Italia declara un foco de peste porcina africana en las inmediaciones de Roma
Los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO) italianos confirmaron el día 6 de mayo mediante PCR, realizada en el Laboratorio Nacional de Referencia (Instituto Zooprofiláctico Experimental de Umbría y Marche), la presencia del virus de la peste porcina africana (PPA) en muestras recogidas de un jabalí hallado enfermo en la región de Roma, en concreto en la reserva natural de Insugherata, localizada dentro del área metropolitana de esta ciudad. Se trataba de un jabalí macho, de unos 10 kilogramos de peso, que fue localizado con síntomas clínicos el pasado 27 de abril, siendo eutanasiado por parte de los Servicios Veterinarios competentes.
Esta detección supone un nuevo salto a larga distancia del virus a una zona previamente libre y que está separada por unos 400 kilómetros de la zona afectada más cercana en el noroeste de este mismo país, Italia.
Las autoridades italianas han adoptado de forma inmediata en la nueva zona afectada las medidas de control contempladas. Consecuentemente, se ha reunido el Grupo Operacional de expertos y la Unidad Central de Crisis para delimitar la zona infectada, se han puesto en marcha en dicha zona medidas tales como investigación epidemiológica para tratar de conocer el origen del virus, la búsqueda activa de cadáveres de jabalíes, medidas de restricción de acceso a la reserva natural, control de la caza en la zona y comunicación del riesgo a todos los implicados, tanto en esta zona como en el resto del país, de cara a aumentar el nivel de alerta a nivel nacional, en particular aumentar la vigilancia sobre los animales y la bioseguridad.
“Para España, aunque este caso no supone un incremento de riesgo, ya que esta nueva zona está más alejada que la zona previamente afectada desde enero en el noroeste de Italia, sí que resulta preocupante por el hecho de que el virus demuestra una vez más su capacidad para saltar a largas distancias”, señala el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
En este sentido, recuerda la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de porcino, en el transporte animal, así como en relación a los cazadores que viajen a países afectados o de riesgo por la presencia de la enfermedad y que pudieran contribuir, involuntariamente, a la expansión de la enfermedad al regresar a España.
