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Versatilidad, adaptabilidad al comportamiento de la demanda y buenas características medioambientales son los puntos fuertes del sector

Industria del papel: innovación a gogó

Mónica Daluz24/08/2009

24 de agosto de 2009

Si bien la productividad de la industria papelera se ha incrementado un 42% en los últimos diez años, la situación de enfriamiento de la actividad económica mundial ha repercutido en una reducción de la producción en 2008, del 4,5%. Menos actividad económica supone menos facturas, menos catálogos, menos cajas de cartón, menos anuncios en prensa…, de manera que la industria del papel se ha visto arrastrada por el frenazo acaecido en el resto de sectores pues, como veremos a lo largo de este reportaje, además del papel destinado a la industria gráfica, existen infinidad de objetos cotidianos que tienen entre sus materias primas, el papel. Pero un 21% de la cifra de negocio de la industria papelera española corresponde ya a productos nuevos y mejorados. Y es que el sector del papel, en todos sus ámbitos -gráfico, embalaje, higiénico y sanitario- ha apostado con firmeza por la innovación. Veámoslo.
Érase una vez, que en un bosque como éste nacería un árbol para hacer posible que millones de pensamientos, convertidos en palabras...
Érase una vez, que en un bosque como éste nacería un árbol para hacer posible que millones de pensamientos, convertidos en palabras, se extendieran por el mundo para instruir, informar, conmover, motivar y entretener. Estos ejemplares no están ahí por casualidad; fueron plantados expresamente para producir madera de la que más tarde obtener pasta de papel.
La tradicional clasificación entre papeles gráficos, de envase y embalaje, e higiénico y sanitario, se diluye debido a las nuevas posibilidades que brinda la impresión digital, que ha posibilitado la comunicación impresa en casi cualquier soporte y propicia una fusión hacia la comunicación.

Paralelamente la industria del papel ha evolucionado tecnológicamente dotando al producto de nuevas propiedades, al tiempo que las tintas han entrado en una imparable dinámica de eficiencia medioambiental.

Según la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón, Aspapel, el 30% de los papeles que hoy usamos no existían hace 10 años y el 21% de las ventas del sector en nuestro país lo son en productos nuevos y mejorados, lo que prueba el camino hacia la innovación emprendido por la industria papelera. Entre las aplicaciones que hacen de éste un producto de valor añadido podemos citar los papeles para cromatografía, el papel electrotécnico para transformadores de alto voltaje, el cartón dieléctrico para motores y dinamos, papeles con aplicaciones de fricción en los frenos y la transmisión en automóviles, papel autocopiativo con microcápsulas de arcilla activa, papeles especiales para la protección de frutas ante las inclemencias del tiempo durante su proceso de crecimiento y cosecha, papel cushion, o el papel interleaving.

Consumo y modelo de negocio

Han transcurrido más de dos mil años desde que la humanidad dio con un soporte de fácil obtención y almacenamiento, barato, duradero e idóneo para poder plasmar y difundir sus inquietudes y saberes: el papel. Pero la proliferación del uso de medios electrónicos está reduciendo la demanda de este producto, circunstancia que se acentúa con la situación de crisis económica generalizada en que vivimos. En lo que llevamos de año, las cifras, en el segmento del papel gráfico, sitúan el decrecimiento de la demanda entre el 20 y el 30% en comparación con los mismos meses del año anterior.

“En EEUU -nos cuenta Juan Vila, gerente de Stora Enso-, la tendencia para los próximos 10 años es de decrecimiento del mercado; allí la gente joven compra cada vez menos periódicos y ese fenómeno también llegará a Europa. El del papel de periódico es un segmento que no se puede reconvertir y la solución pasa por cerrar las instalaciones más ineficientes.”

Con respecto al ámbito de las revistas periódicas, la valoración de Vila es que “aunque el número de páginas ha bajado por el descenso de la publicidad, a largo plazo el consumo se reactivará y, como consecuencia, se volverán a imprimir más páginas.”

En nuestra conversación con el gerente de Stora Enso, Vila señaló el advenimiento de la impresión digital como el mayor de los cambios acaecidos en el sector; “este tipo de impresión permite una tirada baja, pero es lenta y cara; más allá de los 1.000 ejemplares es más rentable la tradicional, aunque el continuo desarrollo de nuevas tintas hará que, a la larga, vaya ganando terreno. Al final -concluye- se complementarán.”

