Invertir en el futuro
1 de septiembre de 2009
Entre las principales tendencias de mercado que es necesario plantearse destacan las tiradas de impresión más cortas, la reducción de los precios porque el medio impreso compite con los medios electrónicos y las tecnologías de oficina, además del alud de documentos y contenido digital que crea expectativas de plazos de entrega cortos entre los clientes. Es casi como si dijeran: “Si lo puedo imprimir en mi oficina, ¿por qué debería esperar a que me lo entregue el impresor?” Este tipo de mentalidad es la que tienen sobre todo los nuevos compradores.
Las longitudes de tirada más cortas favorecen los formatos de máquina más pequeños y sus características inherentes de costes de puesta a punto. Prácticamente todo el contenido gráfico es de origen digital, y ello permite que las nuevas tecnologías de flujo de trabajo agilicen los plazos de producción y optimicen los costes. Los propietarios de contenidos también buscan formas de crear su contenido básico una sola vez y aplicarlo a muchos formatos, desde el impreso hasta Internet, pantallas de ordenador, dispositivos móviles y otros, distribuyendo así la inversión realizada en la creación de dicho contenido.
Por su parte, los impresores deben adaptar constantemente su oferta a estos cambios para mantener su competitividad en el mercado, pero no hay dos impresores iguales. Todos tienen historias diferentes, distintos equipos instalados, diferente capital y clientela, y todos toman decisiones distintas con respecto a sus equipos. Pero existen tres categorías básicas que proporcionan una base sobre la que plantearse cambiar la tecnología de impresión.
Conveniencia: la herramienta adecuada, el trabajo adecuado
Conforme cambian el mercado y los requisitos del cliente, los equipos de una imprenta, a medida que pasa el tiempo, empiezan a no lograr satisfacer las demandas emergentes del mercado: usar equipos de 1999 en el mercado de 2009 no resulta especialmente efectivo. Lamentablemente, los costes y los precios del año 1999 no se ajustan a las necesidades actuales. Y el tipo de trabajos también ha cambiado, ya que hay una demanda mucho mayor de tiradas más cortas de alta calidad. Estas tiradas más cortas, de entre 250 y 20.000 copias, no son demasiado rentables de producir, ya sea en máquinas offset convencionales o equipos de tóner.
En lugar de comprar una nueva máquina grande, una solución mejor para el impresor sería trasladar los trabajos poco rentables para el offset convencional o las tecnologías digitales de tóner a una máquina más pequeña con los últimos controles y automatismos. De este modo, cada máquina se utiliza para el tipo de trabajo más adecuado desde el punto de vista de los costes, los beneficios y los plazos.
Una máquina offset digital como la Presstek DI puede mejorar la eficiencia de las máquinas offset convencionales y los equipos de tóner. El dispositivo de tóner se puede reservar para trabajos con tiradas muy cortas y datos variables, mientras que las tiradas largas de más de 20.000 copias se pueden producir en una máquina offset convencional y las tiradas medias en la máquina DI. La máquina Presstek DI también se puede usar para crear versiones y esqueletos preimpresos que posteriormente se personalicen en el equipo de tóner, en general obteniendo un mejor coste total y mayor calidad de cara al cliente.
Ambas posibilidades permitirían al impresor usar la herramienta adecuada para el trabajo adecuado, salvando la brecha estratégica que queda entre las máquinas offset y los equipos de tóner. De este modo, el impresor también podrá aceptar una mayor variedad de trabajos de los clientes, en lugar de externalizarlos o rechazarlos, lo que podría provocar la pérdida de la cuenta a favor de otra empresa que sí cuente con los equipos de producción adecuados.
Siempre hay situaciones en las que los impresores aceptan trabajos cuyas especificaciones no se ajustan a sus máquinas. Estos “trabajos de conveniencia” solían ser tiradas cortas o trabajos con plazos muy ajustados, que en realidad es lo que el mercado exige actualmente. La idea era que valía la pena imprimir el trabajo o externalizarlo para mantener el cliente o captarlo. ¿Por qué meter con calzador este tipo de trabajos en máquinas que no son las adecuadas para producirlos, o perder márgenes y control externalizándolos, cuando se podría tener un negocio más flexible con una máquina más pequeña, moderna y digital?
Crecimiento o cambio en el conjunto de estrategias comerciales
En esta situación, la empresa está creciendo y necesita ofrecer trabajos en color de calidad y minimizar sus gastos indirectos. Suele ser la situación del impresor con una facturación de unos 1.500 ó 2.500 millones de euros que necesita añadir nuevas capacidades para aumentar las ventas. Para aprovechar la tendencia hacia tiradas más cortas, medios digitales y flujos de trabajo digitales, una empresa que se encuentre en esta situación puede aumentar su cartera de producción con, por ejemplo, una máquina DI de Presstek totalmente automatizada. Sobre todo en el caso de los impresores que anteriormente utilizasen sólo producción de tóner, o que migren de trabajos a dos colores a cuatricromía, una máquina Presstek DI puede satisfacer sus nuevas necesidades sin las complejidades de la impresión offset convencional.
Adaptación a las tendencias de mercado
Hay momentos en los que la cartera de clientes de una empresa y las necesidades de dichos clientes cambian hasta el extremo de que las capacidades del taller de impresión ya no pueden satisfacerlas. En lugar de quedarse con equipos que tienen costes de preparación y otros costes asociados que impiden rentabilizarlos, suele ser mejor aparcar los equipos antiguos y empezar de nuevo con flujos de trabajo y equipos nuevos. Este proceso quizás sea complicado y difícil, pero puede ser la decisión correcta cuando está claro que el mercado no volverá a ser lo que era. Esta es la típica situación a la que se enfrentan los impresores cuando una gran cuenta se traslada, se fusiona o abandona su actividad. Es decir, se produce un cambio radical en la cartera de clientes, y los nuevos clientes del mercado necesitan nuevos equipos mejor adaptados a sus necesidades actuales y futuras.
Conclusión
Ahora es el momento de que los impresores analicen con mirada crítica sus plataformas de producción. El mercado está cambiando, y también debe hacerlo la plataforma de producción. Los impresores que tendrán éxito en el futuro probablemente tendrán una plataforma híbrida, que aprovechará las ventajas del offset convencional, el offset digital y los dispositivos de tóner con el objetivo de satisfacer un abanico más amplio de necesidades de los clientes y acortar distancias entre las tecnologías offset y tóner digital. Con ello se garantizará un negocio más sólido y rentable, bien posicionado para mantener los clientes actuales y captar a nuevas cuentas.