evaluación de los riesgos reales de los sector".
Mientras que para el responsable de Asaja una de las claves de cara el futuro es mantener el equilibrio entre lo público y privado, “con las administraciones, Agroseguro y OPAS haciendo lo que mejor sabe hacer cada uno en su ámbito, dando respuesta a las demandas que se hacen desde el sector agrario y aprovechando la nueva situación que se planteará con la nueva PAC”, desde COAG una de las claves es la universalización del seguro agrario. "Para llegar a ella en primer lugar es necesario una tarificación del riesgo real para el conjunto del sector. En segundo lugar se necesita un compromiso de la administración para garantizar un nivel adecuado de apoyo público y el presupuesto actual es insuficiente para alcanzar la universalización del sector, tal como se ha comprobado el pasado año. Y por último es necesario garantizar para el sector un servicio de asesoramiento adecuado y cuya importancia se destaca desde la propia PAC. En el caso del seguro, éste es muy importante para conseguir que entre la bolsa que nunca ha venido asegurando, ya que sólo si el agricultor conoce las distintas posibilidades que ofrece el seguro que contrata podrá confiar en él", concluye Pedro García.