Dentro de la industria papelera, el sector del envase y embalaje es el que “tiene mayor peso, y aunque está atravesando un mal momento -como señala Vila-, ya que se empaquetan menos cosas, y aunque la evolución es muy lenta, se hacen modificaciones o pequeñas innovaciones para satisfacer las necesidades del cliente.” Además de su versatilidad en cuanto a aplicaciones y a su adaptabilidad al comportamiento de la demanda, debemos añadir sus buenas características medioambientales, que lo convierten en un producto que cumple con las nuevas demandas del consumidor.

El director general de Aspapel, Carlos Reinoso, hace una valoración sobre el futuro de los papeles destinados al embalaje: “los análisis destacan las ventajas competitivas del papel frente a otros materiales alternativos; el papel como material de embalaje (cartón ondulado, cartón estucado, sacos y bolsas) es reciclable y renovable, sólido, resistente, ligero, de gran adaptabilidad, higiénico, ofrece gran calidad de impresión y resulta inmejorable como vehículo de marca.”

Juan Vila, por su parte, nos explica que “el cartón es un producto estándar y que como tal no ha experimentado una evolución significativa en el último decenio; eso sí, la innovación que más demanda el mercado es lograr precios más bajos; esa es la verdadera innovación en este producto: hacer más eficiente la producción.”

“La verdadera innovación en este producto, el cartón, es hacer más eficiente la producción”
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Un poco de historia

Hemos pedido al director general de Aspapel, Carlos Reinoso, que nos guíe en este paseo por la historia del papel y así sintetiza nuestro experto el proceso histórico de este imprescindible soporte para la comunicación humana a lo largo de los siglos, la evolución de los procesos de fabricación, así como los grandes hitos e innovaciones en la historia de la fabricación del papel: “La historia del papel es la historia de la humanidad en sus aspectos más innovadores. El papel se inventó en China hace unos dos mil años, y fueron los árabes quienes lo introdujeron en Occidente a través de España, que es de este modo el país europeo con más antigua tradición papelera. El papel como material supuso una gran ventaja frente a los materiales anteriores -papiro, pergamino…- y tuvo mucho que ver en el gran desarrollo cultural que llegó a alcanzar el imperio islámico.

Con la invención de la imprenta, el papel pudo dar la verdadera medida de su utilidad por sus cualidades gráficas y -dado que se trata de un producto renovable- pudo hacer frente a la gran demanda de los impresores. A partir del siglo XV, la industria papelera adquiere un enorme desarrollo en Europa y el papel fue causa y protagonista de la gran eclosión cultural del Renacimiento.

Ese gran crecimiento de la industria supuso la investigación y desarrollo de nuevas fibras papeleras, la invención de la técnica de blanqueo y el desarrollo de la maquinaria papelera con innovaciones como la pila holandesa y la máquina de papel continuo.

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La actual industria papelera se asienta sobre tres grandes pilares, tres grandes hitos de la innovación en la tecnología papelera: la invención de la máquina de papel continuo, el desarrollo del método para la obtención de celulosa a partir de madera y el desarrollo de las técnicas de reciclaje”.
Instalaciones de cultivo de árboles, en las primeras fases del proceso
Instalaciones de cultivo de árboles, en las primeras fases del proceso.

Del árbol a la librería… En tres pasos

Los productos papeleros son naturales y reciclables y se fabrican con sofisticadas maquinarias, cada vez más respetuosas con el medio ambiente. Veamos cómo se cultiva, cómo se recicla y cómo se fabrica.

Uno: el papel se cultiva y se recicla

El papel se fabrica con fibras de celulosa procedentes de madera de pino y eucalipto, que se cultiva en plantaciones forestales, y no se utiliza madera de especies exóticas de los bosques tropicales ni de roble, haya o encina.

Las plantaciones forestales de especies de crecimiento rápido absorben mucho carbono (un kilo de papel almacena 1,3 kilos de CO2), ayudan a que la superficie arbolada crezca y a que los bosques naturales se conserven. Estas plantaciones se hacen en tierras que los ganaderos y los agricultores ya no utilizan, y de este modo se crean puestos de trabajo y se consigue que en esos lugares el campo no quede abandonado.

