Industria papelera y COVID-19, una aproximación
Oriol Cusola Aumedes y José F. Colom Pastor. Grupo Celbiotech. Escuela de Ingenieros de Terrassa
24/11/2020No cabe ninguna duda de que el impacto del COVID-19, en la economía en general, será muy fuerte y del que no se recuerda ningún precedente. Concretamente en España, el Fondo Monetario Internacional prevé la mayor caída del mundo entre las principales economías.
El PIB caerá en España este año un 12,8%, una cifra superior al 10,6 de Italia, al 10% de Portugal, al 9,8% de Francia y Reino Unido, y al 6% de Alemania. Esto se reflejará en el desempleo (que llegará al 16,8%), y los desplomes tanto en el consumo privado (-14,8%) como en las exportaciones (-25,5%). (Expansión, 14 de octubre de 2020)
Ahora bien, a pesar de este panorama desalentador, no todos los sectores sufrirán las mismas pérdidas. En el caso del sector de la Hostelería y Turismo, el Presidente del Fomento del Trabajo hizo las siguientes declaraciones: “Observamos atónitos que hay sectores que están facturando cero y en una situación muy precaria” (La Vanguardia, 18 de octubre de 2020). En contraste, (y a pesar de que los aeropuertos españoles en el primer semestre del año, han perdido un 66% de pasajeros), existen unas pocas empresas o instituciones que han recibido un impulso interesante. Citaremos aquí los aeropuertos infrautilizados de Castellón y Ciudad Real que, entre otras actividades, han visto sus aeropuertos invadidos por aviones en busca de un aparcamiento más barato hasta el punto de tener que ampliar sus espacios para poder almacenar más aeronaves. (La Vanguardia, Dinero, 11 de octubre de 2020). Otro sector que ha salido altamente beneficiado ha sido el del consumo de contenidos audiovisuales por internet. Este consumo se ha disparado durante el confinamiento, y las empresas relacionadas están en expansión (La Vanguardia 31 de octubre de 2020. Agile lanza una opa sobre Edgeware). Ya hemos visto como el desempleo crecerá, pero no en todos los sectores, ya que en el caso de las TIC el empleo ha crecido un 18% en lo que va de año en Cataluña (La Vanguardia, 3 de noviembre de 2020).
En este escenario, nos preguntamos: ¿Cuál ha sido el impacto del COVID-19 en la industria papelera?
Para responder a la pregunta, nos basaremos en los datos que puntualmente edita Aspapel y que nos sirven para hacer este breve comentario.
En el caso de la producción de papel, si comparamos los porcentajes de aumento/disminución, se observa que la producción de papel acumulada enero-junio ha disminuido un -1,5%, mientras que otros países presentan cifras mucho más altas, por ejemplo, Finlandia -16,3%, Noruega -8,6%, Francia -8,6% Una situación paralela se da en la fabricación de pasta, mientras España ha aumentado su producción en el mismo semestre en un 3,6%, otros países presentan disminuciones importantes, p.e. Italia -46,1%, R. Unido -19,5%, Bélgica -15,2%, por citar algunos.
En cuanto al papel para reciclar, el aumento del consumo en España durante los 6 primeros meses fue de 0,6%. Nuevamente, la comparación con otros países resulta bastante favorable: Noruega, -10,5%; Suecia, -10,1%; Francia -4,6%.
Si vamos al último mes del que tenemos datos definitivos en el momento de redactar estas líneas, correspondiente al mes de agosto, encontramos que las disminuciones acumuladas desde el principio de año son: En términos de producción de papel: -2,9%; producción de pastas: -4,3%; Papel para reciclar: -0,5%; mientras que en el global de la UE la cifras son -6,2%, -3,6% y -3,6%, respectivamente. En el caso de la producción de celulosa en nuestro país se ha producido una disminución más marcada en el mes de agosto (-20,1%) que lleva la disminución acumulada al -4,3% citado. A pesar de ello, al compararnos con otros países, (-47,5% en Italia, -18% en R. Unido y -8,4% en Finlandia), vemos que la disminución de la producción de pastas no ha sido tan significativa.
Se observa claramente que, a nivel del estado Español las producciones han ido disminuyendo, pero siempre menos que la media de la UE, con la excepción de la producción de pasta.
Estudiando las disminuciones mensuales se observa que, en el caso del papel, empiezan en el mes de marzo en que se comenzaron a sentir con más intensidad los efectos de la COVID-19. No pretendemos establecer correlaciones en un artículo que pretende ser de opinión, pero la coincidencia que exponemos es real.
En cuanto a los tipos de papeles y ciñéndonos al año en curso, el gran perdedor son los papeles prensa e impresión y escritura con un descenso acumulado en agosto del -34,3% con respecto al mismo periodo del año pasado. Aquí se acentúa la tendencia a la disminución de este tipo de papeles que, en el total del año 2019 ya había sido del -7,2% con respecto al año anterior. Los ganadores son los Papeles para cartón ondulado, que han tenido una subida del 5,7% (10,6% en todo el año 2019) y los Papeles higiénicos y sanitarios, con un 3,2% (4,2% en todo el año 2019). Aquí los incrementos son menos importantes en lo que va de año en curso que en todo el año 2019 pero son bastante significativos para mostrar el progreso de este tipo de papeles
Respecto a los papeles higiénicos y sanitarios hemos tenido acceso a la opinión de algunos directivos de Norteamérica (EE UU y Canadá). Manifiestan que, en algunos casos, la demanda no ha podido ser cubierta. “La gente está más en casa y se lava con más frecuencia”. “El consumo de las toallas de papel se ha incrementado”. “La COVID no te hace ir más veces al baño, pero hace que te laves con más frecuencia”. Las opiniones coinciden bastante y manifiestan que son especialmente las toallas de papel las que se han incrementado.
Recientemente tanto Paperitalo (11 de octubre de 2020), citando The Economist, como Aspapel (Boletín electrónico 461 de 15 de octubre de 2020) coinciden en la importancia de contar con una industria local. Evidentemente esto se puede aplicar a muchos otros sectores. Con ello se conseguiría una dependencia disminuida de suministradores y fabricantes de otros países. A ello se añade la incertidumbre causada por las variaciones en los aranceles. Se trataría de acercar la producción al consumo, aunque nuestras economías sigan siendo globales y siempre habrá una cierta interdependencia entre países.
Seguimos citando a Aspapel: “En el caso del sector papelero, si no hubiésemos sido capaces de asegurar los productos de higiene y limpieza como los envases y embalajes de productos de primera necesidad (comida, bebida, medicinas…), se habría generado un grave problema logístico, un desabastecimiento generalizado que podría haber desembocado en una grave crisis social…” (C. Reinoso, Boletín citado).
Como gran conclusión, consideramos que el sector papelero (aunque no ajeno, e igualmente afectado por la presente situación), está resistiendo dignamente el golpe, y seguirá jugando un papel importante en el futuro de la economía global. En este mundo en crisis, muchos de los productos que ofrece la industria papelera pueden ayudar a combatir directamente la pandemia, y en otros casos ofrecer soluciones logísticas que resultan igualmente necesarias.