La sostenibilidad del papel
8 de marzo de 2010
La sostenibilidad del papel se deriva de su condición de producto natural, renovable, reciclable, que se produce con tecnologías limpias, eficientes y responsables y que contribuye a la mejora de la calidad de vida.
El ciclo de papel es un ciclo integrado y sostenible. Los árboles producen madera fijando dióxido de carbono y éste queda almacenado en el papel. Con la recuperación y el reciclaje de los productos papeleros una vez usados, se prolonga la vida útil de las fibras de celulosa obtenidas de la madera, optimizando el aprovechamiento de este recurso natural.
Por otra parte, el papel usado que no entra en el circuito de reciclaje (por no ser apto como materia prima) puede ser empleado como combustible, al igual que la biomasa y los residuos del proceso de fabricación. De este modo se cierra y equilibra el ciclo sostenible del papel, que parte de una fuente renovable y natural de materia prima.
Ayuda contra el cambio climático
Las plantaciones de madera para papel ayudan a frenar el cambio climático absorbiendo CO2. En España suponen la fijación anual de 7,5 millones de toneladas de CO2, alrededor del 2% de las emisiones totales que produce el país. La madera que se utiliza para fabricar papel no es madera noble, de especies exóticas de bosques tropicales, ni de robles, hayas o encinas. Para hacer papel se utiliza madera de especies de crecimiento rápido (en España fundamentalmente eucalipto y pino), que se cultiva con esta finalidad en plantaciones forestales, que se realizan y se mantienen para este uso, por lo que lejos de contribuir a la disminución de la superficie forestal, la industria papelera contribuye a su incremento a través de estos cultivos forestales. En España, gracias a la producción papelera, existen y se mantienen 400.000 hectáreas de arbolado de pino y eucalipto (el 2% de la superficie total de bosques). Las plantaciones de especies de crecimiento rápido, debido a esta peculiar característica, son eficientes sumideros de CO2 y ayudan así a frenar el cambio climático. Estudios recientes demuestran que una vez que el bosque alcanza su madurez, deja de fijar carbono, por lo que estas plantaciones productivas son una oportunidad ambiental. De los 15 millones de m3 de madera que se extraen anualmente en España, sólo 4 millones de m3 se emplean en la fabricación de papel.
El papel es un almacén de CO2
Un kilo de papel almacena 1,3 kilos de CO2. El carbono almacenado no se libera con la corta del árbol, sino que permanece en los productos forestales. Por ejemplo, en los libros, el papel queda almacenado durante décadas en nuestras bibliotecas, y a través del reciclaje del papel se va ampliando el plazo de secuestro del carbono.
Además, el reciclaje de papel permite reducir el volumen de los vertederos y de las emisiones que producen. Los 4,6 millones de toneladas de papel que se recuperan para su reciclaje anualmente en España suponen un ahorro de las emisiones en vertedero de 4,1 millones de toneladas de CO2 (más del 1% de las emisiones totales que produce el país).
Energía limpia y renovable
El sector papelero es líder en la generación y utilización de combustibles limpios en Europa: genera casi un 50% de la energía renovable con biomasa en Europa y emplea un 91% de combustibles limpios como el gas natural (62%) o renovables como la biomasa residual del proceso de fabricación (29%). La industria papelera es uno de los grandes impulsores de la cogeneración, la energía ecoeficiente, un sistema que produce a la vez energía eléctrica y energía térmica para consumo industrial, con muy alto rendimiento, por lo que ahorra energía primaria y reduce las emisiones. El sector produce mediante cogeneración el 2,5% de la electricidad total generada en España y es líder, con un 18% de la cogeneración nacional.
La compañía Torraspapel fabrica todos sus productos a partir de madera procedente de bosques gestionados de forma sostenible. Así, la empresa ha certificado la Cadena de Custodia de todas sus fábricas según los sistemas de certificación PEFC y FSC, lo que permite garantizar el origen sostenible de la madera que utiliza como materia prima en la fabricación de todas sus gamas de papel.
El año pasado, la empresa ha reducido las emisiones específicas de CO2 en un 10%. Además, entre los años 2003 y 2008, la cantidad de agua necesaria para la producción de papel y celulosa ha disminuido en un 26%.