Una vez utilizado, el papel usado se recicla fabricando papel nuevo. En España ya recuperamos para su reciclaje el 69% del papel que consumimos al año. Tal como argumenta la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón, “es falso que reciclando papel se ahorren árboles, ya que la fibra de celulosa procede de árboles cultivados para hacer papel, que de otro modo no se plantarían”. Según las mismas fuentes, por cada tonelada de papel que se fabrica se plantan y cultivan seis nuevos árboles, lo que representa un total de 430.000 hectáreas de arbolado de pino y eucalipto que “existen y se mantienen gracias a la producción papelera”.

“Es falso que reciclando papel se ahorren árboles, ya que la fibra de celulosa procede de árboles cultivados para hacer papel, que de otro modo no se plantarían”
Estas impresionantes instalaciones corresponden a una moderna fábrica del sector papelero
Estas impresionantes instalaciones corresponden a una moderna fábrica del

sector papelero.

Dos: recuperación y reciclaje

El papel usado se recoge por dos vías: la recogida industrial (en grandes superficies, empresas, imprentas...) y la recogida selectiva municipal (contenedor azul, puntos limpios, recogida puerta-puerta en oficinas y edificios públicos...).

El papel y el cartón usado que el consumidor deposita en el contenedor azul, es recogido por un camión grúa y llevado al almacén de un recuperador de papel y cartón. El recuperador lo clasifica por tipos, lo limpia, lo acondiciona, lo enfarda y lo envía a la fábrica papelera. El papel entra en la fábrica a través de cintas transportadoras, se mezcla con agua en el pulper y se agita. Las fibras de papel se separan de las grapas, plásticos, etc., y pasan a la máquina papelera.

Las fibras de celulosa forman una banda húmeda, de la que se va eliminando el agua. Así el papel usado se convierte en una bobina de papel nuevo.

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Tres: fabricación de celulosa y papel

El papel se fabrica con las fibras de celulosa que hay en la madera. Cuando esa fibra se utiliza por primera vez se llama fibra virgen y cuando a través del reciclaje la recuperamos y la volvemos a utilizar como materia prima para fabricar papel la llamamos fibra recuperada o reciclada, aunque podríamos decir que se trata de la misma fibra en momentos diferentes de su ciclo de vida. Primero se separan las fibras unidas por una especie de pegamento, llamado lignina, “moliendo” la madera o disolviendo el pegamento con calor y productos químicos.

Para fabricar el papel, las fibras de celulosa se mezclan con agua y esa mezcla pasa a la máquina papelera. En la máquina, la mezcla de agua y fibras se coloca sobre una larga banda conducida por rodillos. A continuación se va retirando el agua por varios procedimientos: gravedad, vacío, presión y secado. Y finalmente obtenemos una enorme bobina de papel.

Una moderna línea de producción de papel puede llegar a medir 200 metros de largo y ocupar un espacio tan grande como dos campos de fútbol...
Una moderna línea de producción de papel puede llegar a medir 200 metros de largo y ocupar un espacio tan grande como dos campos de fútbol. Tiene hasta 5.500 km de cables, 100 km de tuberías y cientos de válvulas. Es totalmente automática y se maneja con hasta 50 pantallas y teclados de ordenador. Cientos de sensores y escáneres de última generación se ocupan de los procesos de control.
Última fase del proceso de fabricación del papel: la bobina
Última fase del proceso de fabricación del papel: la bobina.

Fabricación de papel: revolución medioambiental

La industria del papel ha sido pionera en la asunción de procesos productivos eficientes y responsables, tal como demuestran los datos y en contra de la percepción de buena parte de la opinión pública. La Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón nos proporciona algunas cifras que lo corroboran: Desde 1990, la demanda química de oxígeno (DQO) de los efluentes del sector por tonelada producida se ha reducido en un 57% para el papel y en un 69% para la celulosa; los sólidos en suspensión por tonelada han disminuido en un 64% para la celulosa y en un 91% para el papel, y los compuestos orgánicos halogenados (AOX) se han reducido en un 73% con la producción de celulosa libre de cloro elemental.

