Un pionero en muchos campos: conmemoración del centenario del nacimiento de Georg H. Endress
A lo largo de su vida, Georg H. Endress tomó la iniciativa e hizo avanzar las cosas. El núcleo de su trabajo fue el desarrollo del Grupo Endress+Hauser, al que convirtió desde sus humildes comienzos en un actor internacional. El 9 de enero habría cumplido 100 años. Su legado sigue siendo visible hoy en día, en la empresa familiar y mucho más allá.
¿Por qué se hizo empresario? Georg H. Endress tenía dos respuestas a esta pregunta. La oficial era: “Quería demostrarme a mí mismo, a mi familia y al mundo que podía convertir una idea en un éxito”. Suele seguir con la no oficial: “Cuando nuestro quinto hijo estaba en camino, mi mujer me pidió que hiciera algo, así que me convertí en empresario”.
Pero lo primero es lo primero... Georg Herbert Endress nació el 9 de enero de 1924 en Friburgo (Alemania), donde su padre dirigía una fábrica de gases industriales. Se educó en Zagreb (Croacia), donde su padre trabajó más tarde como director general. Georg H. Endress estudió secundaria en Basilea. La familia se había trasladado allí debido a la agitada situación política en Europa, cuando su padre fue trasladado a París.
Endress completó un aprendizaje como mecánico y luego trabajó para varias empresas en Suiza. Al mismo tiempo, asistía a clases nocturnas en la escuela técnica superior. Pero tras cinco semestres, esto llegó a su fin: su padre dejó de apoyarle porque, en su opinión, su hijo quería formar una familia demasiado pronto. Georg H. Endress había conocido a Alice Vogt durante su servicio militar en Tesino. La pareja se casó en 1946 y el primero de sus ocho hijos nació en 1947.
Por aquel entonces, Georg H. Endress trabajaba para su padre. Vendía medidores de humedad capacitivos de fabricación británica a la industria textil de los alrededores de Basilea. El joven ingeniero había regresado de una visita al fabricante de estos aparatos, Fielden Electronics, con un nuevo tipo de medidor de nivel en el equipaje y el plan de venderlos en Alemania a partir de entonces.
A salvo durante los turbulentos primeros años
Como ciudadano suizo, Endress necesitaba un socio alemán para su proyecto. El joven de 29 años encontró su contraparte en Ludwig Hauser (58), gerente de un pequeño banco cooperativo. El 1 de febrero de 1953, L. Hauser KG se inscribió en el registro mercantil “para la venta de aparatos electrónicos Fielden-Endres” (incluido el error ortográfico). La empresa debe su nombre a la esposa de Hauser, Luise, que fue también la primera accionista con una participación de 2.000 marcos alemanes.
El desarrollo fue rápido desde el principio. En 1955, el ingeniero solicitó su primera patente, y en 1956 la joven empresa inició su primera producción interna en locales alquilados. Pronto el trabajo se extendió por varios edificios -un taller mecánico, producción electrónica, expedición y oficinas- a los que los empleados llamaban cariñosa y burlonamente United Hut Works.
La previsión y la prudencia fueron la base del éxito. Mientras Georg H. Endress desarrollaba el negocio con un agudo sentido del mercado y de los clientes, Ludwig Hauser vigilaba las finanzas. Muchos de los principios que Endress+Hauser sigue aplicando hoy en día ya estaban tomando forma en aquella época. Georg H. Endress expandió su negocio paso a paso según el “método de extender la masa” para reducir la dependencia de tecnologías, industrias y regiones concretas. La orientación al cliente también estuvo presente en el ADN de la empresa desde el principio.
La pequeña empresa emergente se convirtió en un actor cada vez más grande. Esto fue posible porque Georg H. Endress sabía cómo inspirar para sus proyectos a personas que eran mejores que él en sus campos. GHE, como se le conocía internamente, era un jefe con asperezas: “La popularidad no es lo mío”, dijo una vez. “Prefiero que alguien me diga que tengo una buena empresa y excelentes empleados a que alguien me dé palmaditas en la espalda y me diga que soy genial”.
Superar fronteras y ampliar horizontes
Endress siempre concedió gran importancia a la formación y el perfeccionamiento profesional. Hizo de Endress+Hauser una empresa modelo en este sentido. Puso en marcha el programa trinacional de aprendizaje en la región de Basilea, inició el programa trinacional de licenciatura en ingeniería y se comprometió con la cooperación transfronteriza. Participó activamente en la asociación empresarial alemana WVIB y en la asociación regional del Alto Rin, y también apoyó la iniciativa BioValley, una red en el ámbito de las ciencias de la vida.
Cuando traspasó la dirección del Grupo a su hijo Klaus en 1995, la empresa tenía 4.300 empleados en todo el mundo y facturaba 680 millones de francos suizos. Georg H. Endress recibió numerosos galardones por sus logros empresariales y su compromiso social, entre ellos la Cruz Federal Alemana al Mérito con Distintivo y el nombramiento como Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor francesa, el doctorado honoris causa de la Universidad de Basilea y el senado honorario de la Albert-Ludwigs-Universität Freiburg.
Georg H. Endress falleció tras una corta enfermedad el 14 de diciembre de 2008, pocas semanas antes de cumplir 85 años. Sin embargo, su legado sigue siendo visible, su obra sigue viva de muchas maneras: en la empresa, que ahora es líder en tecnología de medición de procesos, en su numerosa familia, que ahora cuenta con más de 75 miembros, a través de la Fundación Georg H. Endress, que se dedica a la educación y la investigación, y en las muchas personas a las que influyó y que aún hoy le recuerdan.
