Luces y sombras en el sector gráfico español
7 de junio de 2010
La globalización económica es la causante de un fenómeno que presenta pros y contras para nuestros mercados. La deslocalización u offshoring, consiste en la fabricación fuera de las fronteras nacionales de cualquier tipo de producto para, generalmente, abaratar costes. Son varias las razones que pueden llevar a una empresa a realizar esta ya habitual práctica.
La situación laboral de países emergentes favorece enormemente a las grandes empresas. Implantando allí sus factorías, pueden beneficiarse de los bajos salarios de sus trabajadores, de leyes medioambientales más permisivas así como de facilidades fiscales. Por su parte, los países en desarrollo se benefician de la creación de puestos de trabajo así como de la creación de empresas satélites nacionales para satisfacer la demanda de estas empresas.
Existe un amplio debate sobre las repercusiones en nuestro país. Por un lado, el traslado de factorías atenta directamente contra el empleo nacional. Muchos trabajadores han perdido sus puestos al trasladar su sede de trabajo a otros países. Sin embargo, esta medida ha conseguido sin duda congelar, e incluso abaratar numerosos productos de consumo habitual, lo que favorece el consumo interno en sectores como el turismo o los servicios. La deslocalización es sin duda un escabroso tema que parece no contentar del todo a nadie excepto a los grandes productores.
La deslocalización de la impresión
El sector de las artes gráficas emplea en nuestro país a más de 143 mil personas. Representa el 5,6 % de la producción industrial y tiene más de 13 mil empresas. Es sin duda un sector “sometido a las presiones más contundentes de los efectos de la globalización” como señaló Joan Clos durante su etapa como Ministro de Industria, Comercio y Turismo. Tiene competencia directa de Asia –China e India sobre todo-, Europa del Este y América Latina.
Sin embargo, las circunstancias de su producción hacen que el tema de la deslocalización no sea de especial preocupación aunque sí esté afectando. “Sabemos que son muy pocos los productos gráficos que se verán afectados por la deslocalización”, nos comenta Jesús Alarcón, Secretario General de la Asociación de Empresarios de Artes Gráficas de Madrid (AGM). Esto es debido a factores como la inmediatez o el tamaño de la tirada. Muchos de los trabajos que las gráficas realizan, requieren de una velocidad de entrega que difícilmente se puede cumplir imprimiendo en el extranjero. Publicaciones periódicas como diarios o revistas no pueden depender de un impresor que trabaje a mucha distancia, y esto beneficia al sector. Además, los enormes costes de traslado hacen que dependiendo del volumen de la tirada, el transporte no rentabilice el menor precio de impresión. “No obstante, nuestras cifras de exportación se han visto afectadas cayendo un 51 % desde 2001 hasta 31 de diciembre de 2009” recalca Alarcón.
Atendiendo a estos parámetros de velocidad de entrega y volumen de tirada, el producto que más se está produciendo en otros países es, sin duda, el libro. Así lo apunta Secretario General de la AGM: "Excluyendo el sector de manipulado de papel y cartón, el sector gráfico se está viendo afectado por la deslocalización principalmente en la producción de libros”. En cuanto a los motivos, parecen obvios: “La competencia por precio hace que otros países, no solo de Asia sino incluso de Europa, produzcan a precios inferiores a nosotros”. En grandes tiradas, los precios del transporte se amortizan ampliamente por la gran reducción del precio de impresión.
Sin embargo, España cuenta con empresas líderes en el sector de la impresión de productos como los directorios telefónicos. Es el caso de Einsa, líder en producción de directorios para Europa, África y América con un ratio que supera los 25 países.
Para Jesús Alarcón “es poco probable que la producción publicitaria, que representa el 58 por ciento de nuestro sector, se vea afectada por la deslocalización en mayor medida de lo que se podía ver antes de producirse este fenómeno”. Las artes gráficas de España siempre han sido una potencia mundial en la producción gráfica de calidad “y esa ha de ser la apuesta”. Para este representante de la AGM, “el principal enemigo que tenemos para la mayoría de productos gráficos es nuestro propio exceso de capacidad productiva".
Esperanza para el próximo congreso nacional del sector
El pasado 27 de enero la Federación Empresarial de Industrias Gráficas de España (Feigraf) celebró por primera vez su Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria en Santiago de Compostela. Según los datos de la última Encuesta Industrial editada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el sector gráfico es el primer sector industrial en cuanto a mano de obra empleada. A pesar de estas cifras, este sector atraviesa una dura situación. El presidente de la Feigraf, Millán García, apuntó: “nos encontramos ante una profunda crisis económica y social que en nuestro caso además de ser coyuntural y estructural es también tecnológica. Es el momento de poner todo nuestro saber y conocimiento como empresarios de la industria gráfica y tomar las medidas oportunas para afrontar la situación económica”. El año pasado el sector gráfico sufrió una caída media de la facturación de un 30%.
Para Jacobo Bermejo, vicepresidente tercero de Feigraf, “el congreso tiene el lema de: camino de futuro. Este evento, va a ser de reafirmación gráfica. Somos conscientes de que sí que va a haber futuro del producto impreso. El Congreso nos ayudará a redefinir cuál es el futuro del sector”. El Congreso Nacional de Artes Gráficas, que espera reunir a más de 300 participantes en Compostela, tratará temas tales como: la comunicación en la era digital, el papel tiene futuro, razones para la colaboración empresarial y una ponencia titulada: el problema es humano, la solución también.
Libros a la carta
Quizás recuperar el mercado de la impresión de libros no sea la solución para el sector. Si bien se trata de un suculento bocado, el futuro del libro, aunque no inmediato, pasa por dos productos: el e-book y el libro a la carta. El libro electrónico parece que de momento no le plantará demasiada cara al libro convencional. El papel, cargado de simbolismo parace que siempre tendrá un lugar en nuestros hogares y corazones. Pero sin duda, hará daño al sector de las artes gráficas.
Por otro lado, el libro a la carta. Mediante equipos de impresión situados en las propias librerías, cualquier persona puede tener el libro que desee al momento. Esto reducirá seguro las grandes tiradas de libros. El acuerdo establecido entre dos gigantes como Google Book Search y la empresa On Demand Books para imprimir a medida en tiendas de todo el mundo, y en tan solo cuatro minutos, hacen presagiar un futuro incierto para la industria editorial y gráfica.