El 100% de la producción de celulosa blanqueada es ECF (libre de cloro elemental) o TCF (totalmente libre de cloro). El sector utiliza un 94% de combustibles más limpios, como el gas natural (62%), o renovables, como la biomasa residual del proceso de fabricación (32%), y produce cerca del 50% de la energía renovable con biomasa generada en España.

Por otra parte, la industria papelera española es uno de los grandes impulsores de la cogeneración, sistema que produce a la vez energía eléctrica y energía térmica para consumo industrial, con muy alto rendimiento, por lo que ahorra energía primaria y reduce las emisiones. El sector produce mediante cogeneración el 2,2% de la electricidad total generada en España y es líder, con un 18% de la cogeneración nacional. En este sentido, la energía generada por la industria papelera española, a través de este método altamente eficiente cubre el consumo energético total del sector.

Consumo de papel

Cada español utiliza al año unos 170 kilos de papel en más de 300 usos relacionados con la educación, la cultura, el arte, la comunicación, el comercio, la higiene o la sanidad, entre otros, y se reparten así:

58 kilos de papeles gráficos (diarios, revistas, libros, folios, cuadernos...).

66 kilos de embalajes de cartón ondulado (cajas de productos de alimentación y bebidas, electrónica e informática, perfumería y droguería, juguetes...).

17 kilos de papeles higiénicos y sanitarios (papel higiénico, rollos de papel de cocina, pañuelos, servilletas...).

12 kilos de cartón estucado (cajas de cereales, de conservas, de perfumes, de medicinas...).

17 kilos de otros papeles (sacos, papel decorativo, papel moneda, filtros, etiquetas...).

Papeles gráficos e innovación

Los papeles gráficos han conseguido reducir muy notablemente sus gramajes manteniendo las mismas características y calidad de impresión; ésta ha constituido una línea de investigación e innovación tradicional en las últimas décadas. Sin embargo, existen infinidad de propuestas novedosas que dan respuesta a requerimientos del mercado que no siempre ha sido posible satisfacer. Ahí van algunos ejemplos: el papel resistente a la intemperie para carteles publicitarios, de alta estabilidad dimensional, gran resistencia al desgarro y alta opacidad incluso cuando está mojado; sobres con ventana de papel transparente, en lugar de plástico, lo que facilita su reciclaje; papeles desarrollados específicamente para la impresión láser para la pre-impresión offset; papel para las impresoras de chorro de tinta que disminuye el tiempo de secado; papeles fotográficos para impresora; papeles para formularios para lectura óptica; o el papel autocopiativo con microcápsulas de arcilla activa, entre otros.

Consideraciones sobre el futuro

En cuanto a los papeles gráficos, el desarrollo de las modernas tecnologías de la comunicación está suponiendo cambios en los hábitos de consumo. Sin embargo, el papel se está adaptando bien a los nuevos escenarios en los que por una parte perviven usos tradicionales y por otra parte se están desarrollando nuevas aplicaciones. Y es que el desarrollo de las tecnologías de la información no ha traído consigo la anunciada “oficina sin papeles”, sino la “imprenta ubicua”. El director general de Aspapel, Carlos Reinoso opina al respecto que “gracias a los potentes programas de edición y a las modernas impresoras, el más modesto PC se convierte en una verdadera imprenta. El correo electrónico ha supuesto un importante aumento del tráfico de información y ha introducido un cambio en el proceso: antes se imprimía y después se distribuía; ahora se distribuye electrónicamente y es el receptor quien imprime.”
Fuente: Aspapel
Fuente: Aspapel
Fuente: Aspapel
Fuente: Aspapel
Fuente: Aspapel
Fuente: Aspapel
Fuente: Aspapel
Fuente: Aspapel
“Por otra parte -prosigue Reinoso-, continúan apareciendo nuevos diarios impresos y el fenómeno tan exitoso de la prensa gratuita está revolucionando un mercado cuyo futuro se estaba poniendo en entredicho. Y las nuevas tecnologías traen consigo innovaciones como por ejemplo la edición bajo pedido, el fastbook, que abren nuevas posibilidades a la edición en papel. Los nuevos hábitos de lectura en el transporte público han propiciado además el auge del libro de bolsillo, facilitado por los papeles de bajo gramaje.”

Libro digital, ¿adiós al papel?

