“De nada sirve un proceso de inspección ‘aséptico’ si no va acompañado de explicaciones y razonamientos”
Entrevista a Emilio Gil, profesor del Dep. de Ingeniería Agroalimentaria y Biotecnología de la UPC
El 26 de noviembre está marcado en rojo en el calendario normativo de la agricultura europea. Todos los equipos fitosanitarios con más de cinco años deberán haber pasado la revisión correspondiente para seguir siendo utilizados. La realidad es que a día de hoy más de dos terceras partes de todos los equipos siguen sin inspeccionar, y el tiempo sigue corriendo. Hemos analizado con Emilio Gil, impulsor del desarrollo de la normativa en España, el estado de la cuestión y qué pasará en el que caso de que transcurrido el plazo la mayoría de equipos sigan sin el justificante correspondiente.
Según se va acercando la fecha del 26 de noviembre, en su opinión ¿cuál es el miedo que se va instalando entre el ministerio y las CC AA que ven que no se va a llegar, ni de lejos, a inspeccionar la mayoría de los equipos?
Yo no hablaría de miedo y si de preocupación. Fundamentalmente porque parece ser que ahora se ha 'desatascado' el tema de las inspecciones y son muchos los agricultores que quieren cumplir con la normativa. Y muchas CC AA están preocupadas en poder dar el servicio adecuado a los agricultores que lo soliciten. Este es un problema que ya se preveía. Cuando en las charlas informativas, en las jornadas, etc. decíamos a los agricultores que la inspección era interesante y útil para ellos y que no era demasiado recomendable esperar a última hora, era precisamente para evitar lo que ahora se espera pueda suceder. Aglomeraciones, solicitudes masivas y, en algunas CC AA, problemas para atender la demanda. Por eso son interesantes las soluciones que en algunas CC AA han empezado a aplicar. En Cataluña la Generalitat está enviando ya cartas personalizadas asignando día, hora y lugar a los agricultores para pasar la inspección. Creo que es una solución interesante que evitará problemas posteriores.
¿Cuál podría ser la respuesta inmediata de la UE si no se cumple?
Teóricamente un Estado Miembro que incumple una Directiva Europea debe pagar la correspondiente sanción. En la práctica, y siempre teniendo en cuenta que es una opinión personal, creo que no se llegará a ese extremo. Entre otros motivos porque no seremos el único país que no llega a completar la inspección de todo el parque de maquinaria. Es probable que el organismo responsable en la Unión Europea establezca una moratoria, una extensión del plazo, o cualquier otra solución de este tipo. Sobre todo porque el objetivo de las inspecciones es mejorar el estado de los equipos y mejorar, en consecuencia, la calidad de las aplicaciones. Y ello debe hacerse de común acuerdo y teniendo la opinión favorable de los agentes implicados, especialmente los agricultores. Y está más que demostrado que las multas y las sanciones no tienen, en la mayoría de los casos, el efecto deseado.
Hay algunas CC AA que han creado una red pública de ITEAF. Especialmente llamativo es el caso de Andalucía, donde a principios de este 2016 aún no se había inspeccionado ningún equipo…
Pues sí. Si miramos las cifras que publica el Ministerio de Agricultura sobre el número de equipos inspeccionados, podemos observar claramente como la CC AA con el mayor parque de máquinas de aplicación de fitosanitarios, Andalucía, es la última o una de las últimas en el ranquin de equipos inspeccionados. Y curiosamente contrasta con el número de técnicos formados con capacidad para dirigir una ITEAF. Andalucía es la CCAA que más cursos de formación de inspectores ha impartido. He tenido la suerte de participar en todos ellos junto con mis colegas de la Universidad de Córdoba, y puedo decir que existe un cierto ‘malestar’ en esa Comunidad. Pero son decisiones políticas que a veces cuesta comprender.
¿Cuál es la situación del resto de CC AA?
En el resto de CCAA el proceso va avanzando, eso sí, a velocidades diferentes. Aragón y Cataluña son, por ese orden, las dos CCAA que mayor actividad han realizado y donde más máquinas se han inspeccionado. El resto va trabajando e intentando llegar a final de este año con el mayor número de máquinas inspeccionadas.
¿Cuáles son los principales problemas con los que se están encontrado las ITEAF en las inspecciones?
