El sector avícola reduce en un 30% sus beneficios por el aumento de costes de la energía
Durante los últimos meses, los productores avícolas, como el resto del sector primario, han sufrido un importante aumento de los costes de producción. En el caso de la producción avícola, está causando un devastador impacto en muchas explotaciones, puesto que requiere un consumo de energía muy elevado (luz, gas, gasóleo o biomasa) para mantener una atmósfera favorable de temperatura, humedad y luz las 24 horas, para garantizar el bienestar de unos animales muy vulnerables a estas condiciones.
Para los productores de huevos, un sector muy mecanizado, el precio de la electricidad y los envases (que ha subido un 25%) son los que están reduciendo más sus márgenes de beneficio, y si la situación no cambia, se agravará en verano, cuando se intensifica el uso de aparatos de ventilación y humidificadores.
A pesar del incremento desmesurado de los costes de producción, la remuneración percibida por los ganaderos independientes e integrados no ha visto repercutida esta subida, lo que ha puesto en una situación muy crítica a un gran número de explotaciones avícolas, según denuncia Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC).
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La organización recuerda que las integradoras también están reduciendo sus márgenes de beneficio a causa de la subida de los precios del pienso, por lo tanto, esta medida también tendría que beneficiarlas, de forma que lo puedan repercutir en el precio que pagan a sus integrados.
“La falta de rentabilidad de las explotaciones puede llegar a provocar un desabastecimiento al mercado de carne avícola y huevos de proximidad, a favor de países terceros, que no cumple las mismas normativas en materia de sanidad, ni bienestar animal, y resulta menos sostenible, desde el punto de vista del medio ambiente”, apunta JARC.
La entidad reclama que los ganaderos reciban un precio suficiente para compensar esta pérdida del 30% y que no se utilice su producción como producto reclamo. Estas medidas tendrían que aplicarse de forma urgente para salvar un sector muy identificado con nuestra cultura y que se encuentra sometido a inversiones constantes para garantizar la máxima eficiencia, el bienestar animal y la sostenibilidad.