Si bien el impacto de la digitalización en el mundo editorial no ha sido tan notorio como en otras industrias culturales, como la música o el cine, la progresiva digitalización de libros, así como la cada vez mayor presencia en el mercado de dispositivos lectores de eBooks (ya sea mediante dispositivos específicos o aplicaciones para smartphones) hace prever que el inminente encuentro entre tecnología y sector editorial pueda modificar tanto los hábitos lectores como la cadena de valor del sector. Un reciente estudio de la consultora The Cocktail Análisis cita entre sus conclusiones que los libros son el contenido más atractivo para la lectura a través de ebook entre los interesados en su compra, por encima de la prensa; que el ebook podría llegar a expandir los momentos lectores del libro, ya que se anticipa una lectura potencialmente más frecuente que la que tiene lugar en el momento actual sobre papel; que las motivaciones que llevarían a comprar un dispositivo de este tipo tienen un carácter eminentemente práctico, vinculado a su portabilidad, versatilidad, transporte y ahorro de espacio.

Frente a la practicidad de las potenciales motivaciones de compra, los frenos tienden a adquirir un carácter fuertemente emocional, vinculándose en buena medida a la “mítica del papel”. Tal como señala Carlos Reinoso “lo que sin duda está quedando muy claro es que el papel impreso -frente a otros soportes- tiene una gran capacidad para transmitir emociones porque se puede tocar y sentir, se puede oler y crea con el lector una relación cercana, directa, física, que hace que el mensaje sea más potente y convincente”.

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Tufos y perfumes…

“Mi nombre es Stilton, Geronimo Stilton. Me considero un tipo, o sea un ratón, absolutamente normal. Soy editor: mi editorial publica el diario más leído de la Isla de los Ratones, El Eco del Roedor.” Así comienza la primera de las aventuras de Geronimo Stilton, el protagonista de una colección de 34 títulos, que lleva vendidos más de 2.000.000 de ejemplares en nuestro país. ¿El secreto de su éxito?: Las hazañas del ratón Geronimo no sólo se leen sino que se huelen… Sus páginas están impregnadas de olores en consonancia con las historias que viven los personajes.
Papel prensa

Utilizado para la impresión de diarios, está fabricado mayoritariamente a base de papel recuperado o pasta mecánica. Puede ser blanco o ligeramente coloreado y su gramaje habitual oscila entre 40 y 52 g/m2, aunque puede llegar a 65 g/m2.

Papel para impresión y escritura

Utilizado para revistas, libros, cuadernos, agendas, sobres, folletos, carteles, papeles de oficina..., puede ser estucado o no estucado, dependiendo del uso a que esté destinado. El estucado es un proceso mediante el que se adicionan al papel -por una o por las dos caras- productos como caolín o carbonato cálcico, que permiten mejorar las características de impresión, haciendo el papel más brillante, más opaco y más uniforme.

Papel higiénico y sanitario

Fabricados a base de fibra virgen o papel recuperado o una mezcla de ambos, se utilizan en la higiene personal (papel higiénico, compresas, pañales, pañuelos...), en el ámbito doméstico (rollos de papel de cocina, servilletas, manteles, filtros de café...) y como material sanitario y de limpieza industrial.

Papel para envases y embalajes

Papeles para cartón ondulado: Utilizados en las distintas capas de las cajas de cartón ondulado, se fabrican básicamente con papel recuperado, si bien pueden incorporar, en distinta proporción, pasta virgen. En este grupo se incluyen: papeles para ondular (fluting, semiquímico, etc.), kraftliner, testliner y biclases.

Papel kraft sacos: papel de gran resistencia empelado en la fabricación de sacos de gran tamaño para materiales de construcción, alimentación animal...

Cartoncillo: empleado en la fabricación de estuches plegables o envases, es un material compacto hecho a base de pasta virgen y/o papel recuperado, con varias capas y normalmente acabado con recubrimiento de una capa de estuco.

Papeles especiales

Entre ellos: papel impermeabilizado para embalaje de productos hortofrutícolas, papel microrizado de gran extensibilidad, papel inter-leaving de excelente comportamiento frente a elevadas temperaturas para intercalar en usos industriales como el laminado en frío de acero, papel cushion para usos industriales como sustituto del poliuretano, papel moneda, papel metalizado directamente por alto vacío, papel autoadhesivo inhibidor del moho, papel acetato de celulosa transparente...

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