A partir de mi propia experiencia en campo puedo decir que el mayor problema es el desconocimiento y, como consecuencia, el rechazo a las inspecciones por parte de los agricultores. En los tiempos que estamos resulta difícil convencer al sector agrario que el proceso obligatorio de inspecciones es algo beneficioso para ellos, y que no supone simplemente un pago de una cantidad de euros, considerada en muchos casos excesiva según su opinión. Después, desde el punto de vista técnico, los problemas con los que se han encontrado las ITEAF son los mismos que en cualquier otro país: protecciones defectuosas de los sistemas de accionamiento (toma de fuerza y ventilador fundamentalmente), boquillas desgastadas y manómetros defectuosos. Problemas que pueden resolverse de forma rápida.
¿Hasta qué punto el agricultor es consciente de que un equipo regulado y calibrado significa no solo cumplir con la normativa sino ahorrar costes y mejorar la eficacia de los tratamientos?
Eso es algo que se consigue cuando se combina la inspección con la información. Tras más de 25 años de experiencia en este tema puedo asegurar que cuando al agricultor se le explica de forma adecuada el proceso de la inspección, cuando se le demuestra que su manómetro no funciona correctamente, cuando ve que el caudal de las boquillas de su máquina no se parece en nada con el que debería ser, se da cuenta inmediatamente de que algo va mal. Y se le puede convencer que con esos pequeños cambios y ajustes en su máquina puede controlar las plagas y proteger sus cultivos con la misma eficacia, pero con un menor gasto en productos fitosanitarios. Pero la información y la explicación al agricultor requiere su tiempo. Por eso siempre he dicho que de nada sirve un proceso de inspección ‘aséptico’ si no va acompañado de un mínimo de explicaciones y razonamientos del por qué.
¿Considera que es más un problema de formación del agricultor que no una cuestión económica?
Definitivamente, sí. Pongamos una cifra media de 100 € el coste de una inspección. Repartido en tres años, son 60 céntimos a la semana. Y tenemos datos objetivos que demuestran que un equipo en condiciones y, sobre todo, utilizado correctamente, genera un ahorro muy superior. Ahorro en producto fitosanitario (en sintonía con la Directiva de Uso Sostenible), ahorro en agua, en tiempo, en gasoil, etc. Y ahorro en un menor riesgo de contaminación medioambiental. Las cuentas están claras. Pero para que el proceso funcione, el agricultor debe saber exactamente en que consiste todo el proceso y debe conocer a la perfección como debe regular su equipo. Y eso es formación. No hay otro camino.
¿Por qué está tan convencido de que la formación es fundamental?
Porque la experiencia así lo indica. Recuerdo que empezamos a trabajar en este tema de forma totalmente voluntaria con un grupo de viticultores de la zona del Penedés, a principios de la década de los noventa. Y posteriormente con los viticultores de la DO Campo de Borja, en Zaragoza. De aquellas experiencias aprendí algo que se me quedó grabado. Los agricultores, todos sin excepción, son los primeros que quieren hacer las cosas bien. Pero hay que explicarles los cambios y el por qué de las cosas. Y aquellas dos experiencias fueron diametralmente opuestas. En la primera, y quizá por la novedad y la inexperiencia, empezamos directamente a conseguir agricultores voluntarios a realizar la inspección, sin explicación previa alguna. Y el resultado fue desastroso. Escasamente el 10% de los agricultores contactados accedieron a colaborar. Tras ese fracaso el proyecto con la DO Campo de Borja lo empezamos de forma distinta. Lo primero que hicimos fue reunir a todos los viticultores y explicarles lo que íbamos a hacer, el por qué, y las ventajas que les iba a reportar. Y el éxito fue rotundo. Ahí me di cuenta de que la formación, o al menos la información, son claves. Y creo que el tiempo y las circunstancias me han dado la razón. En estos momentos estoy coordinando un proyecto europeo financiado por la DG SANTE (Dirección General de Seguridad Alimentaria) cuyo objetivo principal es la formación en materia de inspección y calibración de equipos de aplicación de fitosanitarios. Y mi grupo de investigación de la Unidad de Mecanización Agraria de la Universidad Politécnica de Cataluña es responsable de una parte de un proyecto LIFE cuyo objetivo es la reducción del uso de plaguicidas en viña. Nuestra parte está centrada en la explicación y la promoción del proceso de inspección de equipos. Dos claros ejemplos de implicación de organismos públicos en la formación.
¿Qué mensaje lanzaría a los usuarios que aún no han pasado la inspección?
Que cuanto antes mejor. Que pregunten en su zona, que averigüen en qué consiste el proceso y que, sin ningún temor, soliciten cita para realizar la inspección. Cuanto antes tengan su equipo a punto, antes podrán empezar a ahorrar. En beneficio propio en primer lugar, y en beneficio de todos.