Asedas defiende la diversidad de la distribución para lograr una cesta de la compra que permita una buena alimentación
En el Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el próximo domingo, 16 de octubre, Asedas, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados que agrupa casi el 70% de la distribución alimentaria, llama la atención sobre las características de la cadena alimentaria en España, que permiten un alto nivel de competitividad y, por tanto, el acceso a una alimentación completa, segura y de calidad por los ciudadanos de nuestro país.
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España está seis puntos por debajo de la media de la EU en precios de alimentación, con un índice de 94,4 frente a la media de 100, según Eurostat, y 19 puntos por debajo de países con renta similar y también gran productor de alimentos, como es Italia, que arroja un índice de 113,5 puntos.
Los factores que influyen sobre la competencia en precios son una mayor diversidad de empresas y formatos que en países miembros de tamaño similar –España cuenta con 157.968 tiendas frente a una media europea de 53.569–, menor concentración y mayor número de operadores y un gran peso del comercio tradicional en lo referido a alimentos frescos. España, además, registra un gran dinamismo de cadenas regionales, de supermercados que, en muchos casos, ocupan posiciones de liderazgo en sus zonas.
Hoy es conocido que el aumento de la accesibilidad a los alimentos está relacionado con una alimentación más sostenible en todo el mundo. En este sentido es muy oportuno recalcar que en España, hay 3,4 tiendas por habitante en España y 31 tiendas cada 100 kg cuadrados. El incremento de puntos de venta, la variedad, la organización y la competencia de la distribución alimentaria en España son factores que permiten a los hogares un mayor acceso a alimentos de gran calidad y con seguridad alimentaria. El formato del supermercado, en concreto, facilita una compra completa muy cerca de la gran mayoría los hogares.
La diversidad de los formatos de distribución también contribuye a poner a disposición del consumidor un surtido variado y competitivo en precios. Gracias a ello, y a la fuerte presencia de cadenas regionales, marcas, Pymes y productos locales tienen espacio para llegar al consumidor, los pequeños agricultores también tienen a su alcance un canal tradicional de distribución muy eficiente y poderoso y, por último, la fuerte competencia al final de la cadena, obliga a todos, tanto a productores como a fabricantes, a ser muy eficientes.