Grupo Matarromera inaugura una planta de deconstrucción molecular
14 de julio de 2011
La primera impresión cuando te dicen que vas a probar un vino sin alcohol es preguntarte “¿sin alcohol?”. Y no, no se trata de mosto, se trata realmente de un vino joven al que se le aplica un procedimiento de deconstrucción para quitarle el alcohol y otro de reconstrucción para conseguir un producto que puede interesar mucho a colectivos como el musulmán, quienes tienen prohibido tomar bebidas alcohólicas. Otros colectivos que pueden estar interesados en el consumo de vino sin alcohol pueden ser mujeres embarazadas, personas de la tercera edad, deportistas, profesionales y aquellos colectivos sociales orientados a una cultura de consumo responsable y comprometidos con la salud y la dieta.
La inauguración de esta planta significará la producción industrial de los productos EminaSin (vinos con menos de un grado alcohólico) y EminaZero, que son vinos naturales con 0,04 grados de alcohol, es decir, el conocido 0,0º. La presentación de la nueva planta tuvo lugar en Valbuena de Duero el pasado 12 de julio y contó con la presencia de la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, acompañados por 600 invitados.
La ministra Garmendia destacó que “las pymes españolas están dando pasos adelante en innovación y Matarromera es un ejemplo claro de ello”. También explicó que “siete años después de su primera visita al ministerio, se ha convertido de una bodega en una empresa que con una subvención de 6 millones de euros ha sido capaz de presentar al mercado un vino sin alcohol”. Juan Vicente Herrera, por su parte, agradeció a la familia Matarromera el esfuerzo en innovación que está realizando su empresa.
De hecho, como comentó Carlos Moro, presidente del Grupo Matarromera, la innovación es el punto más fuerte de la compañía porque es “la mayor empresa bodeguera del mundo por inversión en I+D, con un 30% anual de su facturación, 20 millones de euros desde 2005”.
Un negocio de gran crecimiento
Uno de los datos que destacan de Grupo Matarromera es el crecimiento que en los últimos años ha supuesto la venta de vino sin alcohol, que el año pasado supuso un 4% de los ingresos de la compañía, mientras que en el presente 2011, en el mes de mayo ya suponían un 8%. Todo ello se ha dado, sobre todo, por la internacionalización de los productos. La nueva planta permitirá atender la demanda de EminaSin y EminaZero de mercados como Oriente Medio, Asia central, Estados Unidos y China.
Los pronósticos de la compañía prevén que estos productos relanzarán al Grupo Matarromera, que tiene previsto que en 2015 representen un 40% de las ventas totales del grupo, llegando a un total de 80 países. Actualmente esta empresa, fundada por el propio Carlos Moro en 1988, da trabajo a 130 empleados y tiene una facturación de 14 millones de euros en vinos, disponiendo de 415 hectáreas en viñedos.
Pero el vino no es el único negocio de este grupo, que, además de siete bodegas, cuenta también con destilerías en la Ribera del Duero y con 150 hectáreas de olivos, con los que produce aceite de oliva virgen de las variedades Picual y Arbequina, entre otras.
Otro de los proyectos que la familia Moro ha potenciado en los últimos tiempos es una gama de cosméticos Esdor que, desarrollados gracias a un procso patentado de extracción de polifenoles, han dado como resultado la sustancia conocida como Eminol. Esta gama de productos cosméticos y de belleza incluye actualmente crema hidratante, crema nutritiva, contorno de ojos, leche limpiadora, body milk y tónico facial.
Todo ello forma parte de un plan de expansión que pretende pasar de los 13,8 millones de euros facturados en 2010, a los 47,8 dentro de cuatro años. Todo ello se realizará con la diversificación de productos, nuevos consumidores y nuevos mercados internacionales. Por tanto, en esas fechas, prevén que el 40% de sus ingresos se produzcan gracias a los vinos sin alcohol, el 50% por los vinos convencionales y el 10% restante, gracias a las aguardientes, aceites, cosméticos y turismo.
Respetuosos con el medio ambiente
La preocupación por el medio ambiente no es una moda pasajera, muchas empresas están invirtiendo dinero en la adaptación de sus instalaciones. En el caso de Grupo Matarromera, las siete bodegas son edificios sostenibles diseñados con iluminación natural y aprovechamiento de las aguas pluviales y residuales para el riego de los viñedos, lo que en 2007 le hizo merecer el premio a la Mejor Pyme Medioambiental por el Iese.
En sus instalaciones centrales se trabaja con generación propia de energías renovables, como la energía fotovoltaica, la solar térmica o la biomasa. Precisamente con esta última se han ahorrado la emisión de 400 toneladas de CO2 a la atmósfera, gracias a un proyecto para el aprovechamiento integral de los residuos del proceso vitivinícola, empleando 143 toneladas de biomasa como combustible.