Ifm desarrolla compactos sensores de conductividad para aplicaciones de la industria alimentaria
Los sensores de conductividad están predestinados para las aplicaciones de la industria alimentaria. Detectan la conductividad y la concentración de diferentes fluidos, pudiendo así diferenciar claramente entre, por ejemplo, detergentes, agua de enjuague y alimentos. Esto no solo permite un seguimiento continuo del producto, sino también la reducción de desechos de producto y de agua de enjuague, y todo ello sin ajustar el sensor. La medición precisa, rápida y fiable en el proceso también ayuda a mejorar la disponibilidad de las instalaciones y a optimizar los ciclos de limpieza.
Si bien los sensores de conductividad no son nada nuevo, lo que aporta Ifm es un sensor que puede brindar el nivel de precisión necesario a niveles de conductividad altos para confirmar la concentración correcta del líquido de limpieza y también a niveles de conductividad muy bajos para confirmar que el lavado se completó. Los nuevos sensores logran esto gracias a un diseño y construcción avanzados y al uso de señales digitales, en forma de IO-Link, para enviar datos al sistema de control. A diferencia de las técnicas analógicas tradicionales, la precisión de las señales transmitidas a través de IO-Link no se ve afectada por el ruido eléctrico y no tiene pérdidas de conversión (A-D), lo que permite lograr “una resolución excepcional en un rango de medición muy amplio”.
Además de ayudar a garantizar la seguridad del producto, el uso de un sensor de conductividad para monitorizar CIP también puede aumentar la productividad. La razón es simple. Con el sensor que proporciona una confirmación positiva de que todo el líquido de limpieza se ha eliminado de la planta, ya no es necesario prolongar el proceso de lavado “solo para estar seguro”. Esto significa un tiempo de ciclo CIP más corto, lo que lleva a una mayor disponibilidad de la planta y una mayor productividad. ¡Por lo tanto, el sensor se amortizará muy rápidamente!